Emma Segura encabeza la nueva asociación GEA. | Marcelo Sastre

Emma Segura Homs es la presidenta del Grupo de Educadores Alternativos (GEA). Es diplomada en Ciencias Empresariales e imparte cursos de catalán para adultos. Segura está considerada por sus compañeros como «el alma del GEA» por su talante organizativo. El GEA surgió de encuentros entre amigos y conocidos interesados en la crianza de los niños. En la actualidad cuenta con 32 socios.

—¿Por qué nace el GEA?
—Nació de encuentros entre amigas y familias, de ser cuatro pasamos a ser 18. Nos reuníamos una vez cada mes y nos dimos cuenta que era interesante darle forma a esa cosa que había nacido y le pusimos Grupo de Educadores Alternativa, GEA, porque coge también el nombre de la tierra, como Pangea. Nació como una red de personas muy diferentes pero con ciertas cosas en común.

—¿Qué tienen en común?
—El amor a la naturaleza y a la tierra, el interés y la predisposición de hacer una crianza de los hijos sintonizada con sus necesidades básicas.

—¿Cómo valora la primera jornada del GEA el pasado 25 de marzo?
—Muy interesante, porque vino gente que había escuchado hablar de nosotros. Fue una jornada distendida, tranquila y de disfrutar en la que las familias pudimos compartir una comida, conversaciones, conocer gente y reencuentros. En Can Pere Musson éramos unas 60 personas y estábamos en la naturaleza. Hubo una tranquilidad y una paz. La idea es una red en la que intercambiamos opiniones, puntos de vista, ropa de los niños, maneras de jugar e incluso recuperamos juegos tradicionales. Que la sociedad en general entre en conciencia de la crianza atendiendo las necesidades básicas.

—Entre sus socios figura madres de día. ¿A qué se refiere?
—En España no es una figura muy común y creo que sólo en Madrid y Galicia tienen regularizada esta figura. Es una profesional que trabaja en su casa con niños de 0 a 3 años y grupos pequeños, entre dos y cuatro. Tiene el hogar equipado para atenderlos, les ofrece atención personalizada, se preocupa de su salud física y emocional, pasea con los niños y tiene contacto con la naturaleza. Se crían en un entorno casero. Se da el juego libre, con ritmos determinados, como el paseo diario, comida casera, el juego libre, y la siesta. En Ibiza debe de haber unas cuatro madres de día.

—¿Cómo resulta la experiencia?
—Es buena, está siendo muy agradable, lo que pasa es que es muy desconocida. Poco a poco se van interesando las familias.

—¿Es compatible un sistema como el GEA con el sistema educativo actual?
—Sí, el GEA no es un sistema sino una red de familias amigas y profesionales. Tenemos incluso un creador de juegos de mesas cooperativos y educativos, hay maestras, abogados y economistas. Puede perfectamente convivir porque partimos de lo que pueden hacer las personas.

—¿Qué os aporta el GEA?
—Son herramientas que cada uno desde donde esté puede incorporar en su vida. Hacemos encuentros bimensuales e intercambiamos conversaciones, meriendas con los niños, acordarse de que la naturaleza está ahí. Recuperar el contacto humano y la sociabilidad, encontrarnos en familia, jugar a juegos de mesa, la pelota o saltar a la cuerda.

—¿Volver a las tradiciones?
—Sí. Nos gustaría tener a abuelos que quieran venir a contarnos sus historias, a relacionarse con niños. La socialización de las personas pasa porque todos nos relacionamos. Hay muchos abuelos que no tienen nietos biológicos y en Ibiza hay muchos niños que sus abuelos no están en la isla. Es una oportunidad de relacionarlos con abuelos. Es un poco recuperar cosas tradicionales y el contacto de las personas con la vida.

—¿No es una pena que se olviden las tradiciones?
—Planteamos recuperar las raíces. Las necesidades de un ser humano siguen siendo las mismas aunque estamos en el siglo XXI. Cuando nace hoy un bebé nace con las mismas necesidades y capacidades que un bebé de hace cien años, pero el entorno actual ha cambiado tanto que nos hace desconectar de la vida porque vivimos con muchas prisas y ocupaciones. Esto es abrir un hueco, una esperanza a decirle a las personas que tenemos la naturaleza y nos podemos reunir. Tenemos el bosque y la playa al alcance de cualquier familia. Es recuperar la conexión con los espacios naturales. Es sentir que se puede, que hay que buscar el sitio adecuado. Aporta mucha vitalidad cuando uno sale a la naturaleza y vuelve se está relajado y tranquilo, para mayores y niños. Es energía y salud y en definitiva es lo que buscamos, generar salud.

—¿Por que está en GEA?
—Tengo una hija pequeña y fue mi leiv motiv. Vas relacionándote con otras madres. El último encuentro lo hicimos en un parque con mesas de picnic, estamos a gusto y nos llevamos la merienda. En Ibiza se está muy a gusto al aire libre pero siempre tenemos la tendencia a lugares cerrados. Para cualquier niño y madre y padre todo lo que sea pasar un rato al aire libre en la naturaleza es la vida.