«Es lo de siempre. Al final sus multas las pagamos nosotros», dicen algunos vecinos del municipio de Sant Antoni después de hacerse eco de la noticia publicada el sábado por este periódico en la que se conocía que Pablo Valdés, teniente de alcalde, tiene pendientes de pago dos multas desde el 31 de marzo.

La mayoría coincide en la posible relación de amistad que pueda tener Valdés con la Policía Local, motivo por el cual opinan que las dos denuncias en cuestión no figuran en la base de datos del Ayuntamiento y, por consiguiente, no constan en el pago de las sanciones impuestas que tienen un descuento del 50% por ‘pronto pago’.

Además, los vecinos se quejan de la subida de impuestos en Sant Antoni y se apoyan en las multas a Valdés para denunciar la situación. «No me parece correcto porque si todos pagamos los mismos impuestos... con las multas debería de ser igual», dice una vecina al tiempo que asegura que no conoce «muy bien» la trayectoria del teniente de alcalde como para decir si debería dimitir o no. Opinión que no todos comparten porque sí hay quien dice que Valdés debería «dar la cara» y dejar su puesto.

«Esas multas las han pagado los de siempre, el pueblo y la gente que trabaja. Ellos no han puesto ni un duro así que ahora toca dar la cara», dice un vecino del municipio que no cree que hechos de este tipo tengan que pasarse por alto. Y es que muchos se arrepienten de haber sido parte del cambio de poder en el Consistorio. «Ya no son solo las multas. Pienso que el gobierno se quiere aprovechar de todos los ciudadanos, no nos ayudan, solo quieren sacar lo máximo del turismo, las calles que ahora en su mayoría son de pago...», denuncia otro vecino. «Casi todos deberían dimitir. Antes estábamos un pelín mejor y mira que no soy partidario de ningún partido, pero lo que está pasando ahora es vergonzoso», añade otro.

Aunque no todos coinciden en pedir la dimisión de Pablo Valdés, sí que reconocen que la justicia no es la misma para todos y tachan de «ilógica» la no notificación de las multas al considerar que «a todo hijo de vecino le llegan, antes o después, pero nos llegan».