Los vecinos de la calle Rosell de Sant Antoni han dicho basta. El sábado por la noche, una veintena de residentes se concentraron para protestar contra la prostitución que se ejerce en los párquines disuasorios en esta céntrica calle de Sant Antoni, a escasos metros de la iglesia parroquial del pueblo. «Cada noche presenciamos aquí no sólo prostitución sino robos, peleas y asedio a los turistas, que son el motor de nuestra economía», explicó Ángeles, una de las vecinas que se concentró el sábado por la noche en la calle para ‘intimidar’ a las prostitutas y a sus proxenetas. «Íbamos a poner una pancarta, pero como son gente muy rara ya nos dijo la policía que tuviéramos cuidado con lo que hacíamos porque ellas son muy peligrosas, que no les dijéramos nada y que vean gente para intentar que no vengan por aquí», añade Ángeles.

Los vecinos concentrados aseguraron que la problemática viene de lejos, pero que desde las instituciones no han tomado medidas para controlarla. Los vecinos explicaron que las prostitutas «son muy violentas, agresivas. Si los increpas se revuelven contra ti y puedes llegar a temer por tu integridad», y que realizan sus servicios en los mismos párquines, a la vista de todo el mundo. «Normalmente son guiris que están borrachos y mientras una le hace las cosas, la otra le va abriendo la cartera para robarle», precisó otra vecina.

También explicaron que la policía lo tiene muy complicado para engancharlas in fraganti: «Los ‘chulos’ tienen a las chicas de arriba para abajo, no sabemos si las tienen esclavizadas o no y cuando viene la policía tienen a alguien que les avisa por teléfono, por lo que por mucho que se paseen en complicado que las pillen porque tienen a alguien informando».

Los vecinos afirmaron que han pedido al Ayuntamiento que instala más iluminación en estos puntos para disuadir a las prostitutas, pero que todavía no han atendido su petición y piden a los vecinos que denuncien esta situación ante los cuerpos y fuerzas de seguridad, «porque si no denuncias es como si no pasara ya que no queda constancia».