Una mujer bebiendo una copa de vino.

Si eres una de esas personas que beben para olvidar un mal episodio de su vida o un día francamente interminable; tenemos una fatídica noticia, lo estás haciendo mal. Queremos remarcar que no somos partidarios de la ley seca y que esta premisa no es nuestra sino de la ciencia.

De hecho, un estudio reciente universitario lo confirma: “Si bebes alcohol impulsivamente con la finalidad de borrar un recuerdo traumático de tu cerebro; lo único que estás consiguiendo es grabarlo a fuego en tu memoria, además de ganar como ‘bonificación’ una resaca memorable”. En este sentido, los investigadores de la Universidad John Hopkins de Baltimore (EEUU), lo explicaron así en su estudio publicado a través de la prestigiosa revista Translational Psychiatry: “El alcohol produce cambios en nuestro cerebro y altera los mecanismos fisiológicos que sirven para olvidar los recuerdos hostiles que deseamos desechar. Por esta razón, el alcohol refuerza las experiencias negativas y hace que persistan los miedos”.

Por otro lado, si le preguntamos a un médico su opinión profesional sobre el consumo de bebidas alcohólicas, probablemente, la respuesta no sea la esperada; ya que beber alcohol tiene muchos más perjuicios que los archiconocidos beneficios. David Rodríguez, Doctor en Medicina y autor del libro Alcohol y cerebro (Absalon Ediciones), lo reseña de la siguiente forma: “En muchas ocasiones escuchamos que el alcohol en pequeñas cantidades puede tener efectos positivos. Sin embargo, para el sistema cardiovascular es mejor caminar 30 minutos diarios o comer unas uvas antes que bebernos una ‘copita’ de vino tinto. Mejor admitir que nos gusta beber y no intentar justificar nuestra conducta, sin excusas”. Cabe destacar que según la Organización Mundial de la Salud, los españoles duplicamos el límite de alcohol recomendado diario, ya que no deberíamos tomar más de dos unidades de alcohol, o lo que es lo mismo 20 gramos.

Pero, qué ocurre cuando nos da vergüenza no pedirnos una caña o una copa delante de nuestros familiares o amigos, ¿qué otras alternativas existen al agua que sean más o menos saludables? Por ejemplo, los zumos naturales sin azúcares añadidos, los ‘mocktails’ (cocktails sin alcohol), los refrescos light, las tónicas, el Ginger Ale, la cerveza o el tinto de verano sin alcohol; son algunas de las mejores opciones. Y aunque parezca mentira también existe el vino sin alcohol. El problema es que no suele estar presente ni en bares ni restaurantes. Un ejemplo de ello, es la marca española ‘Win Zero’ que patentó un sistema de producción de vino que consigue extraer el alcohol de las uvas fermentadas, y además, mantener intactos los aromas del vino. De momento, estos vinos están disponibles en blanco, rosado, tinto y crianza. Del mismo modo, si tienes una idea parecida, no dudes en crear una página web especializada de esta temática, ya que te ayudará a tener una mayor difusión en Internet y las redes sociales.

Por otra parte, si eres un gran amante del vino y no quieres renunciar a él; te recomendamos que optes por el vino tinto, por su alto contenido en antioxidantes. Por suerte, aquí en las Baleares tenemos unos fantásticos viñedos dignos de cualquier concurso de fotografía contemporánea.