El inicio de la temporada turística arrancó con una desgarradora tragedia en las carreteras de Ibiza, después de que un joven conductor ebrio y bajo los efectos de diversas drogas se llevara por delante la vida del ciclista Daniel Viñals. Sus sueños, sus ilusiones y su manera de entender la vida, siempre ligada al deporte, se evaporaron en esa funesta cuneta donde descerebrados como Marcos M. B. acaban arrojando sus excesos.

La decisión de dejar en libertad provisional al acusado de homicidio imprudente y varios delitos más ha enfurecido a buena parte de la sociedad ibicenca. Tanto es así que en solo unos días ya se han recogido unas 12.000 firmas exigiendo justicia frente al que consideran el «asesino» de Viñals.

Más de medio millar de ciclistas acompañaron a la familia del ciclista atropellado el sábado en Ibiza en una marcha de homenaje que finalizó con una gran ovación en recuerdo a Dani en Talamanca. La Fiscalía finalmente ha recurrido el auto de libertad del conductor, aunque ya nada hará que regrese a las carreteras el apreciado deportista. Todos somos Dani Viñals.

Esta semana también ha dejado noticias como el hallazgo y la posterior retirada de otra extensa alambrada de concertinas, en esta ocasión encontrada en el muro de una parcela en Sol d’en Serra, Cala Llonga. El Ayuntamiento ordenó a la propiedad la retirada de esta peligrosa herramienta de seguridad y, a pesar de encontrarse en el extranjero, desinstalaron las concertinas en menos de 24 horas.

A través de este periódico también conocimos que la bahía de Talamanca seguirá este verano sin un control para los fondeos de yates y embarcaciones. Tampoco habrá un módulo con baños y taquillas en la playa de ses Figueretes, que ha experimentado un espectacular crecimiento en el número de visitantes a lo largo de los últimos años gracias a la modernización de la planta hotelera y a la revitalización del barrio. Los proyectos impulsados por el Ayuntamiento de Vila se encuentran atascados y en manos de otras administraciones que ralentizan la tramitación administrativa.

En Santa Eulària, mientras tanto, se ha estrenado la nueva plaza peatonal del Cañón, que ahora dispondrá de juegos infantiles y chorros de agua, entre otros elementos, para el disfrute de los más pequeños. Peores críticas está recibiendo el Consistorio de Vila con la reforma de Vara de Rey y sus extraños tridentes que sustituyen el tradicional reloj del conocido bulevar.