Las obras de ampliación y reordenación del estacionamiento del aparcamiento de es Soto Fosc en Dalt Vila se han retomado tras encontrar un pie de muralla durante las excavaciones para realizar los trabajos.

Los trabajos para aumentar a 18 a 34 el número de plazas de este aparcamiento empezaron el pasado mes de octubre. Contaban con un presupuesto de 49.920 euros y debían ejecutarse en tres meses, un plazo que se ha alargado al menos medio año más por el descubrimiento arqueológico.

Según explicó ayer el Ayuntamiento de Eivissa, este hallazgo hizo que los servicios municipales de Patrimoni decidieran incorporar el trozo de muralla al proyecto dado que no esta incluido en los planes iniciales.

Vuelta a empezar

Después de informar a la ponencia técnica de Patrimoni y a la Comisión Insular de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Patrimonio Historicoartístico del (CIOTUPHA) del Consell d’Eivissa, el proyecto tuvo que volver a hacerse de nuevo para integrar el pie de muralla en la construcción final siguiendo las indicaciones de los técnicos.

Después de que Ayuntamiento y Consell dieran luz verde a la modificación del proyecto, los trabajos se han vuelto a poner en marcha recientemente. Sin embargo, el Consistorio no ha dado una fecha aproximada de la finalización de las obras. «Esperamos acabarlas cuanto antes para dotar a la zona de más plazas de aparcamiento y mejorar su estado», señalaron fuentes municipales.

La ampliación de este aparcamiento es una reivindicación de los vecinos de Dalt Vila y de los ciudadanos y funcionarios que acuden al casco histórico amurallado tanto a la sede del Ayuntamiento en Can Botino como al

Colegio de Arquitectos

La falta de plazas de aparcamiento en es Soto es acuciante todo el año, especialmente por las mañanas, pero se ha agravado en las últimas semanas tras el inicio de la temporada turística y la gran cantidad de visitantes que acuden con sus vehículos o en autobuses a la zona para visitar la catedral y la fortificación de Dalt Vila.

El cierre del aparcamiento de es Soto a consecuencia de las obras obliga a numerosos vehículos a estacionar sobre la calzada del camino del Calvari formando una larga cola de coches, incluidas las curvas, que llega estos días hasta el baluarte de Sant Jordi, cerca de la sede de la Universitat de les Illes Balears en Ibiza.