Josep Ribas fue el primero de los tres hijos nacido en 1763 en una familia de Sant Agustí que vivía de la agricultura cultivando una hacienda de considerable tamaño que ocupaba tierras que discurrían desde el puig des Vedrà hasta cala de Bou.

Sin haber cumplido todavía los nueve años de edad, el Ayuntamiento de Ibiza le concedió una beca para cursar estudios de presbiterado. Posteriormente ingresó en la escuela de los dominicos donde permaneció quince años durante los cuales viajó a Mallorca y Valencia, ciudades en las que se hizo seguidor de las ideas ilustradas.

Tras la llegada en 1784 de Manuel Abad y Lasierra, primer obispo de la nueva diócesis de Ibiza y Formentera, Josep Ribas empezó a asumir varios cargos de responsabilidad. Una vez ordenado sacerdote, su primer destino fue Sant Mateu donde celebraba las misas en una capilla provisional mientras se construía la nueva iglesia. En 1791, Ribas fue destinado a Sant Josep, donde también organizó la escuela.

En 1810 fueron convocadas las Cortes Generales y la elección de diputados en la que, además de Ribas, fueron designados Lluc Prats, sacerdote de Santa Eulària y Marià Balansat.

Josep Ribas fue diputado durante tres años y su regreso a Ibiza en 1813 fue muy celebrado porque la Junta de Gobierno se había disuelto y había entrado en funcionamiento el nuevo ayuntamiento constitucional.

La alegría por los cambios duró poco porque el 20 de mayo de 1814, el rey Fernando VII publicó un decreto en el que declaró la anulación de la Constitución de 1812, conocida popularmente como ‘La Pepa’ al haber sido aprobada el 19 de marzo. De esta manera volvió el autoritarismo de la monarquía absolutista con más fuerza que nunca.

Aunque tuvieron que pasar muchos años para que volviera a instaurarse la democracia, Josep Ribas no perdió nunca la esperanza de volver a vivirla y, según cuenta la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera, «siguió prodigando su generosidad entre sus feligreses».

Poco antes de morir y ya enfermo, el día 19 de abril de 1831 dictó testamento acompañado de sus amigos, a los que tuvo en cuenta además de a su familia y de los que habían servido en su casa.

Cuatro meses después, el 6 de agosto de ese mismo año, fiesta de Santa Maria de las Nieves, murió en la casa rectoral de Sant Josep a los 68 años de edad.

Calle Diputat Josep Ribas

Las reivindicaciones pitiusas en el Congreso

El diputado Josep Ribas asistió por primera vez a las sesiones del Congreso de los Diputados el 14 de diciembre de 1810 en el teatro de la Isla de León en Cádiz. Dos meses después empezaron a celebrarse las sesiones en la iglesia gaditana de San Felipe Neri, donde Ribas comenzó a realizar sus intervenciones públicas y participó en algunos debates en los que se trataban cuestiones que interesaban en las Pitiusas.

Además de sus trabajos para la redacción de la Constitución y de acuerdo con el Diario de Sesiones de las Cortes de Cádiz, el diputado intervino en los debates donde se trataban temas que afectaban las Pitiusas. Entre otras cuestiones, Ribas presentó una proposición sobre prebendas eclesiásticas en la isla de Ibiza, una proposición sobre el fomento de la agricultura y la población de Ibiza, un requerimiento sobre el sistema judicial ibicenco, la disolución de la Junta de Gobierno o una propuesta de la limpieza y mejora del puerto de Vila.