El capitán y el segundo oficial se sentarán en el banquillo de los acusados hasta el próximo viernes. | Arguiñe Escandón

«Los capitanes no quedamos libres hasta que pasamos es Freus. El oficial lleva el timón pero el rumbo lo marca el capitán». Son palabras de Jaime Marqués, capitán con más de 20 años de experiencia en Iscomar y que en su día también lo fue del Don Pedro. El suyo fue uno de los testimonios escuchados ayer en la segunda sesión del juicio oral por el hundimiento del Don Pedro.

Antes, la sala había escuchado las explicaciones del práctico y de otro capitán mercante. Posteriormente declaró el remolcador. La mayoría de las testificales coincidieron en que el rumbo es responsabilidad del capitán pero también expresaron sus dudas sobre qué pasó en el puente de mandos del Don Pedro tras salir de la bocana. La única explicación a los cambios bruscos de rumbo registrados en cinco minuto sólo se pueden deber «a una serie de malentendidos y discrepancias entre los que estaban en el puente», señaló Marqués. No obstante, remarcó que en un buque no puede haber discrepancias porque el capitán «es el que manda y el que toma las decisiones; la jerarquía está muy clara», apostilló.

Antes, José María Blasco, práctico que acompañó al Don Pedro hasta salir de puerto, aseguró que el rumbo en la bocana era el correcto y que en la conversación que mantuvieron en el puente señalaron que iban a Valencia pero «no mencionaron el rumbo 180 grados». Blasco añadió que con un mar en calma, lo «normal es ir por es Freus, la ruta del norte sólo se coge con temporal». 30 minutos después recibió la llamada de alerta.

Otro de los testigos que declaró a última hora fue el patrón del remolcador Arucas, quien aseguró que, si bien en un principio cumplió con la orden del capitán del buque Don Pedro para volver a puerto tras la colisión, minutos más tarde acató la contraorden del capitán marítimo de Ibiza.

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Según detalló, éste le indicó que llevara al buque a la zona sureste de Es Daus para que fondeara allí y así evitar el hundimiento en la bocana del puerto.

En este sentido, varios testigos coincidieron en que el desastre habría tenido peores consecuencias si el Don Pedro llega a hundirse en las proximidades de la bocana, zona de máximo tráfico.

LA NOTA

Tensión y testigos buscados

La segunda jornada de ayer dejó momentos de confusión y de tensión, especialmente el protagonizado al principio de la jornada cuando el capitán del Don Pedro interrumpió el testimonio de uno de los capitanes mercantes señalando que era un mentiroso, una intervención que le supuso una llamada de atención por parte de la jueza Clara Ramírez de Arellano. Además, a los problemas para conectar con algunos testigos por videoconferencia se añadió la no comparecencia en hora del encargado del remolcador, quien finalmente compareció poco antes de las 14 horas. Sobre el juicio oral pende la sombra de la nulidad ya que uno testigo principal, el primer oficial del Don Pedro, no está disponible para declarar.