Los agentes que investigan el incendio que quemó más de 3,5 hectáreas de terreno en el Port des Torrent localizaron ayer el foco del fuego a escasos metros de la avenida de Sant Agustí. Todo apunta a que una negligencia, posiblemente un cigarrillo mal apagado, sería el detonante del primer gran incendio de la temporada estival en Ibiza.

Ayer por la mañana agentes del Seprona de la Guardia Civil y de Medi Ambient regresaron al escenario donde se originaron las primeras llamas. La zona había sido precintada la noche del martes pero ayer, analizando más exhaustivamente el terreno, observaron que el foco se situó a escasos tres metros de la carretera, a la altura del puente sobre el torrente. Se da la circunstancia de que en este tramo se están llevando a cabo unas obras y todo el tráfico rodado y los peatones pasan por el margen donde se inició el fuego.

Mientras los agentes del Seprona y de Medi Ambient analizaban el terreno, efectivos del Ibanat y un retén de bomberos continuaban refrescando la zona. Las llamas pasaron de un punto de vegetación seca al cañar del torrente y desde allí avanzaron a gran velocidad hacia la playa. El viento empezó a soplar con fuerza a mediodía y avivó las primeras llamas.

Ayer por la mañana, los kilómetros de manguera extendidos la jornada anterior todavía estaban presentes a lo largo y ancho del torrente. Del interior de lo que queda del antiguo Recó des Torrent todavía salía una pequeña humareda. En este punto, el retén de guardia tuvo que sofocar un pequeño rebrote que se desencadenó en torno a las 23 horas del martes.

Indignación vecinal

24 horas después del incendio que puso en jaque al Port des Torrent, los vecinos de la zona trataban de digerir lo sucedido y muchos también expresaban su indignación y reclamaciones. Así, Lorena de Brito, del bar El Quijote, subrayó que la gente pasó «mucho miedo porque desde el momento en que Ramiro vio el humo hasta que las llamas estaban encima nuestra no pasaron ni 15 minutos». Su compañero Ramiro Molina destacó que «todo el mundo echó una mano. Desde el hotel Torrent Bay nos sacaron extintores y mangueras para llegar hasta la tapia del antiguo Recó des Pins. La gente se apresuró a sacar todos los coches que habían aparcados porque las llamas avanzaban a una velocidad de vértigo. Es cierto que había un poco de caos por los nervios, pero todo el mundo colaboró como pudo», señaló. Ramiro y Lorena apuntaron que los servicios de extinción llegaron en «unos 20 minutos» y reclamaron la necesidad de habilitar más bases de bomberos en la isla.

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David González, gerente de es Virot, se sumó a esta petición y también reclamó como medida alternativa la instalación de bocas de incendio. González también señaló no comprender cómo se están realizando obras en plena temporada estival. «El Ayuntamiento debería tener en cuenta estas cosas porque nos jugamos la temporada», indicó González, quien añadió que el riesgo de incendios sería mucho menor si la zona del torrente se hubiese limpiado en invierno. También denunció la presencia de okupas dentro del antiguo Recó des Pins.

Rafael González, uno de los vecinos cuyo bloque de apartamentos fue desalojado, destacó la colaboración de todos los vecinos para frenar el avance de las llamas hasta la llegada de los medios de emergencias.

«Estábamos comiendo y vimos las llamas. Bajamos corriendo y empezamos a vaciar el parquin. Quedaron dos o tres coches en la zona y como no se localizaban a sus dueños se decidió romper los vidrios y retirarlos a varios metros», señaló este vecino, que fue uno de los que intervino en los trabajos de extinción de un segundo foco causado por una pavesa. «El fuego empezó junto a la carretera y eso apunta en una dirección. Esperemos que la gente se conciencie y no vuelva a pasar porque podría haber sido un desastre», apostilló González. El Ibanat dio por extinguido el incendio a las 20.05 horas de ayer.

LA NOTA

Elementos de riesgo

Los vecinos del Port des Torrent denunciaron la proliferación de elementos de riesgo en la zona. En este sentido, denunciaron la suciedad en el torrente y la presencia de fogatas y altares con velas en una zona boscosa y con mucho matorral seco. Apuntan que aunque se han habilitado obstáculos en los accesos, «siguen habiendo okupas y asentamientos».