El mes de junio se despide abriendo paso al periodo central de la temporada turística, los dos meses más fuertes del año, en los que Ibiza se pondrá a prueba para atender al cada vez mayor volumen de visitantes. En julio y agosto habrá en la isla más de 300.000 habitantes cada día, pero el problema de la vivienda que ha devenido en una falta de mano de obra amenaza la estabilidad de una industria, la turística, a la que se pretende fidelizar.

Ibiza posee la cualidad innata de enamorar a sus visitantes, pero si no es posible ofrecer una correcta atención, si escasean los recursos y si además se disparan el intrusismo y la delincuencia será harto complicado convencer al turista de ‘calidad’ de que repita destino.

Atendiendo a la actualidad insular, la semana arrancó con la noticia de que el Consell d’Eivissa y los pescadores han hecho llegar a la Autoritat Portuària de Balears sus quejas por la gestión del puerto. Han denunciado ante el presidente de la APB, Joan Gual de Torrella, que no hay vigilancia ni control en los accesos. De hecho, la vigilancia nocturna en el muelle la pagan los pescadores. En este sentido, el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, insistió en que el director desconoce qué pasa en el puerto. El líder socialista reiteró en estas páginas sus quejas por la gestión de los muelles de la ciudad y reclama «cambios» a la Autoritat Portuària. El conseller de Medi Ambient, Miquel Vericad, también apoya las reclamaciones de los pescadores.

También a comienzos de semana conocimos que el Gobierno central cuestiona hasta 12 leyes que elabora la izquierda balear, entre ellas la ley de los toros y la tarifa plana para interislas.

En el municipio de Sant Joan, su alcalde, Antoni Marí ‘Carraca’, no ve viable la construcción de un hotel en Cala d’en Serra, que se levantaría sobre las ruinas del enorme esqueleto de hormigón que desde hace varias décadas vigila el precioso enclave de la costa norte ibicenca.

El alcalde duda de que las ruinas que hay en esta zona, que se encuentran en terrenos protegidos, se puedan convertir en un establecimiento hotelero de lujo con spa. Los técnicos, de hecho, aseguran que hay que derrumbarlas.

Mientras tanto, la economía pitiusa mantiene su empuje y crece hasta un 3,9%, por encima de la media balear y la española. Todo crece en Ibiza, menos los sueldos.