Algunos miembros del colectivo PROU! en la última truitada de la temporada celebrada ayer en Platja d’en Bossa. | N.M.

Más de una treintena de miembros del colectivo Prou! se reunieron ayer en Platja d’en Bossa en la que fue su séptima y última truitada del verano, tres meses después del primer encuentro de la temporada.

Con el mismo objetivo de siempre, recuperar las playas ibicencas, volvieron a reivindicar su descontento con los beach clubs, party boats y las fiestas ilegales en las casas de campo. «Esto no lo hacemos solo para favorecer a los ibicencos, sino también para ese turismo que lleva décadas viniendo a la isla y ya no encuentra tranquilidad», decía Neus Escandell, una de las portavoces de la plataforma. Y es que, desde Prou! aseguran que hay playas que se han convertido en auténticas discotecas «sin tener un permiso legal para generar tanto ruido».

Escandell todavía se acuerda de cuando muchas familias iban a la playa para disfrutar de una jornada de buen tiempo y tranquilidad y, ahora, «se ven obligados a estar en una discoteca que no lo es». Motivo por el que asegura que van a seguir con su actividad reivindicativa el año que viene y lo harán «haciendo ruido, pero siempre de forma pacífica».

Nuevas actividades

El colectivo acaba su temporada de truitadas, pero ya tiene en mente nuevas actividades de concienciación para el nuevo curso que empieza ahora. Lo que quieren es hacer una serie de debates con empresarios y políticos con el objetivo de hacerles entender el cambio que están sufriendo las playas de la isla con esta nueva práctica turística. A los debates se sumarán rutas de senderismo «para tomar conciencia de la cantidad de caminos públicos que desembocan en la costa y que, a día de hoy, están cortados», decía Escandell al tiempo que recordaba que «hay que tomar conciencia de que el interior de la isla también está afectado».

Prou! no va a desistir en su lucha por recuperar las playas más afectadas de la isla y, para ello, exigen a las administraciones públicas que hagan cumplir la ley. «Estamos en contra de la regularización de lo que no es regularizable. Si la gente no tiene permisos, no hay que regularizarlo, hay que prohibirlo», denuncia la portavoz del colectivo refiriéndose de esta manera a los beach clubs, boats party y fiestas ilegales en casas del interior.