Después de la espectacularidad de otras ediciones, la feria Eivissa Medieval volvió a apostar ayer por la sencillez y la divulgación histórica para su espectáculo de inauguración. Una sencillez que, sin embargo, no estuvo reñida con una magnífica puesta en escena, un magnífico texto sobre la historia de la construcción de las murallas de Ibiza y un magnífico vestuario, a cargo todo ello de la compañía madrileña Morboria.

No en vano, la representación que pudieron contemplar los cientos de personas que poblaron ayer el Mercat Vell del barrio de la Marina de Ibiza fue como un pequeño documental de algo menos de media hora. De hecho, y escuchando al numeroso público, los treinta actores de la compañía, que encarnaban a más de cuarenta personajes, dejaron un magnífico sabor de boca demostrando su amplia experiencia de más de tres décadas preparando funciones de teatro clásico y teatro de calle y el por qué de su Premio Max de teatro.

La representación comenzó con extrema puntualidad. A las 18.30 horas en punto las puertas del Portal de Ses Taules se abrieron para dejar paso a música medieval y a una decena de personajes del Renacimiento que fueron desfilando hasta la mitad de El Rastrillo. Había de todo, desde cortesanas a curas, pasando por campesinas, vendedores de pescado, buhoneros, trobadores o juglares. Y de entre ellos, uno llamaba la atención por encima de los demás. Un narrador que con su voz potente y cautivadora fue el encargado de contar la historia de las murallas de Ibiza.

En verso y con agilidad, los presentes se remontaron rápidamente a la época en la que Ibiza empezó a hacerse conocida por su comercio y su situación geográfica. Algo que, en torno a 1500, no pasó desapercibido para los piratas argelinos de Barbaroja que hicieron su aparición en El Rastrillo en modo tranquilo y que, instantes después, regresaron por el Portal de Ses Taules mucho más agresivos para librar una intensa batalla con los pacíficos habitantes de la isla repleta de efectos sonoros y visuales. Los destrozos que dejaron a su paso supusieron el detonante para la construcción de una nueva fortificación que protegiera la ciudad de Dalt Vila.

Tras pedir el narrador una solución al comendador y al Rey, sin mucho éxito por cierto entre un apagado público, apareció en escena el gobernador Pedro Ezquerra, quien se comprometió a pedir al príncipe Felipe II, en ausencia de su padre, Carlos I, que atendiera las necesidades defensivas de la villa. Finalmente, después de que el público gritara también de forma muy tímida «¡¡Don Felipe ayudanos!!», la solicitud se tradujo a partir de 1555 en la construcción de un nuevo recinto amurallado encargado al Giovanni Batista Calvi, presente también en la representación.

Calvi citó a todos su colaboradores en la construcción, Antoni Saura, Antoni Jaume, Gaspar Puig y Pere Francés, y también agradeció la ayuda de todos los habitantes de la isla «para construir las murallas y los baluartes más hermosos de Europa en aquella época». Desgraciadamente, el ingeniero italiano falleció en 1564, noticia recibida por grandes lágrimas por los actores, y le siguió en su trabajo el también ingeniero Jacobo Paleazzo Fratín, quien añadió un nuevo baluarte, el de Santa Llucia, y amplió el de Sant Joan. Extremos todos ellos, contados en verso y con gran detalle, por el narrador de la compañía Morboria.

Finalmente, y en un rápido salto en el tiempo, el numeroso público se trasladó hasta 1584, cuando se iniciaron las obras de la Puerta del Mar, conocida popularmente como el Portal de ses Taules, y a 1585, año en el que se inauguró una gran lápida conmemorativa sobre el arco de entrada en la que se esculpieron el escudo de armas de Felipe II, el escudo de la ciudad de Ibiza y una inscripción en la que aparece el año de su terminación. Y por ello, como perfecto colofón, los actores de la compañía Morboria, quitaron la tela que cubría dicho escudo ante una gran ovación.

«El Ayuntamiento de Ibiza quería un homenaje a las murallas de la ciudad»

Según explicó ayer por la mañana a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA Eva del Palacio, directora de la compañía Morboria, el origen del espectáculo de la inauguración de esta edición de la feria Eivissa Medieval fue una petición expresa del Ayuntamiento de Ibiza, quien quería rendir un pequeño homenaje a la murallas de la ciudad. «Cuando se pusieron en contacto con nosotros ya tenían la idea muy clara porque querían que todo girase en torno a la historia de la creación de las murallas porque al fin y al cabo forman parte de la vida diaria de unos ibicencos que están tan acostumbrados a verlas que desgraciadamente ya no les dan mucha importancia».

Por otro lado, Eva del Palacio, también confirmó que es el cuarto año en el que participan en la feria Eivissa Medieval aunque se trata de una compañía con más de treinta años de trayectoria tanto en teatro clásico como de calle. Su debut se produjo en 2004 y volvieron al año siguiente, cuando era director Juan Antonio Torres, y en 2008 cuando organizaron «un original y sorprendente pasaje del terror medieval».

PROGRAMA DE HOY

11.00 y 12.30 horas

Títeres. Perdidas en la lámpara del beduino.
Compañía Improibiza. Claustre de l’Ajuntament.

11.00, 14.00, 17.30 y 21.00 horas
Exhibición de luchas y combates en el campamento medieval
Baluard de Sant Pere

11.00 y 19.00 horas
Juegos medievales a caballo Club Hípico Bruno. Parc Reina Sofia

12.00, 13.30, 18.30, 19.30 y 20.30 horas
Títeres
Espectacle infantil. Plaça de la Catedral

12.00 horas
Música renacentista Una missa a Venècia
Angelo Comotto. Iglesia de Santo Domingo

18.30 horas
Espectacle infantil. Camaleón Teatro.
Baluard de Santa Llúcia.

20.00 horas
Música renacentista. Ay luna que reluzes.
Grup Antic Balàfia Ensemble. Iglesia de Sant Domingo.

21.30 horas
Teatro. Piratas, corsarios y otros temerarios.
Compañía de teatro Morboria.Claustre de l’Ajuntament

22.00 horas
Espectáculo de música y fuego
Con grupos de animación. Parc Reina Sofia