El faro de na Bleda Plana trata de competir en belleza con el vecino de sa Conillera a la hora de iluminar el poniente de la isla de Ibiza. Ambos faros no solo se diferencian por la cadencia de sus destellos para que los barcos puedan distinguirlos sino también por sus dimensiones.

La torre que se encarama sobre ses Bledes, lugar de paso de los cetáceos en el Mediterráneo Occidental, se construyó sobre una diminuta e inhóspita isla con singular forma de hoz cuya vegetación es escasa. Proyectado por el ingeniero Mauro Serret, el faro de na Bleda Plana, el más occidental de todo el archipiélago balear, se construyó originalmente como una simple baliza, al igual que el faro de es Vedrá.

En la década de los años 20, el inventor sueco Gustaf Dalén, premio Nobel de Física en 1912, inventó un acumulador no explosivo de acetileno capaz de absorber grandes cantidades de este gas que permitió encender y apagar de forma automática la llama de las farolas en los atardeceres y amaneceres.

Gracias a esta nueva técnica, dejó de ser necesario construir viviendas para los torreros y la edificación de faros se hizo más barata gracias al ahorro en material y, sobre todo, en gasto del personal que, hasta ese momento, debía vivir junto a la torre para garantizar su funcionamiento los 365 días del año.

Este avance supuso además la creación de un plan específico para Balears redactado en 1924 y la implantación de una serie de faros y balizas en islotes de difícil acceso como es Vedrà, Bleda Plana y Espardell en las Pitiusas o na Foradada y el Toro en Mallorca. En el caso del faro de na Bleda Plana, las obras empezaron en 1926 y, un año después, el 7 de junio de 1927, fue inaugurado como una simple torre con fanal para un destellador de gas acetileno del tipo ‘llama desnuda’.

En 1967, el Plan de Mejora de los faros indicó la necesidad de convertir esta señal en faro, para lo que fue necesario de dotarla de mayor altura y potencia. Por este motivo, en 1971 se construyó una nueva torre de 8,5 metros de altura con escalera interna y linterna visitable de 1,75 metros de diámetro. Con estas modificaciones y las de su aparato óptico, el faro pasaría a tener una apariencia luminosa de grupos de tres destellos blancos cada 15 segundos, con un alcance de 10 millas, situado a más de 27 metros sobre el nivel del mar.

El nuevo faro fue inaugurado en septiembre de 1972 y, una década después, en 1985, sufrió una nueva modificación al procederse a la solarización de la señal.

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La última gran intervención sobre el faro de na Bleda Plana se produjo en el año 2009 cuando Autoritat Portuària de Balears (APB) acometió el cambio de la cúpula de la linterna mediante un espectacular dispositivo. La complicada ubicación del faro obligó a colocar la nueva linterna por medios aéreos. La linterna fue recibida en el puerto de Ibiza y se tuvo que trasladar a la diminuta isla de ses Bledes mediante un helicóptero.

FICHA

Latitud N: 38º 58,802’
Longitud E: 001º 9,562’
Alcance nominal: 10 mn.
Altura sobre nivel del mar: 28 m.
Apariencia luminosa: Grupo de 3 destellos cada 15 segundos.
Apariencia diurna: Torre cilíndrica blanca, 8 metros.

¿ S A B Í A S Q U É . . . ?

Ses Bledes, un conjunto de siete islotes cuyo tesoro ecológico se encuentra en sus profundidades marinas

Situadas a unas dos millas al poniente de sa Conillera, ses Bledes forman un conjunto de siete pequeñas islas entre las que destacan na Plana, donde se erige el faro que lleva su nombre, es Vaixell, na Bosc o na Gorra. De estos siete islotes, tres son simples escollos: el de Tramuntana, el des Cap vermell y los d’en Ramon que apenas tienen vegetación. Las cuatro islas de mayor tamaño de ses Bledes tienen poblaciones de lagartijas ibicencas (Podarcis pityusensis). Una especie que ha sobrevivido a los años a pesar de que, como apunta la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera, a na Plana se puso veneno con la intención de eliminar las lagartijas, aunque afortunadamente no se consiguió. Entre la fauna de ses Bledes también destaca una subespecie de escarabajo endémico llamado Asida mater ssp cunicularia, que además de en ses Bledes se encuentra también en s’Espartar y sa Conillera.

Sin embargo, el verdadero tesoro ecológico de ses Bledes se encuentra en sus profundidades marinas, ya que se trata de uno de los pocos pasos de cetáceos del Mediterráneo occidental donde se han avistado especies como cachalotes o rorcuales.

Más información en la página web
www.farsdebalears.com.