Imagen del edificio del viejo retén de la Policía Local, en la calle Vicent Serra i Orvay, donde se construirá el albergue.

El nuevo escenario que plantea el Ayuntamiento de Vila para el futuro albergue municipal, cuyo coste rondará los 1,4 millones de euros, ha vuelto a desatar las críticas de la Asociación de Vecinos y Comerciantes del Eixample Nou, así como de algunos residentes del barrio. El consistorio anunció este jueves que el edificio que ocupaba la Policía Local, en la calle Vicent Serra i Orvay, no cumple con las normativas vigentes y deberá ser derribado para, después, levantar el futuro centro de acogida temporal.

«Se nos ha tomado el pelo. Nunca habían dicho que hubiera que derribar nada sino que sería una simple reforma. Por eso se había elegido esta opción. En base a eso si se tenía que hacer desde cero [el nuevo albergue] que hubieran elegido otra ubicación. No lo entendemos», manifestó ayer el presidente de este colectivo vecinal, José Vicente Riera, que aseguró estar «flipando» y «en jaque» tras conocer la noticia «a través de la prensa». En este sentido, Riera admitió que el primer teniente de alcalde de Vila, Joan Ribas, se puso en contacto con la asociación para presentarles las últimas novedades del proyecto, pero declinaron la invitación «porque no íbamos a poder hacer nada», indicó.

El portavoz de la asociación y propietario de un negocio situado frente al viejo retén de la policía advirtió además de que el derrumbe «supondrá obras importantes» en la zona. Además de una nueva partida de 100.000 euros. Riera asegura que pedirán explicaciones al Ayuntamiento y no descarta que, tras reunirse este fin de semana con la junta directiva, se acuerde convocar algún tipo de movilización contra la ubicación del futuro albergue municipal.

Mientras tanto, ayer la mayoría de vecinos encuestados por esta redacción se posicionaron en contra del proyecto del Consistorio y coincidieron con la asociación en denunciar que la noticia del derribo «es una tomadura de pelo».

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«Cada vez está más claro que todo esto es una farsa muy grande por parte del ayuntamiento y concretamente de este concejal. Todas las explicaciones que nos habían dado son falsas», declaró uno de los firmantes en la votación efectuada a principios de abril.

Otro residente se manifestó en contra de la ubicación del centro de acogida «por la seguridad de los niños que pasan por aquí para ir al colegio». «Dicen que la gente que irá al albergue no hará nada, pero yo he visto cómo algunos del otro lado [el centro de día de Cáritas] mean, insultan y escupen». Este vecino propone que hagan el albergue «en Can Misses o en sa Coma, donde tendrán mejores instalaciones que aquí».

Otro ciudadano crítico con el proyecto lamentó que ahora «todos tendremos que pagar el derribo» del edificio y recordó «las manifestaciones y la recogida de firmas» realizadas para tratar de frenar los planes del Consistorio.

«A lo vecinos de aquí no nos parece el sitio más adecuado. Albergue sí, servicios sociales sí, pero este no es el mejor sitio. Hay constancia de la generación de problemas en el barrio», declaró un cuarto vecino consultado.
Más receptivas se mostraron tres trabajadoras de un centro comercial ubicado a escasos metros del retén.

«Todos tienen derecho mientras no se metan con la gente y dejen dormir a los vecinos», indicó una de ellas. Otra compañera cree que al albergue acudirán «yonkis», aunque matiza que «para que duerman en la calle, mejor que tengan un lugar adecuado».