Juanjo Hinojo (Ibiza, 1992) tiene entre sus manos la ‘patata caliente’ de gestionar la movilidad en la ciudad de Vila, uno de los grandes problemas que afecta a residentes, turistas y, especialmente comerciantes del puerto y del barrio de la Marina que se han enfrentado al equipo municipal por los efectos negativos sobre sus negocios que están provocando la falta de aparcamiento y la dificultad en los accesos al centro de la ciudad.

—La ciudad de Ibiza va a experimentar uno de los cambios más importantes de los últimos años en cuestión de movilidad: el cambio de sentido de las principales avenidas. ¿Por qué es necesario llevarlo a cabo?
—El objetivo del cambio es aumentar la fluidez del tráfico y reducir la accidentalidad ya que los coches no se enfrentarán como cuando hay doble sentido. Eso es un problema en el primer tramo de Ignasi Wallis por la rotonda de Joan XXIII y en la avenida de Santa Eulària donde hay muchos accidentes porque hay giros a la izquierda. Con los cambios este problema desaparecerá porque estamos hablando de entre 15 y 20 accidentes al año.

—¿En qué mes se harán efectivos los cambios?
—Todavía no lo sabemos exactamente pero está previsto para esta temporada de invierno. Estamos en la última fase. Recogimos datos este verano para ver qué consideraciones se tenían que tomar porque se trata de un proyecto muy técnico. Cuando tengamos el proceso de licitación y tengamos los datos sabremos las fechas.

—¿Es consciente el equipo de gobierno municipal de la fuerte contestación social que tienen estos cambios de dirección?
—Una vez estén hechos veremos que ha sido un beneficio pero entiendo que haya dudas porque es un importante cambio estructural de la ciudad y es normal que haya posiciones en contra que son totalmente legítimas y que se han expresado desde el respeto y por las vías adecuadas. Yo antes de estar aquí era uno de los que me organizaba contra todo lo que pasaba y es absolutamente legítimo, sano y democrático. Nosotros tenemos la puerta abierta para hablar con ellos y resolver las dudas que tengan, nos hemos reunido con los colectivos afectados y estamos dispuestos a hablar con quien haga falta. Los comerciantes de la avenida de Santa Eulària piensan que los cambios les afectarán y por eso hemos encargado un estudio para saber si tendrá relación.

—¿Cree que con estos cambios se reducirán los tiempos para hacer determinados trayectos por la ciudad?
—Sí, se reducirán los tiempos porque se reducirá la congestión, entre otras cosas porque se acortará el semáforo conocido popularmente como de Pizza Hut en el cruce entre Ignasi Wallis, Bartomeu Rosselló e Isidor Macabich. Pasará de las cinco fases actuales a solo dos: para peatones y para vehículos, aunque serán un poco más largas para dejar cruzar a la gente que es otro problema que tiene ahora este semáforo. Además se hará un paso de peatones en diagonal. Se tuvieron que poner vallas porque la gente lo hacía con los peligros que suponía y ahora ya lo podremos hacer oficial y seguro.

—¿Qué efectos ha tenido la peatonalización de Vara de Rey en la movilidad de la ciudad?
—En la movilidad ha tenido efectos bastante positivos. Ahora tenemos un espacio público para caminar enorme, se han reducido los ruidos, ha aumentado la calidad del aire. Era además un espacio lleno de escalones y causaba problemas a personas con movilidad reducida. Ahora no hay ni un escalón, se puede pasear por todo el espacio y creemos que ha tenido un efecto positivo para la movilidad de los peatones. Para la movilidad de los vehículos, obviamente se les ha quitado un espacio. Hemos optado por favorecer a los peatones porque no hay espacio para todo el mundo pero los coches tampoco han encontrado unas dificultades tan graves. Se ha habilitado la calle Bartomeu Vicente Ramon para hacer el mismo itinerario que por Vara de Rey y se ha sobrevivido. No ha sido tan grave, los coches han circulado como cada año en verano. Además, este verano parece que hemos tenido menos coches y que hay una tendencia a la baja.

—¿Cómo valora las críticas de los comerciantes de la Marina y del puerto acerca de los efectos de la peatonalización del centro?
—A falta de datos de ocupación hotelera, es precipitado atribuir una razón u otra al comercio de la Marina. Pero como observación diré que, cuando se cerró el paseo de los Andenes, donde había alrededor de 200 plazas de aparcamiento y mucha circulación en doble sentido, todo el mundo hablaba de récords. Este año los vecinos de la Marina tienen menos dificultades para aparcar sus coches en su barrio y eso facilita que mucha gente, sobre todo mayor que vive en este barrio de toda la vida pueda tener una vida más fácil. Es cierto que en el barrio son mayoría los comerciantes pero también tenemos que atender a los vecinos, especialmente en un barrio de estas características con edificios muy antiguos donde no hay párquines.

—¿Entiende las críticas por la falta de aparcamiento en el centro de la ciudad?
—Con la peatonalización de Vara de Rey se han perdido 220 plazas pero con los cambios de sentido se ganarán 110 a las que hay añadir mil más en aparcamientos disuasorios durante este mandato. Hay que cambiar la mentalidad de la gente aunque yo creo que va calando. La mayor disponibilidad de aparcamientos disuasorios o la línea 50 de autobús para la gente que tiene dificultades para ir caminando hasta el centro son cosas que ayudan a cambiar la mentalidad aunque es una batalla cultural difícil.

—En el caso de Talamanca, ¿por qué no se habilita como aparcamiento alguno de los solares próximos que hay?
—Se está trabajando en esta cuestión desde el departamento de Urbanismo pero como todo esto lleva su tiempo. Es un tema que depende más de Urbanismo que de Movilidad y todavía está bastante verde.

—¿En qué punto se encuentra la construcción del aparcamiento de la avenida Santa Eulària?
—La construcción de ese aparcamiento depende de Autoritat Portuària de Balears (APB) pero está pactado. No se hará este invierno, ya veremos si se hará el próximo pero se hará y será beneficioso para todos.

—La línea de autobús que conecta los aparcamientos disuasorios con el centro no ha tenido la demanda esperada. ¿Qué es lo que ha fallado?
—Estamos haciendo un experimento porque es la primera línea de este tipo que se hace en Ibiza. Anteriormente se hizo una que recorría todos los aparcamientos y pasaba por el centro y no acabó de funcionar. Yo la valoro positivamente porque es gratuita y se ha tenido que hacer una ampliación para atender la demanda de la gente aunque es verdad que los autobuses no van llenos. Creo que tenemos que persistir y hacer más campañas para utilizar el autobús. Lo que está claro es que si no hay autobuses nadie los coge. Es una cosa en la que vale la pena invertir para hacer conciencia y que cada vez sea más popular aparcar fuera e ir al centro caminando o en autobús.

—Otra alternativa a los vehículos de motor es la bicicleta. ¿Tienen previsto construir más carriles bici?
—Este año terminaremos el carril de la avenida Sant Jordi y APB hará el de la avenida Santa Eulària que se unirá al de las Andenes cuando se haga el paseo marítimo nuevo. También está el proyecto de la E10 que esperamos que vaya adelante este mandato y que habla de un carril bici por toda la ronda. En las vías lentas lo que se hará será repintar las zonas 30 y volverlas a señalizar, sobre todo para aumentar la concienciación de vía compartida con la bicicleta. Además, contaremos con el sistema de alquiler de bicicleta urbana. Los municipios tendremos un mínimo de estaciones que las pagará el Consell pero podremos poner estaciones con nuestro presupuestos que si son rentables no tendríamos ni que pagar. El proyecto será para este mandato y será un revulsivo para todo el mundo. Las matemáticas no mienten: una bici más, un coche menos.

—¿En qué punto se encuentra el proyecto para convertir el primer cinturón de ronda en una avenida?
—Todavía estamos en negociaciones, es una cosa que se tiene que hacer con el Consell insular y no es un proyecto fácil. Ha habido un acuerdo político para hacer un tramo en cada mandato y esperemos que la cosa vaya adelante.

—¿Cuándo está previsto que abra el Cetis? ¿Aportará más fluidez la futura estación de autobuses al tráfico de la ciudad?
—Las obras van bastante bien y se terminarán este trimestre. Respecto a la apertura, depende de muchos factores que no controlamos pero se abrirá antes de que acabe el mandato. La estación mejorará la interconectividad para las personas, por ejemplo, que vengan de Sant Antoni y quieran coger un autobús a Sant Joan, habrá una sala de espera para evitar tener que estar al sol y los autobuses molestarán menos a los vecinos. Serán todo ventajas.

—Otro de los problemas de este verano ha sido la falta de espacio en la parada de taxis de Bartomeu Roselló. ¿Qué cambios se prevén para la próxima temporada?
—Con los cambios circulatorios se ampliará su parada. Se hizo una parada nueva en Ignasi Wallis, junto a Vara de Rey, pero ha habido problemas porque no estaba en el GPS y los taxistas tenían pocos incentivos en pararse. El año que viene hablaremos con los taxistas para ver qué espacio podremos conseguir. La nueva parada estará en la avenida Santa Eulària y será más grande, con marquesina y sombra.

—De todas las medidas que han adoptado para mejorar la movilidad de la ciudad, ¿de cuál se siente más orgulloso?
—Las cosas pequeñas han sido las que mejores efectos han tenido como cambiar los aparcabicis, los tótems de movilidad de taxi que estaban muy deteriorados, el carril bici de la avenida de Sant Jordi... Pero sobre todo estoy orgulloso de la iniciativa de los caminos escolares que empezaremos este curso porque fomentaremos entre los niños y los jóvenes los efectos positivos de caminar. Mejoraremos un problema a corto y largo plazo porque las horas puntas de dejar y recoger a los niños son una locura desde el punto de vista del tráfico. Este año haremos las primeras encuestas entre la comunidad educativa para ver cuáles son los itinerarios más frecuentes que hacen los alumnos de los colegios para hacerlos. Luego los señalizaremos, contrataremos monitores y haremos campañas para fomentar que los niños vayan caminando a la escuela. En Barcelona están señalizados los caminos escolares de manera que cuando un niño se pierde es más fácil localizarlo. Es un trabajo que no se hará este mandato, que será a largo plazo pero si se consigue será innovador a Ibiza y arreglará un tema a corto y largo plazo.

—Por último, sabemos que las recetas milagro no existen. Pero ¿cuál sería su ciudad ideal en cuestiones de movilidad?
—Mi ciudad ideal sería la que está pensada para el transporte público, los peatones y las bicicletas y en la que no hubiera coches privados, en la que estuvieran abolidos por cuestiones de contaminación y para luchar contra el cambio climático.