Una pareja de italianos y su perro protagonizaron ayer la segunda ocupación en menos de una semana en los pisos de emergencia social que el Ayuntamiento de Eivissa tiene en el edificio de la calle Santa Creu de Dalt Vila.

La Policía Local identificó a estas personas que, al parecer, se introdujeron en la casa entre el lunes y el martes después de cambiar la cerradura y romper la cadena que había en la puerta. Posteriormente, el Consistorio interpuso una denuncia ante los juzgados por la ocupación de este piso y la que se produjo este pasado fin de semana en similares circunstancias en el mismo edificio con el objetivo de que «el proceso no sea demasiado largo», según señalaron ayer fuentes municipales. Según informaron desde Vila, a última hora de la tarde de ayer la Policía Local consiguió que la pareja de italianos abandonara la vivienda que habían ocupado y reforzaron la cerradura para evitar futuras ocupaciones.

Las viviendas ocupadas corresponden a dos de los tres pisos que el Ayuntamiento dispone en este edificio y que iban a destinarse a casos de emergencia social, como anunció el Consistorio hace un año, pero que permanecían hasta ahora vacías. Los otros cinco pisos de este edificio están gestionados por el Instituto Balear de la Vivienda (Ibavi) y actualmente están alquilados.

El concejal de Benestar Social de Vila, Joan Ribas, aseguró que los primeros indicios apuntan a que estas ocupaciones son obra de «gente profesional y organizada y no de familias que necesiten una vivienda o gente que venga de servicios sociales». Sin embargo, según admitió Ribas, no será posible realizar un «desalojo exprés» de estas personas aunque confió en que la justicia «actúe con la rapidez que requiere el caso».

Sobre el retraso de más de un año en la adjudicación de estas viviendas para personas en emergencia habitacional, el concejal atribuyó la tardanza a «una cuestión jurídica que se nos escapa». «Es una cuestión delicada y difícil de entender por la ciudadanía y nos duele no poder darles salida todavía», añadió.

Por otra parte, la tercera vivienda municipal que todavía está vacía tenía el bombín de la cerradura de la puerta cambiado, por lo que todo apunta a que su ocupación podría ser inminente, a pesar de que el Ayuntamiento tenía previsto soldar la verja de hierro para dejar «clausurado y protegido» el inmueble y evitar nuevas ocupaciones.

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Las personas que ocupan de forma ilegal estas viviendas atendieron ayer a la prensa y explicaron que se habían introducido en el piso ante la imposibilidad de encontrar una vivienda por un precio asequible a pesar de tener un puesto de trabajo.

Manuel, un asturiano que ocupa el piso número 4 de este edificio, explicó que están dispuestos a pagar un alquiler al Ayuntamiento de Vila, además de la luz y el agua a cambio de quedarse en una casa que está totalmente equipada y que solamente tenía suciedad por estar tanto tiempo cerrada. «Nos planteamos la idea de ocupar una casa y elegimos esta porque pertenece al Ayuntamiento y no a una persona física a la que causaríamos daño. Utilizamos la vivienda para dormir sin ningún fin delictivo», afirmó el asturiano que, según dijo, tiene un trabajo estable en la isla pero que se niega a «pagar 800 euros por una habitación».

LA NOTA

Críticas al equipo de gobierno

El Movimiento Ciudadano EPIC calificó ayer de «esperpéntica y bochornosa» la ocupación ilegal de estas viviendas. «Estas ocupaciones ilegales ponen en entredicho la deficiente gestión del equipo de gobierno de este patrimonio municipal que lleva casi dos años vacío y abandonado pese a la gran necesidades de vivienda», señalaron desde EPIC.

Esta formación pedirá explicaciones en el próximo pleno sobre estos hechos y los motivos por los que todavía no se han asignado ni estas viviendas ni las del barrio de sa Penya «pese a la gran demanda existente».