Jóvenes disfrutando de la noche en pleno West End, en el núcleo urbano de Sant Antoni.

La prohibición de los tiqueteros y la reducción de los horarios de las terrazas ha provocado que los empresarios del West End hagan entre un 25% y un 30% menos de caja. «Esta gente tiene una obsesión para que desaparezca el West, lo tienen entre ceja y ceja. Primero nos quitan los relaciones públicas, ahora las terrazas... es un sinsentido», afirma Carlos Martínez, que regenta un negocio en la principal zona de ocio del núcleo urbano de Sant Antoni.

Este gallego asegura que los problemas del West End existen en otras zonas de ocio del municipio y que residentes y empresarios de la zona nunca se han entendido. «Si fuera un barrio residencial y acabáramos de abrir lo entendería, pero hace más de 40 años que llevamos trabajando. El problema es que los empresarios nunca se han sabido comunicar bien con el pueblo y ha habido muchas envidias y siempre se busca lo malo del West cuando en las discotecas y en la puesta del sol hay los mismos problemas», señala Martínez.

Desde la oposición también critican los cambios en las ordenanzas. «No han conseguido las soluciones que ellos querían sino el efecto contrario. Siempre hemos dicho que al quitar las terrazas habría más venta ambulante, prostitución y robos porque antes los camareros y empresarios eran los que controlaban las terrazas», apunta el concejal del PP Marcos Serra.

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Los ‘populares’ tampoco entienden por qué razón los establecimientos tiene que quitar la música en sus locales a partir de la medianoche para poder seguir teniendo terraza. «Si el local está insonorizado como toca y las puertas cerradas, ¿qué problema hay en que siga habiendo música y con la terraza hasta las 2? Además, entendemos que si quitan las terrazas a partir de las 2 pueden seguir teniendo música. Algo que parece que en el tripartito no tienen claro», asegura Serra, quien también critica que el alcalde «coja vacaciones en pleno verano en un municipio tan turístico como Sant Antoni».

LA NOTA

«No culpo a los policías porque tienen pocos medios»

Carlos Martínez admitió que sigue habiendo establecimientos que tienen a relaciones públicas en la calle para atraer a clientes a sus locales a pesar de que la ordenanza de ocupación de la vía pública ya no lo permite. «Han hecho unas ordenanzas superestrictas, es normal que las incumplan. La policía viene cada dos por tres y cuando ve a un relaciones públicas te lo multan. El otro día atracaron en un bar y la policía local no pudo venir y la Guardia Civil estaba en Santa Eulària. Yo no les culpo porque no tienen medios y hacen lo que les mandan», señala Martínez, quien justifica que los empresarios se salten la normativa: «La gente intenta sobrevivir y lo defiendo porque tienen que pagar un alquiler y un personal y si no se pueden defender pues lo pasan muy mal».