Imagen de un control de la Guardia Civil en las carreteras de Ibiza. | Redacción Sucesos

Agentes de la Guardia Civil de Sant Antoni detuvieron la noche del martes a un hombre acusado de haber atacado con un hacha al propietario de un taller de Benimussa donde el presunto agresor vivía como okupa. Según el relato del denunciante, su agresor le atacó al grito de ¡te voy a matar, te voy a matar! La víctima se pudo zafar del ataque pero sufrió heridas leves en su brazo derecho.

Tras denunciar los hechos, los agentes de la Guardia Civil detuvieron al presunto agresor. El arrestado, A.A., de nacionalidad marroquí, prestó declaración en las dependencias de ses Païsses y quedó en libertad con la obligación de personarse ayer en el juzgado de guardia.

El acusado compareció ayer por la mañana ante el juzgado de Instrucción número 3 de Ibiza y quedó en libertad con cargos, según informaron fuentes judiciales.

Amenazas de muerte

El abogado del denunciante había solicitado el ingreso en prisión provisional sin fianza del agresor ya que, según subrayó, los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con alevosía en grado de tentativa.

Asimismo, el letrado denunció la estrecha relación que guarda el hermano de la víctima con el agresor. En este sentido, indicó que con anterioridad ya fue denunciado por varias amenazas de muerte y una agresión.

Las disputas entre los dos hermanos se remontan a marzo de 2014, cuando la Policía Local de Sant Antoni precintó un taller ilegal de la familia en el que trabajaba de forma irregular el ciudadano marroquí.

Desde entonces y según la versión de V.S.P., su hermano, J.S.P., le venía amenazando y denunciando por motivos diversos. El 27 de febrero V.S.P. y su tío, M.P.P., fueron agredidos y amenazados por su familiar en Puig d’en Valls.

El lunes, por orden judicial, se produjo el lanzamiento del hombre de nacionalidad marroquí que ocupaba irregularmente la finca de la víctima. La noche del martes, el propietario fue a comprobar el estado en que se encontraba el terreno y observó que el cobertizo estaba abierto. Al ir a comprobar el cierre fue cuando se le abalanzó su agresor armado con un hacha.

El hombre sufrió pequeños cortes que no necesitaron puntos de sutura.