La denunciante, Ana Rosa Galán, con su perro Nano en la entrada de los juzgados de Ibiza.

Un total de 720 euros de multa e indemnizar a la víctima con 680 euros. Es la pena impuesta por el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Ibiza, Santiago Pinsach, a la pareja denunciada por echar de casa a una joven a la que había realquilado una habitación con su perro en ses Païsses.

A.M.V. y R.N.N., han sido condenados por un delito leve de coacciones y un segundo de apropiación indebida. La sentencia también recoge sendas multas de 30 días a razón de 6 euros al día, con una responsabilidad personal de 15 días de privación de libertad en el caso de impago de la multas o indemnizaciones.

Los hechos juzgados se remontan al 14 de abril, cuando Ana Rosa Galán denunció que los jóvenes que le habían arrendado una habitación le habían dejado en la calle alegando las molestías que generaba su bulldog francés, Nano. «Ellos me alquilaron la habitación sabiendo que iba con mi perro», subrayó Ana Rosa.

En la sentencia, el juez Pinsach relata como hechos probados que la pareja denunciada ofreció el alquiler de una habitación a través de las redes sociales y que la denunciante, Ana Rosa Galán, entregó 800 euros a su llegada a la casa, el 6 de abril. Una semana después, la tarde del 14 de abril, Ana Rosa denunció en el cuartel de la Guardia Civil que al regresar a la casa donde vivía se había encontrado con la cerradura cambiada y sus pertenencias abandonadas en la calle.

En el auto se indica que los denunciados negaron la existencia del alquiler que ha quedado probado por los testimonios de las partes y los mensajes de voz o de texto entre la denunciante y una de los denunciados.

El juez señala la «inverosimilitud» de la pareja denunciada, que alegó en su defensa que se trataba de «convivencia a prueba sin entrega de dinero pero sí de llaves. Resulta inverosímil o increíble como incompatible con la experiencia común o realidad social, que pueda aceptarse la entrada en el propio domicilio, con entrega de llaves, de persona desconocida sin previa entrega de dinero ‘a prueba’ de no se sabe qué y hasta no se sabe cuándo».

Ana Rosa manifestó estar satisfecha «a medias, ya que me van a devolver lo que es mío pero he tenido muchos gastos derivados de quedarme en la calle coincidiendo con la Semana Santa. La situación me afectó mucho», advirtió la joven sevillana. Las partes tienen cinco días de plazo para recurrir la sentencia.

LA NOTA

WhatsApps, ronquidos y realquileres

Las supuestas molestias causadas por la fuerte respiración del bulldog francés Nano sería el origen de unas desavenencias que dieron pie a una sucesión de actos irregulares que desencadenaron una denuncia en el cuartel de ses Païsses y han acabado con una sentencia condenatoria del juzgado de Instrucción número 4 de Ibiza. Pese a no haber ningún contrato o recibo de por medio, el juez ha tenido en cuenta el cruce de mensajes que acreditan la relación entre denunciante y denunciados. El delito de coacciones viene dado por el hecho de cambiar la cerradura, una situación que se repite cada vez más en Ibiza por la multiplicación de alquileres ilegales en todas sus formas: desde el realquiler a la estafa.