La Diócesis de Ibiza y Formentera celebró el Jueves Santo en la Catedral la tradicional Misa Crismal, que se concelebra con los presbíteros y en la que se consagra el santo crisma y se bendice los restantes óleos. Presidida por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, la Misa Crismal prácticamente llenó de fieles la catedral de Vila en uno de los momentos más simbólicos de la Semana Santa. El obispo llegó hasta el altar acompañado por los sacerdotes de la Diócesis.

«Hijos amadísimos: en esta conmemoración anual del día en que Cristo confirió su sacerdocio a los apóstoles y a nosotros, ¿queréis renovar las promesas que hicisteis un día ante vuestro obispo y ante el pueblo santo de Dios?», preguntó el obispo a los sacerdotes. Y éstos respondieron: «Sí, quiero».

Tras la renovación de las promesas sacerdotales, algunos de ellos llevaron los óleos hasta el centro del altar. Los santos óleos en el catolicismo son tres: el Santo Crisma, usado para ordenaciones, confirmaciones, bautizos y consagración de altares e iglesias; el Óleo de los Catecúmenos, usado para ungir a los que están preparándose para el Bautismo; y el Óleo de los Enfermos, usado en el Sacramento de la unción de los enfermos. Estos óleos siempre se consagran el Jueves Santo. Y después se llevan a las distintas iglesias de la Diócesis.

El óleo para el crisma fue llevado en último lugar, seguido por el pan, el vino y el agua para la celebración eucarística. Al acabar la celebración los asistentes fueron invitados a un convite preparados por las hermanas Marta y María.