Una cuarentena de trabajadores se concentraron ayer a las puertas de la central térmica. | DANIEL ESPINOSA

Una cuarentena de trabajadores de la central térmica de Ibiza se concentraron ayer a las 15.00 horas en la entrada de las instalaciones de Endesa para protestar por el despido «injusto» de una compañera de trabajo, Marga, con más de 30 años de servicio en la compañía. «Nos parece totalmente injusto el despido disciplinario. Vemos que los trabajadores estamos desprotegidos ante un despido de estas características. Cuando enfermamos parece que somos un lastre para la empresa y lejos de preocuparse por nuestra salud nos ve como una carga económica», apuntó Agustín Gutiérrez, presidente comité empresa central térmica de Ibiza.

El representante sindical explicó que GESA–Endesa ha despedido a Marga «porque no ha podido asistir al trabajo varios días porque no está en condiciones y la baja está bloqueada». Gutiérrez señaló que este bloqueo se debe a que «la mutua propone a inspección médica que le dé el alta e inspección médica, con buena intención y sin poder hacer una consulta previa, se la da. Sin embargo, esta persona no está para trabajar pero el médico de cabecera, aunque ve que no está para trabajar, no tiene posibilidad de darle la baja. Nos parece muy injusto que inspección médica, sin haberle hecho una consulta previa, le obligue a trabajar porque no está en condiciones».

Los trabajadores concentrados a las puertas de la central térmica reclamaron a la empresa la reincorporación de Marga a la plantilla. «Ha habido más casos y se han solucionado de una forma o de otra y no entendemos por qué la empresa ha tenido tanta ansia de echarla», apuntó Agustín Gutiérrez, quien añadió que el 90% de la plantilla de la central ha firmado un documento en contra del despido de su compañera de trabajo.