Parte de esta vivienda de s’Argamassa se tendrá que tumbar por ser ilegal.

Tras recibir el informe favorable del departamento de Patrimoni del Consell d’Eivissa, el Ayuntamiento de Santa Eulària concedió ayer la licencia de derribo a los propietarios de una vivienda ilegal en s’Argamassa, que deberán destruir entre 80 y 100 metros cuadrados de esta casa construidos ilegalmente.

Una vez se le notifique esta decisión a los propietarios, éstos tienen un plazo de entre dos y tres meses para ejecutar el derribo una vez termine la temporada turística, por lo que el Consistorio espera que a finales de este año o a principios del próximo se lleve a cabo la demolición. Finalmente la propiedad de la vivienda no deberá derribarla del todo después de que los técnicos del Ayuntamiento de Santa Eulària verificaran su viabilidad sin las partes construidas ilegalmente, aunque tendrán que aplicar un refuerzo estructural.

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Este asunto se remonta al año 2008 cuando el Ayuntamiento de Santa Eulària inició un expediente sancionador por una ampliación de la vivienda que no se ajustaba a la licencia municipal de obras. La propiedad intentó legalizar las obras, a lo que el Consistorio informó negativamente en repetidas ocasiones y finalmente y tras una larga tramitación se resolvió que la casa incumplía el retranqueo tanto con la vecindad como con la zona verde pública y Demarcación de Costas.

Además, la asociación Recuperem l’Aqüeducte de s’Argamassa (Rasar) había denunciado que esta edificación se levantaba sobre los restos de una villa bizantina de 2.960 metros cuadrados de extensión junto al acueducto romano de s’Argamassa, que está declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) por el Consell d’Eivissa y en la pasada legislatura fue restaurado.

Por otro lado, vecinos de la zona también denunciaron ayer que la vivienda ilegal ha sido ‘okupada’. Además, señalan que estas personas también se aprovechan del suministro de agua y de electricidad de casas cercanas y aseguran que han denunciado los hechos ante el Ayuntamiento de Santa Eulària. «Roban el agua, han agujereado el suelo para canalizarla hacia la casa ilegal y también han agujereado la clavija que está en el suelo para tomar la luz», apuntan estos vecinos.