Los días posteriores a la Semana Santa han dejado noticias de relevancia para las Pitiusas que Periódico de Ibiza y Formentera ha seguido con gran interés. El lunes conocimos que el Ayuntamiento de Sant Josep está decidido a paralizar las obras sin licencia que llevan años realizándose en Porroig. Tras la denuncia efectuada por un grupo de activistas liderados por María José Estarellas, el alcalde Josep Marí Ribas ‘Agustinet’ calificó de «escándalo y barbaridad» la instalación de concertinas (alambres con púas) y solicitó la ayuda de Costa para frenar este tipo de construcciones irregulares en el litoral pitiuso. Un día después fueron retiradas las concertinas y la Policía Local abrió expedientes sancionadores contra los propietarios de las viviendas, donde la Guardia Civil levantó acta de los hechos.

El lunes también conocimos a través de estas páginas que las multas por incumplimiento de horarios de cierre de locales superaron los 100.000 euros. Los ayuntamientos abrieron en 2016 cerca de 60 expedientes por este tipo de infracciones.

El martes supimos que durante la Semana Santa acudieron a Ibiza y Formentera unas 7.000 personas para disfrutar de las actividades deportivas que se llevaron a cabo, como el Ibiza Marathon o la regata Ruta de la Sal, entre otros.

A mediados de semana, el sindicato Comisiones Obreras informó de que el cierre de centros de salud en la isla durante Semana Santa provocó problemas en Can Misses y esperar de hasta siete horas para ser atendido.

También informamos en exclusiva de que el interior del edificio de es Martell, en el puerto de Ibiza, será cedido en invierno para hacer eventos. Por otra parte, la desaparición de las vallas de Marina Ibiza en el paseo Juan Carlos I elimina las barreras con Vila.

El jueves fue UGT quien anunció que las trabajadoras de la limpieza del aeropuerto harán huelga un día al mes hasta diciembre por el retraso en las nóminas por parte de la empresa KLE.

El viernes, la Policía Local de Sant Joan localizó un asentamiento junto a la torre de Can Pere Mosson. Todavía no ha empezado la temporada y ya proliferan este tipo de campamentos, no permitidos, ante el elevado precio de los alquileres y la falta de vivienda.