Una imagen de la reunión de la Mesa contra la Exclusión Social celebrada el pasado mes de enero.

Los trámites burocráticos centran la actividad de la Mesa contra la Exclusión Social para sentar las bases acerca de la construcción y el posterior funcionamiento del centro de baja exigencia Es Gorg.

En la reunión de ayer se acordó que los ayuntamientos llevarán a pleno mancomunar la gestión de Es Gorg. «Es lento pero estamos contentos porque vemos que va avanzando y lo importante es que se está trabajando», dijo ayer Miguel Ángel Riera, delegado diocesano de Cáritas e integrante de la Mesa contra la Exclusión Social.

El encuentro sirvió también para dar a conocer los resultados de los últimos trámites, como el acta del Consell de Alcaldes en el que figura el porcentaje que aporta cada institución para la puesta en funcionamiento del centro de baja exigencia.

Esta infraestructura será construida por el Ayuntamiento de Eivissa con la aportación económica del Consell que sufragará su construcción. Una vez construida la obra, la gestión del centro de baja exigencia pasará a ser mancomunada. «Si todos los ayuntamientos aprueban formar la mancomunidad es un paso importante», dijo.

Añadió, además, que se han de reunir los técnicos «para supervisar el pliego de condiciones de la construcción de Es Gorg».

La Mesa contra la Exclusión Social, integrada por colectivos sociales como Cruz Roja y Cáritas y los representantes de las diferentes instituciones, se ha reactivado esta legislatura para dar respuesta a la gente sin recursos y en situación de exclusión que se encuentra en la calle.

La puesta en marcha del centro de baja exigencia permitirá que la gente en la calle tenga un lugar digno para dormir, independientemente si se trata de una persona con problemas de drogadicción. De hecho, este invierno durante la ola de frío se habilitó el local parroquial de la iglesia de Santa Cruz para atender a la gente que vivía en la calle.