La denuncia que ha lanzado la asociación LGTB mallorquina Ben Amics sobre la subvención del Consell d’Eivissa a la organización del Ibiza Gay Pride, por importe de 21.000 euros, ha llamado poderosamente la atención, pues nos sitúa ante lo que constituye una realidad en la organización de las fiestas del Orgullo Gay, no solamente aquí, sino en todo el mundo. La obscena mercantilización de un evento que debiera ser puramente reivindicativo como es el Gay Pride, es algo que muchos miembros del colectivo LGTB rechazan abiertamente. Analizando el fondo del asunto, el Consell d’Eivissa tiene la obligación de estudiar la denuncia formulada por las asociaciones Ben Amics y La llave del Armario y no despachar el asunto con un comunicado de prensa defendiendo la legalidad de lo hecho hasta ahora. Si lo que piden es mayor transparencia, atiéndase su solicitud. Quizás sea lo mejor sacar la organización del evento a concurso público. Pero estas dos asociaciones también podrían explicar, ya que se lo reprochan a los organizadores del Ibiza Gay Pride, dónde están sus sedes en Ibiza y cómo atienden ellos a los usuarios en las Pitiusas. Tampoco estaría de más que muestren sus memorias de actividades, de forma que podamos comprobar si ellos llevan a cabo más actuaciones que Ibiza Gay Pride, cosa que por el momento no consta en absoluto. Su denuncia tiene un tufo a marica envidiosa que tira de espaldas, pero lo peor es ver detrás de esta maniobra la mano que mueve los hilos de forma poco disimulada.

Parece que la denuncia de Ben Amics es una maniobra de Podem para meterle el dedo en el ojo al PSOE, de forma bastante rastrera, pues consiste en tirar la piedra y esconder la mano. Que Ben Amics está entregada a Podem es una obviedad. Y que Podem no soporta a Marta Díaz, otra realidad incuestionable y nada disimulada. Podem utiliza a Ben Amics parta atacar a Marta Díaz y a su través, a la Federació Socialista d’Eivissa del PSOE. Aún recuerdo que el año pasado un distinguido podemita criticó al PSOE por participar en la marcha del Orgullo con una carroza propia, cosa que han hecho toda la vida.

Que el Ibiza Gay Pride se celebra desde hace 4 años, está fuera de discusión. Que su planificación, organización y desarrollo genera unos costes que el Consell d’Eivissa considera de interés público atender, resulta muy legítimo. Que la asociación que lo organiza no desarrolla ninguna otra actividad durante todo el año que las propias del evento, parece obvio. Pero ni la Llave del Armario ni Ben Amics parecen estar en condiciones de dar lecciones a Ibiza Gay Pride. Es más, lo que parece es que ahora que el evento está lanzado y consolidado, pretenden sacar tajada. ¿A esto se limita ahora la lucha del colectivo LGTB? ¿A darse de hostias públicamente por las subvenciones? ¡Qué felices deben estar algunos colectivos homófobos viendo el espectáculo!

● Más transporte público.

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Hay que felicitar al Consell d’Eivissa y al Ayuntamiento de Vila por su rápida reacción ante el incipiente caos circulatorio en la ciudad que, para ser justos, hay que reconocer que es en gran medida inevitable dada la gran afluencia de vehículos, aunque por la misma razón perfectamente previsible. La puesta en marcha de la línea de transporte público que une los aparcamientos disuasorios de Es Gorg y de Gesa, es un acierto que estimula a los conductores a no adentrarse con sus vehículos en el infierno que ya son las calles de Vila, tanto para circular como para aparcar. Pero quizás hubiera venido mejor algo más de previsión y articular soluciones sin esperar a tener encima el problema.

● Es Martell.

Y también debemos reconocer el acierto que supone el edificio construido por la Autoridad Portuaria de Balears (APB) en el muelle de Es Martell. Cuando todo el mundo se temía lo peor y las reticencias eran tantas y tan justificadas, el organismo que preside Joan Gual de Torrella nos ha sorprendido con un edificio perfectamente integrado en el entorno, sin apenas impacto visual y cuya cubierta invita a pasear, a sentarse en los numerosos lugares habilitados para ello y a disfrutarlo, como prueba la enorme concurrencia que cada tarde acude a visitarlo. La única pega que se me ocurre, por sacarle punta a algo, es la sofocante falta de sombras, lo que hace que durante las horas de mayor insolación sean pocos los que se atreven a subir hasta allí. Sería deseable que se buscase una solución a este problema y que permita que los ciudadanos disfruten todo el día de este espacio recuperado para los vecinos de Vila.

Feliz domingo.