Tras la reforma de la dársena de Levante, comienzan a atracar desde este mes de junio los primeros megayates de la temporada al puerto de Ibiza, que este año cuenta con una nueva concesionaria: Sovren Ibiza, que ha adaptado el muelle para albergar a un total de 16 embarcaciones de entre 60 y 185 metros de eslora.

¿Cómo afrontan su primera temporada en el puerto de Ibiza?

—Con mucha ilusión porque ha sido un proyecto que ha tardado unos tres o cuatro años en madurar. Nuestro objetivo es que la primera temporada sea un éxito, darnos a conocer en el sector de las grandes esloras a nivel internacional como destino de referencia en el Mediterráneo y terminar el edificio y renovar el muelle Duques de Alba que se hará cuando acabe la temporada.

¿Qué novedades disponen con la nueva concesión?

—Tenemos un equipo dedicado cien por cien a la marina, que eso no ocurría en el pasado, y cuando tengamos el edificio de servicios tendremos una de las ofertas más interesantes para este tipo de buques en el Mediterráneo, complementado con el atractivo del destino.

¿Cuáles son las tarifas de los amarres?

—Son 3,5 euros por metro cuadrado al día en temporada. Para un barco de 60 metros, el precio es de unos 2.000 euros al día. No está al alcance de la gente trabajadora pero quizá la gente tiene una imagen de este sector y de estos clientes que no se corresponde con la realidad. Son grandes empresarios que se caracterizan por manejar bien sus negocios, que no regalan el dinero y que buscan precios competitivos para los amarres de sus embarcaciones.

La venta de embarcaciones de grandes esloras es un negocio en auge. ¿Cuáles son las cifras sobre el sector que manejan?

—En el Mediterráneo, el número de embarcaciones de más de 60 metros está creciendo muy por encima del potencial crecimiento de la oferta de amarres. Hay una carrera en la que se están construyendo cada vez más barcos y cada vez más grandes, lo cual nos afianza en la decisión de haber apostado por esta marina porque el futuro pasa por dar amarre a estos buques en destinos privilegiados como Ibiza.

Dentro de este sector, ¿qué lugar ocupa el puerto de Ibiza respecto a otros puertos del Mediterráneo?

—Nosotros pensamos que Ibiza va a ser el puerto de referencia en el Mediterráneo para grandes esloras. En otros puertos no hay la misma oferta en el número de amarres. Hay muchos amarres pero más pequeños y no se da esa combinación de tener amarres grandes de hasta 185 metros de eslora donde cabe básicamente cualquier yate que hay en el mundo y el atractivo de la isla de Ibiza. Hay otras marinas que tienen muy buena oferta de amarres pero esos destinos ahora mismo no están en la cresta de la ola como Ibiza.

Entonces podemos decir que, hoy por hoy, ¿Ibiza es el destino preferido para los multimillonarios?

—Yo diría que es el destino preferido para una gran parte de los propietarios de los yates de gran eslora en verano.

¿El puerto de Palma es, hoy por hoy, un competidor directo del de Ibiza?

—Es un puerto complementario. Evidentemente, creo que el propietario busca algo distinto cuando viene a Ibiza pero Palma tiene otra oferta de astilleros y de servicios de mantenimiento y de pintura que en Ibiza no hay porque este puerto no está pensado para ese uso que es más industrial. Creo que puede existir una complementariedad importante en invierno: tener un buen amarre en Ibiza y hacer servicios de mantenimiento en un puerto muy importante próximo como Palma. En el futuro, cuando trabajemos a fondo en una estrategia para el invierno, trataremos de explotar esa potencial sinergia.

El edificio de la plaza de es Martell es ya una realidad después de muchos años de polémicas. ¿Qué planes tienen para este edificio? ¿Puede garantizar que no tendrá usos comerciales?

—De momento no tenemos cerrado el uso que le vamos a dar al edificio porque no va a estar en servicio hasta la próxima temporada. Lo que sí está claro es que vamos a respetar los compromisos de no montar ni un club ni un restaurante. Estamos buscando una actividad que sea complementaria a la nuestra, que tenga cierta imagen y sea atractiva para nuestros clientes. También vamos a utilizar una parte para nuestras oficinas y, cuando definamos los partners con los que trabajaremos en el edificio, si es posible incluiremos una cesión de uso para hacer actividades que redunden en beneficio de la comunidad, como desarrollar algunas actividades de formación como por ejemplo cursos para obtener titulación para ser miembros de tripulación para yates.

Otra de las cosas que se llegó a comentar es que se instalarían mamparas de cristal para proteger a los propietarios de los yates. ¿Se ha descartado definitivamente esta opción?

—El asunto de las mamparas está en stand by, la solución definitiva todavía no se ha consensuado. Es algo que está pendiente de decisión entre Autoritat Portuària de Balears (APB) y el Ayuntamiento. Pero no es solo un tema de seguridad en el concepto de proteger a los propietarios de los yate sino también a la gente que pasea por el muelle. Hay que tener en cuenta los requerimientos legales sobre la protección de las personas que están alrededor. Cuando llegue el momento, todas esas cosas se tendrán en cuenta y será una decisión consensuada por todas las partes. La normativa es un tanto interpretable pero hay algunas medidas de seguridad que se tienen que tener en cuenta para embarcaciones de más de 500 toneladas. De momento , este temporada pondremos un cordón de seguridad para que la gente pueda bajar por la pasarela por si hay alguna aglomeración de gente.

¿Ha llegado Sovren a algún tipo de acuerdo para ampliar los horarios de acceso en vehículo a los andenes del puerto?

—Sigue en vigor el acuerdo que había el año pasado. Le hemos expresado al Ayuntamiento que este año habrá algún barco más que el pasado año y que hay una demanda que estamos tratando de compatibilizar con el uso del paseo. Evidentemente, tratamos de ver la manera que tenga menos impacto para las personas que están disfrutando de la ciudad. Tratamos de satisfacer a los clientes y procuramos que todas las partes estén razonablemente contentas.

¿En qué consistirá la reforma del muelle Duques de Alba?

—Pensábamos hacerlo en esta fase de la obra pero se pospuso por el tráfico de cruceros y porque, como se hicieron las obras de emergencia en el acantilado de sa Penya, ya había bastante lío al final del muelle. Lo que vamos a hacer es levantar la pasarela y sustituir esa madera por una nueva. La pasarela está soportada por una estructura metálica que está muy corroída y en malas condiciones. Aunque eso no pertenece a nuestra concesión, uno de nuestros compromisos con APB fue trabajar en la mejora del puerto y nos comprometimos a hacer esta obra. Vamos a levantar la estructura metálica y, o bien la sanearemos, la pintaremos y la volveremos a instalar, o bien la pondremos nueva. Se hará en cuanto termine la temporada, en octubre o noviembre y será muy rápido. No supone ruidos excesivos porque es levantar y sustituir.

Supongo que serán conscientes de las molestias que han ocasionado las obras de los últimos meses en los comercios del puerto. ¿El beneficio que obtendrán a partir de ahora con la llegada de megayates podrá compensar esas molestias?

—Las obras que ha hecho Sovren para la renovación del dique se terminaron el 30 de mayo, tal y como nos comprometimos. Lamento que no hayamos podido terminar el edificio porque tenemos el proyecto hecho desde febrero. Nuestro compromiso cuando llevemos a cabo la segunda parte de las obras es que van a ser mucho menos invasivas porque se harán en temporada baja y en un periodo de tiempo muy ajustado de unas semanas. Entendemos que ha habido cierta molestia pero, mirando al futuro, uno de nuestros objetivos es que sea una marina que aloje también buques en invierno. Esto supondrá más tráfico de turistas, más posibilidades de negocio en temporada baja para los comerciantes de la zona y más atractiva para la isla. Si logramos tener un promedio de 5 o 6 barcos creemos que eso redundará en un beneficio económico indudable, no solo por los turistas que vienen en esos barcos sino por los que se acercarán al muelle para ver las grandes embarcaciones.

Precisamente, uno de los problemas de Ibiza es la acentuada estacionalización de su turismo. ¿Cuáles son los planes de Sovren Ibiza para alargar la temporada de los megayates?

—La parte más importante para poder desestacionalizar este tipo de turismo es proveer a los barcos con electricidad. Ahora mismo, la están produciendo con sus propios generadores. La idea es traer suficiente energía para dar servicio a esos buques y lo queremos hacer en el año 2018. Nuestros ingenieros ya están trabajando con APB y Gesa para definir el proyecto que tenga menos impacto para traer esa energía al puerto. No está claro todavía si será por mar o por tierra, pero se hará de la manera más sencilla y con menos impacto. Las obras empezarán en invierno de 2018 aunque todavía no están definidos los plazos.