Aquellos días del mes de julio de 1936, hubieran podido ser unos días como todos los de la época de canícula característicos de nuestras islas.

Sin embargo, desde África llegaban vientos de guerra y en Madrid «pintaban bastos» como definía Ramón J. Sender en su obra ‘Réquiem por un campesino español’ los momentos previos a la proclamación de la II República y la posterior salida de España de Alfonso XIII.

La situación nacional se había ido radicalizando, los sueños de la República desaparecían y daban paso a procesos revolucionarios como los sucesos de Asturias y la declaración del Estat Català, en 1934.

La victoria del Frente Popular significó la fractura total entre las dos Españas, fractura que derivó en el Alzamiento y la posterior Guerra Civil.

La guarnición de Baleares no era ajena a la trama militar; el general Goded ya había reunido a sus colaboradores para perfilar los detalles del Alzamiento. Los asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo precipitan los hechos. El día 17 se rebela el Ejército de África al que se sumarán diversas unidades de la Península y de los archipiélagos; en Baleares triunfa en Mallorca y en Ibiza y Formentera, quedando Menorca fiel a la Republica hasta el final de la Guerra.

En Palma el estado de guerra se proclama el día 19 de julio a primeras horas de la mañana, siendo secundado en Ibiza por el capitán Rafael García Ledesma el cual en el libro de actas del Ayuntamiento en dicha fecha ya aparece como comandante militar de Ibiza y Formentera. El capitán García Ledesma, será substituido posteriormente por el Comandante Julio Mestre, el cual se hallaba de vacaciones en la isla.

El Bando declarando el Estado de Guerra era claro y conciso, constando de solo cuatro artículos. En el primero, como no podía ser de otra manera, y para evitar confusiones, decía: «Se declara el Estado de Guerra en todo el archipiélago balear». Siguiendo con la destitución de todas las autoridades que estaban al mando de las diferentes administraciones, en la configuración de las nuevas autoridades locales tuvo un papel muy importante el teniente coronel Luis García Ruiz, hombre al que Goded quería como su sucesor al frente de la Comandancia Militar de Baleares, cosa que no pudo ser por las injerencias del coronel Díaz de Freijo. García Ruiz fue nombrado gobernador civil por lo que fue quien participó en la configuración de las Juntas Gestoras que se crearon tras la aplicación del segundo punto del Bando: «En defensa de la Patria asumo el mando absoluto de todo el archipiélago quedando destituidas todas la autoridades civiles».

Decir que Goded, antes de salir para Barcelona y según consta en las memorias de García Ruiz, le encareció que velara por la vida del entonces gobernador civil de Baleares, Antonio Espina, cosa que realizó.

En todos los bandos suelen existir disposiciones duras que no tiene por qué cumplirse como sería el tercer punto de este: «Resuelto a mantener inflexiblemente mi autoridad y el orden será pasado por las armas todo aquel que intente en cualquier forma de obra o de palabra hacer la más mínima resistencia al movimiento salvador de España. Con igual ejemplaridad se castigará el más ligero intento de producir huelgas o sabotajes de cualquier clase y la tenencia de armas que deben ser entregadas inmeditamente» .

En el último punto se llamaba a filas a todos los soldados que disfrutaran de permisos y a los pertenecientes a los reemplazos de 1931 a 1935.

Los días seguían con cierta naturalidad en el Café Balneario Bar “Playa de Talamanca”, donde se realizó un baile y el Fomento de Turismo preparaba las Fiestas de Agosto, según informaba el Diario.

En lo militar la guarnición había quedado en cuadro al marchar a principios de julio el Batallón de Infantería Vizcaya hacia Alcoy y el Grupo de Artillería hacia Mataró; de este último tenemos constancia de que sus oficiales fueron fusilados por milicianos de Estat Català a finales de agosto.

Para constatar la situación de las Islas, el comandante general de Baleares solicitó un informe detallado de la situación de la Isla, el cual era devuelto debidamente cumplimentado por el comandante militar Julio Mestre el día 26 de julio.

Entre otras cosas el comandante militar se refería al estado de la moral entre tropas y la población, «elevadísima en la tropa y Guardia Civil; buena carabineros, pero por campañas efectuadas entre esa tropa por prensa y hojas extremistas, baja mucho de la anterior».

Can Ventosa

A la resistencia de las empleadas de la fábrica de Can Ventosa se refería de la siguiente manera, «por estar sin resolver unas bases presentadas con anterioridad a la declaración del Estado de Guerra, no asisten al trabajo las obreras de la fábrica de calcetines “Ventosa” desde el 20 próximo pasado. Los obreros de carga y descarga del muelle y los del ramo de construcción tampoco asisten al trabajo. A pesar de ello anota «la tranquilidad es completa en toda la Isla a pesar de estos conflictos la vida es completamente normal».

La población extranjera era en algunos casos un problema ya que muchos de ellos solicitaban su repatriación; el 27 de julio fondeó en el puerto de Ibiza un buque de guerra para recoger a ciudadanos franceses, belgas y suizos, esta mima operación se desarrollará el día 28 y el día 5 de agosto, en que fondeara el buque holandés “Juno”.

En esas fechas se produce un hecho que pone en cierto apuro a las autoridades del momento como fue el caso del robo de tres cajas de dinamita y 1.500 detonadores el día 20. El material fue recuperado por la Guardia Civil, tal como consta en el informe al que hacemos referencia.

En un intento de evitar desórdenes y hechos que pusieran en peligro el nuevo orden se produjeron una serie de detenciones como relata el comandante Mestre, «Miguel Bonet Costa, Mariano Torres Colomar, Ángel Palerm Vich, Juan Escandell, Benjamín Costa Bailach, Pedro Torres Torres, José Prats Ferrer, Antonio Clapes Tur, José Guasch Colomar, Vicente Riera Torres, José Serra Guasch, Juan Colomar Ramón, Miguel Ramón Guasch. Vicente Guasch Guasch, Juan Tur Marí, Juan Ferrer Guasch, Juan Roig Colomar y Vicente Serra Torres. Todos procesados por contravenir el bando de declaración del Estado de Guerra, rogando a V.E. (comandante general) comunique al auditor y al fiscal y designe número correspondiente cada una de esas causas.

Detenciones

Fue también detenida Margarita Roig Colomar, «presidenta Asociación Obreras Fábrica Calcetines Ventosa por supuestas coacciones, no habiendo decretado el procesamiento de la referida».

Las comunicaciones con la Península estaban cortadas ya que el cable con Denia no contestaba, mientras que para el servicio interurbano se contaba que pudiera aguantar un mes como máximo ya que las pilas secas se estaban agotando.

También daba cuenta de la incautación de materiales como la harina, el café, el azúcar y la gasolina. De esta última el día 22 se procedió a desembarcar una serie de bidones del ‘Joven Teresa’.

A parte de las citadas incautaciones se realizaron gestiones para fletar un barco para llegar a Mallorca y recoger suministros, en caso de no ser posible se tenía previsto la adquisición de dichos géneros en el norte de África.

Los hechos posteriores del 8 de agosto, con la llegada de las tropas de Bayo y Uribarri, truncaron una calma relativa, que se vio agravada por los hechos que se produjeron en la isla hasta su reembarco y posterior conquista por las tropas procedentes de Mallorca.