La Policía Nacional trasladó ayer a los detenidos a los juzgados para declarar ante el juez

Tres detenidos, dos mujeres liberadas, documentación y dinero en efectivo. Es el balance provisional de un golpe policial desarrollado en diferentes puntos de Ibiza contra el tráfico de personas y la explotación sexual, un operativo con ramificaciones en Rumanía, país originario de los detenidos y sus víctimas.

En la isla, los registros domiciliarios y detenciones las han llevado a cabo agentes de la Ucrif de la comisaría de Ibiza y efectivos desplazados de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras.

Según confirmaron fuentes conocedoras del caso, en Ibiza los agentes han realizado tres detenciones, dos mujeres y un hombre que fue cazado instantes después de aterrizar procedente de Rumanía acompañado por una víctima de la trata de seres humanos.

El grueso de la operación se desarrolló el martes en una vivienda de ses Figueretes y en una casa de Sant Antoni. En el transcurso de los registros se liberaron dos mujeres víctimas del entramado delictivo.
Los agentes también intervinieron documentación y unos mil euros en efectivo.

La investigación apunta que los detenidos en Ibiza serían los cabecillas de una organización dedicada al tráfico de mujeres entre Rumanía y España.

Las mismas fuentes apuntaron que el operativo policial también está activo en Rumania y no se descartan nuevas detenciones.

El método del ‘lover boy’

La banda golpeada por la Policía Nacional guardaría ciertas similitudes con una organización criminal desasticulada en Ibiza el pasado verano. la denominada ‘Operación Mar’ se saldó con nueve detenciones y destapó la brutalidad que esgrimía la banda con las mujeres explotadas. Una de ellas estaba embarazada de seis meses y era sometida a toda clase de vejaciones.

La Policía Nacional, en colaboración con las autoridades rumanas, desmantelaron la trama organizada por dos hermanos procedentes la localidad rumana de Calarasi.

Los detenidos utilizaban el método del ‘lover boy’ para «seducir y captar» a las víctimas. Los proxenetas les prometían una vida en común como pareja en Ibiza. Una vez aquí, las jóvenes eran explotadas sexualmente.