Teresa Nogueiras dirige el servicio de Anestesia de Can Misses desde hace dos meses. | MARCELO SASTRE

Teresa Nogueiras hace dos meses que es la jefa del servicio de Anestesia del Hospital Can Misses, donde trabaja desde hace menos de un año. Entre los objetivos que se marca está el que sus compañeros puedan formarse fuera de la isla y el poner en marcha, además de la Unidad del Dolor, la de Reanimación.

—En el último año la lista de espera para operarse en Ibiza se ha duplicado y culpan de ello a la falta de anestesistas en Can Misses. ¿Es sólo culpa de la falta de anestesistas?
—No, no es sólo la falta de anestesistas. Es verdad que para poder atender toda la demanda asistencial hacen falta anestesistas para cubrir todos los quirófanos. Pero también es verdad que ahora hay un montón de especialidades que antes no había, como Cirugía Vascular, que tiene muchos pacientes más de los que tenía antes. La población en Ibiza cada vez aumenta más, sobre todo en verano. Es normal que si aumenta la población la lista de Traumatología aumente también. En Cirugía Maxilofacial también ha aumentado su cartera de servicios, en Urología también están haciendo muchas cirugías que antes se derivaban a Palma, las resonancias en niños también hay mucha lista de espera porque ahora las vamos a hacer aquí.

—¿Cuántos profesionales son en la unidad y cuántos deberían ser?
—En este momento somos 14 pero el mes que viene se incorporará un nuevo anestesista, por lo que seremos 15 si no se va nadie, claro. De estos 14, tengo tres con reducción de jornada. Cuando se hizo el cálculo de la plantilla se calcularon 18 para cubrir la actividad asistencial y las guardias. Aun así, tocaríamos a cinco guardias por persona, que es un poco más de lo que es normal. Calculo que lo ideal serían unos 19.

—Además, no todos los que están en plantilla hacen guardias.
—Claro. Hay cuatro personas que no hacen guardia por ser o mayores de 55 años o por temas de salud laboral.

—¿Por qué es tan difícil encontrar anestesistas que quieran trabajar en Can Misses?
—No creo que sea por trabajar en Can Misses. Anestesia es una actividad muy demandada, hay trabajo en todas partes. Hay hospitales que tienen en su cartera de servicios muchas patologías y aquí se hacen muchas menos cosas, hay menos especialidades y no operan todo lo que podrían en su especialidad. Entiendo que una persona que acaba ahora quiera formarse en todo y este hospital tiene poca variabilidad. Tampoco tenemos unidad de cuidados intensivos y tampoco tenemos unidad del dolor. También es verdad que la vivienda es muy cara aquí, yo también lo he sufrido. Así que si sumas que puedes encontrar hospitales con mayor actividad asistencial, que puedes formarte mejor y que esté cerca de tu casa sin necesidad de desplazarte a una isla y sumándole el precio de la vivienda... Pero no creo que el de la vivienda sea el único hándicap porque he vivido en otros sitios y en Palma también está cara y yo en Tenerife ya pagaba 1.200 euros de alquiler.

—La puesta en funcionamiento de la residencia para profesionales en el antiguo edificio de Can Misses, ¿ha provocado que la situación haya mejorado?
—Tuvimos una compañera que gracias a la residencia pudo venir a probar un mes, aunque luego se fue por motivos familiares. Da la posibilidad de que alguien venga, se aloje allí y pueda decidir si se queda o se va. De otra manera sería imposible.

—En su día se anunció que anestesistas del Hospital de Son Espases se desplazarían a Can Misses para echarles una mano. ¿Todavía siguen viniendo?
—Sí, continúan viniendo y si puedo mantenerlo, continuarán. La verdad es que cada anestesista que viene de Son Espases cubre una guardia y hace que el personal descanse más y puedo abrir dos quirófanos, uno ese día y el otro al día siguiente.

—Para paliar la falta de anestesistas, ¿qué se puede hacer?
—Lo más importante es hacer un servicio atractivo, tanto en lo profesional como en lo personal. Aquí hay un buen ambiente de trabajo, que predomina sobre el aspecto económico, y aquí hay calidad asistencial. También hay posibilidad, el que quiera, de tener algún incentivo económico. El que quiera crecer, podrá crecer. En cuanto a formación, sí es verdad que por la falta de anestesistas la gente no ha podido ir a formarse fuera. Que haya la posibilidad de salir fuera supondría un incentivo personal y la mejora como servicio de anestesistas. Es un hospital con muchas posibilidades y que está muy por debajo de lo que podría ser.

—Hablaba de incentivos económicos, usted ha trabajado en Canarias. ¿Allí pagan más que en Baleares?
—Sí, hay los complementos de destino y de productividad que son superiores que aquí, además de que la gasolina y la vivienda son más baratas. Pero hay otras cosas que tienen peor, como el precio de las horas de guardia, por lo que al final se acaba equilibrando.

—El pleno del Consell d’Eivissa pidió al Govern hace un mes que impulsara la Unidad del Dolor en Can Misses. Entiendo que con los profesionales que hay ahora no es posible.
—Tendría que estar la plantilla al completo porque si yo tengo una persona en Dolor, tendría un quirófano menos. Esta unidad, además, empieza con cinco pacientes y acaba con 50. Es un problema social grande, el envejecimiento poblacional cada vez es mayor y ocasiona cada vez más pacientes con dolor crónico. Es una especialidad en aumento que por el momento no se puede dar soporte porque tendría una lista de espera enorme. Necesitaría tener la plantilla al completo y que el personal de Dolor se forme, porque no entra en las funciones habituales de todos los anestesistas y aquí no hay mucho personal formado. A corto plazo va a ser inviable. La Unidad del Dolor es más que cuatro pinchazos, no sólo son infiltraciones sino una patología multidisciplinar desde la base.

—Como responsable de los anestesistas de Can Misses, ¿qué objetivos se marca?
—Lo primero que quiero fomentar es el trabajo en equipo: que puedas crecer profesionalmente, tengas un incentivo personal y que quieras luchar por el servicio. Hay muchas patología que antes se derivaran a Palma y me gustaría apoyar a las patologías para que pueda crecer el hospital y que sólo se tenga que derivar a Son Espases por motivo de material, no de anestesistas. La resonancia para niños es un objetivo para ya, seguramente se pondrá en funcionamiento a mediados de septiembre o, si falta material, en octubre a muy tardar. Y la potenciación de la cirugía ambulatoria, que disminuye mucho los costes sanitarios porque el paciente entra y se va el mismo día. Habría que reorganizarla, ver qué proceso se podrían incluir para evitar los internamientos. Este es un proceso a corto y medio plazo. A largo plazo, tiene que haber una Unidad del Dolor y una de Reanimación. Hoy hay muchos pacientes que no son ni con criterios de UVI ni de irse a planta. Por ejemplo, hoy en día los pacientes de cirugía carotídea se van a una Unidad de Cuidados Intensivos por la vigilancia postoperatoria y no es necesario. El día que la UCI esté llena se tendría que suspender la operación de este paciente porque no tenemos donde dejarlo cuando se podría tener una unidad de Reanimación con muchos menos costes.

—Un anestesista es mucho más que el profesional que te duerme antes de una operación.
—El anestesistas empieza en la visita preoperatoria, en la que se explica al paciente cuál va a ser el proceso quirúrgico, aunque ya se lo haya explicado antes el cirujano. El paciente muchas veces le pregunta al anestesista las dudas que no se atreve a preguntarle al cirujano. También adaptas la técnica a realizar a la patología del paciente para que llegue en las mejores condiciones al acto quirúrgico. Ya en el quirófano intentamos aportar seguridad al paciente, explicarle lo que va a pasar, cómo se va a despertar... quitarle los miedos. El anestesista aporta el control del dolor del paciente, de sus funciones vitales mientras está siendo sometido a una gran agresión como es una operación. Y en el postoperativo controlamos el dolor, tanto agudo como crónico, aunque el crónico de momento no es factible.
También tenemos la atención al parto, y que la mujer elija si quiere tener un parto natural con dolor o sin dolor. Y ahora, acompañando al padre en las cesáreas, que esté a nuestro lado en nuestra área de trabajo. En esto Anestesia tiene una gran labor.

EL DETALLE

«He tenido dos hijos y puedo apostar 100% por la epidural»

—¿Recomienda la epidural en los partos?

—Yo he tenido dos hijos, uno con epidural y otro sin epidural, por lo que yo puedo apostar 100% por la epidural. Hay mucha cultural del boca a boca y del leer en internet, que no siempre es cierto y se le da más publicidad a lo rocambolesco. La epidural es natural, no tiene casi complicaciones, aporta calidad en la madre y en el bebé. Es una buena anestesia y la pueden elegir o no. Es la madre la que tiene que elegir si quiere tener a su bebé con dolor o sin dolor.