La firma de un nuevo convenio de hostelería para las Illes Balears es una de las grandes noticias del año en el terreno laboral ya que alrededor de 35.000 trabajadores en Ibiza y Formentera verán incrementado sus salarios en un 17% a lo largo de los cuatro próximos años. Ya iba siendo hora de que los beneficios que genera el turismo de masas repercutiera en los trabajadores, que llevan muchos años aguantando sobre sus espaldas el peso de la crisis (aunque el PIB de las islas lleve años creciendo en torno al 3%).

Aunque el fraude y los pagos en B seguirán siendo una tónica dominante en el sector, sobre todo en bares y restaurantes regentados por empresarios ‘pirata’, muchos de ellos de fuera que vienen para hacer el agosto, la mejora de los sueldos y de las condiciones laborales de miles de personas también repercutirán en el resto de sectores. Con más dinero en el bolsillo, cabe esperar que se reactive el consumo y que se alcance la tan ansiada paz social en las islas. Esperemos que el acuerdo alcanzado en el sector de la hostelería se traslade a otros muchos colectivos que se han visto descolgados con la excusa de la crisis.

Pero no todo son buenas noticias. Esta semana las carreteras pitiusas se han cobrado tres nuevas víctimas y ya son 17 en lo que va de año, 10 más que en todo 2016. Especialmente trágico está resultando para los motociclistas. Esta semana, dos jóvenes de 19 y 21 años fallecieron al estrellarse contra un camión en la carretera que une Sant Josep con Cala Vedella. Las dos víctimas eran turistas norteamericanos e invadieron con su motocicleta el carril contrario. Una desgracia.

También esta semana asistimos a la detención de ocho jóvenes que desembarcaron con una patera en Formentera. La Guardia Civil localizó en Es Carnatge la embarcación con la que los jóvenes argelinos llegaron a la isla, cuatro de ellos podrían ser menores de edad.

En cuanto a la actualidad política, esta semana nos deja una polémica por la exposición de tres piezas rehabilitadas del retablo de la iglesia de Jesús fuera de la localidad. Técnicos del Ministerio de Culturaprohibieron que las obras pictóricas, que datan del siglo XV, se expongan en el centro cultural de la localidad, y la decisión del Consell de trasladarlas a Vila ha enojado a muchos vecinos de Jesús y al Ayuntamiento de Santa Eulària. Ambos piden que se exponga en la iglesia.