Esta semana hemos decidido volver a Santa Eulària a hacer nuestra compra ya que en nuestra visita anterior nos quedamos con ganas de repetir dada la calidad de los productos que se ofrecen en las paradas que, contra viento y marea, consiguen seguir abiertas pese a las dificultades que suponen la competencia de las grandes superficies y la falta de aparcamiento en las inmediaciones de la instalación, eso sí, muy cercana a la parada de autobuses de la localidad.

Como les contábamos hace unas semanas el Mercado de Santa Eulària tiene como seña de identidad la de acoger, además de paradas dedicadas a la alimentación, servicios que no se incluyen en otras plazas de la isla. Hoy nos hemos fijado en la Sastrería Francisco, que ofrece sus servicios en este mercado desde hace 10 años. La clientela que acude a la sastrería es de todo tipo «desde cazacos hasta alemanes», nos explica el costurero sin dejar su tarea en ningún momento. «Normalmente hago arreglos de vestidos y trajes. Confecciono cuando tengo tiempo porque últimamente ha subido mucho el trabajo de arreglos. La gente aquí en Ibiza además va mucho de sport y hacemos muchos bajos, cremalleras». Francisco asegura que con la crisis «se ha notado mucho que ha subido el trabajo. La gente ahora sí lo puede arreglar, ¿porqué lo va a tirar?». «A mí no me hace falta publicidad, con los años que llevo aquí todo el mundo me conoce. El boca a boca es lo que mejor funciona». Si usted tiene que arreglar un bajo lo puede hacer a un precio muy asequible, entre 6,50 y 9 euros. Cambiar una cremallera le saldrá entre 13 euros y 26 euros, depende de la prenda y la longitud. Además, Francisco tiene expuesta una selección de su biblioteca personal que se puede comprar y se puede consultar. «Es una forma de romper el hielo para el que le guste la lectura». Dejamos a Francisco en su labor porque está realmente ocupado.

Nos vamos a buscar un pollo, preferentemente pagès. Un amigo nos ha contado que en este mercado hay una carnicería que tiene como una de sus especialidades las aves biológicas. Y así lo comprobamos en la Carnicería Pepita y Emilio en la que les podemos decir que hemos encontrado el pollo de pata negra, literalmente. El paradista nos cuenta que están a punto de levantarse las restricciones impuestas por culpa de una gripe aviar detectada en Europa y que en una semana, presumiblemente, todo volverá a la normalidad. No encontramos el pollo pagès pero si dos opciones de pollos ecológicos que nos hacen olvidar la idea con la que vinimos. El precio se sitúa a partir de los 9 euros el kilo. «El pollo más puntero de todos es el pollo Cuq; somos la primera carnicería que apostamos por él ya en el mes de julio, porque come exclusivamente grano». La otra variedad a la venta hoy es el gall con indicación geográfica protegida del Penedés, que está alimentado de brotes de soja y de maíz, «es un autentico pata negra», y no solo por su sabor sino porque sus extremidades son de ese color. «Y en otras ocasiones tenemos también el pata azul», añade Emilio.

Además, en este establecimiento son distribuidores de pato, a partir de 7,90 euros el kilo, y venden el hígado, el foie y todos los productos procedentes del ánade de primera calidad.

Otra de las especialidades de la casa son las carnes procedentes de ganadería ecológica. En Pepita y Emilio ofrecen desde el producto más delicatessen hasta lo más asequible para la comida del día a día, con la calidad como primera norma. «Estamos especializados en vacuno, en cordero, pero también tenemos un estupendo cerdo, por ejemplo», nos cuenta el titular, muy orgulloso del material que luce en el puesto. «Somos grandes especialistas, tenemos el ternasco de Aragón, (chuletas a 19, 90 euros el kilo), con denominación de origen, eh?». Por no hablar del buen aspecto que tienen tanto la vaca como el buey curados «en diferentes puntos y de diferentes procedencias. Tenemos vaca gallega y europea. El chuletón estaría de 20 euros para arriba. El animal pierde líquidos, peso y por eso coge precio», nos detalla Emilio. Asimismo, «somos la primera carnicería de España en apostar por el cordero ibérico, y no nos equivocamos. Ahora se exporta a China y Japón». «Tenemos también cerdo negro ibicenco, que lo hacemos más que nada para la sobrasada que elaboramos», pero lo que más trabajamos es el cerdo Nature (Chuleta de cerdo 6,70 euros el kilo). Además Pepita y Emilio venden sus propias salchichas: butifarra catalana y salchicha italiana entre los 7,90 y 8,90 euros el kilo, procedentes del Nature. «Todas hechas con tripa natural. Porque el embutido que se encuentra en las grandes superficies está hecho con una tripa artificial de plástico comestible. Eso se lo están comiendo».

Y con este dato revelador nos vamos con una razón más para seguir comprando en el mercado tradicional y, como no, para seguir acudiendo al Mercado de Santa Eulària. Bon profit!!!