La empresa que gestiona el suministro de agua potable en Sant Josep, Aqualia, anunció ayer que el agua corriente de una parte de la zona del sur del municipio no es apta para el consumo humano. En concreto, están afectados por esta situación los núcleos de Cala Vedella, Cala Carbó, Cala Molí i Caló d’en Real.
Según informaron, en las últimas analíticas realizadas se ha detectado un «exceso» de cloruros, sodio y conductividad en el agua. «Debido a las elevadas concentraciones de cloruros existentes y según la normativa sanitaria, la calificación del agua es no apta para el consumo, por lo que no puede utilizarse ni para beber ni para preparar alimentos. Puede emplearse para otros usos que no supongan su ingestión», informaron ayer desde Aqualia, que explicaron que esta calificación se mantendrá hasta nuevo aviso.
La notificación, que se realiza en cumplimiento de la normativa, detalla que este exceso de cloruros se origina tras aportar a la red de distribución de estos núcleos caudales de otros recursos con mayor salinidad por aumento puntual de la demanda.
Un hecho que confirmaron desde el Ayuntamiento de Sant Josep, que explicaron que debido a «la falta de caudal de agua» se ha reforzado la conexión con agua desalada. «Esto hace que el nivel de cloruro sea más alto del que tocaría y, por tanto, ahora mismo el agua que llega es más salada de lo que tendría que ser», reconocieron desde el Consistorio, que no supieron detallar cuántos vecinos están afectados.
Para el Ayuntamiento josepí la solución definitiva al problema de la falta de agua potable que padece el municipio pasa por la «conexión con la desaladora de Santa Eulària. «Esta es la única vía con la que el problema podría quedar resuelto», remarcaron.
Desde Aqualia, también recordaron que a partir de determinadas concentraciones, el cloruro, el sodio y los elementos componentes de las sales del agua, le dan un «sabor perceptible» al agua.