Si el año pasado los principales protagonistas del día grande de la localidad de Sant Antoni fueron Enzo, Carla, Xicu, Jordi y Joan, cinco niños de Sa Colla de Sa Brisa de Portmany, este año tal honor recayó en la pequeña Laura, que con cuatro años debutó ayer por la noche como balladora dentro de Sa Colla de Can Bonet en compañía de su orgulloso padre. Y junto a ella también se llevaron grandes ovaciones por parte del numeroso público presente en la plaza de detrás de la iglesia del pueblo otros pequeños de este grupo folklórico como Manel, Neus y Miquel, este último hasta que decidió abandonar el escenario en busca de una silla más confortable acompañado de nuestro fotógrafo Marcelo Sastre.

Una vez más disfrutar con las magníficas evoluciones de la impresionante cantera que hay entre las collas ibicencas volvió a ser lo más interesante en el día de Sant Bartomeu, patrón de Sant Antoni. Como suele ser habitual en todas las celebraciones de este tipo en Ibiza hubo misa, procesión, kilos y kilos de orelletes, bunyols, vi pagès y por supuesto ball pagès y fuegos artificiales, que en esta ocasión fueron lanzados por la empresa Europlà desde Sa Punta des Molí, y que iluminaron el cielo portmanyí durante cerca de un cuarto de hora gracias a unos 288 kilos de polvora repartidos en 24 secciones o conjuntos que mostraron una gama cromática de unos 15 colores distintos.

Cordialidad política

Otra de las incógnitas era ver juntos al gobierno del tripartito de Sant Antoni, formado por el PSOE, Reinicia Sant Antoni y el PI, tras la crísis que han vivido durante los últimos días. Finalmente todo se desarrolló con suma cordialidad y el alcalde, Pep Tur, Cires, se mostró como un perfecto anfitrión con la representación en la iglesia durante la misa por parte de sus socios en la alcaldía, formada por Raúl Díaz, concejal de Festes, Transparència, Participació i Atenció Ciutadana y miembro de Reinicia, y Cristina Ribas, concejala de Cultura i Festes Tradicionals, Comerç, Agricultura i Pesca, y Juan Costa Ramon, Santa, concejal d’Obres, Manteniment d’Infraestructures i Cementiris, ambos del PI. Los que no faltaron a la cita, tanto dentro del templo como en la procesión y en el ball pagès fueron la vicepresidenta segunda del Consell d’Eivissa, Marta Díaz, en representación del presidente insular, Vicent Torres, el jefe de la oposición, Pepe Sala, otros colegas de Cires como el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, Agustinet, y el de Santa Eulària, Vicent Marí, el senador Santi Marí, o el diputado del Partido Popular Miquel Jerez.

Durante la misa, y en la que muchos de los presentes agradecieron que la iglesia gozara de ciertos adelantos tecnológicos como los ventiladores eléctricos o los altavoces conectados al micrófono del altar, el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, volvió a recordar la figura de Sant Bartomeu, patrón de la localidad y uno de los doce apóstoles que decidieron seguir a Jesucristo antes de morir. Además, y como suele ser habitual, Segura lo puso como ejemplo de sencillez, buen cristiano y cómo camino a seguir por todos los presentes para encontrar en su camino a Dios y para recibir la ayuda de la Virgen María.

Después, en torno a las 21.15 horas y aún con luz, comenzó la procesión bajo un tremendo estruendo de campanas. En ella volvió a destacar la imagen de Sant Antoni, la de Sant Bartomeu y la de la Virgen del Rocío, portada por una decena de seguidores de la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de Sant Antoni. Una marcha, que tras concluir en apenas un cuarto de hora su recorrido habitual, es decir carrer Ample, Passeig de ses Fonts, carrer Bisbe Torres y carrer del Roser, finalizó en el templo después de no despertar ni el mínimo interés entre los numerosos turistas que ya empezaban a calentar motores de cara a la noche. Una pena porque eso les impidió ver los momentos de gloria de Laura, Manel, Neus, Miquel y también Marcelo Sastre, que demostró ser capaz de estar a todo.