En los últimos años estamos asistiendo a una importante transformación en los hábitos de consumo eléctrico de los hogares. Se está cambiando la concepción de que las bombillas compactas y los fluorescentes comunes conocidos hasta la fecha presentan una mayor calidad frente al auge de las bombillas LED. Este nuevo paradigma se ha creado gracias a la normalización de uso en muchos ámbitos ya que se ha venido demostrando que, pese a ser bombillas ligeramente más caras que las convencionales, presentan ventajas que las equiparan a ellas en calidad y en precio. Por un lado está la durabilidad, ya que las bombillas LED pueden llegar a durar el doble que los fluorescentes tradicionales. Por el otro está la ventaja de que las luces de este tipo se encienden de manera automática, es decir, no tenemos que esperar unos segundos a que se caliente el florón para que se haga la luz. Hecho que se suma a que este tipo de bombillas no se resienten tanto al encenderse y apagarse de manera continuada. Estas ventajas han sido aprovechadas por los fabricantes de distintos productos de iluminación que van desde lámparas hasta productos de decoración tanto para hogares como para eventos, para crear productos que se iluminen durante más de medio día sin necesidad de estar conectados a la corriente.

Esto es posible gracias al sistema interno creado para que cuando los polos opuestos entren en contacto se haga la luz sin necesidad de estar conectados a la corriente. En este sistema se basan los productos de decoración para fiestas y eventos que utilizan la tecnología LED. Son ejemplos significativos los cubitos de hielo LED de tuspulserasluminosas.com que se iluminan al entrar en contacto con el liquido del vaso que los contiene creando un circuito interno para que la bombilla pueda activarse y se desactive cuando no haya líquido. De una manera similar funcionan por ejemplo otros productos como las pulseras o globos LED, que se iluminan una vez se estira de la banda que va unida a la bombilla antes de hincharlos. La única diferencia en este caso es que no se puede desactivar y hemos de resignarnos a que la bombilla se agotará pasadas 24 horas.

El sistema LED funciona en origen de una manera similar que las bombillas y sistemas de iluminación más tradicionales. La idea es que llegue corriente a través del choque de los polos ya sea por fricción, por el uso de pilas o por la electricidad. En cualquier caso, y sin voluntad de entrar en tecnicismos, lo que sí que podemos observar es que últimamente este sistema de iluminación se ha ido adaptando a entornos que van más allá de las lámparas tradicionales ancladas al techo o que acompañan escritorios y mesitas. Es más, tanta es la fiebre por los productos LED que hasta han sido adaptados para utilizarlos en productos de decoración como las conocidas lámparas de mesa en forma de piña con bombillas LED o las lámparas de letras hechas con un sistema LED que se iluminan al encenderse el interruptor por la corriente o por las pilas de su interior.

Este tipo de iluminación también ha sido adaptada a entornos infantiles como por ejemplo los quitamiedos de los bebés, porque entre además de las mencionadas anteriormente, otra de las grandes ventajas de este tipo de bombillas es que permite crearlas en distintos colores. Lo que los hace más atractivos, sobre todo a nivel infantil.