Licenciada en Medicina por la Universidad Miguel Hernández de Alicante, Carmen Santos se formó como profesional en el Área de Salud de Ibiza y Formentera donde llegó en 1996 para realizar la formación de médico residente. Ha ocupado diferentes cargos desde la anterior legislatura y desde 2011 ocupaba el cargo de directora de Atención Primaria hasta su nombramiento el pasado 27 de septiembre como nueva directora gerente del Área de Salud. La reducción de las listas de esperas quirúrgicas es uno de sus objetivos más inmediatos.

—¿Cuál ha sido su prioridad?
—Primero fue presentarme a la junta de personal para dar confianza y presentar la continuidad de los proyectos que empezó Pep Balanzat, el anterior gerente. Les he transmitido la línea de apertura, transparencia y accesibilidad, que seguiremos en esa tesitura y para cualquier cosa saben donde me pueden encontrar. La siguiente medida ha sido empezar reunirme con los servicios del hospital, sobre todo los más afectados por las listas de espera que es uno de los problemas que tenemos. Si bien las listas de esperas en consultas hemos mejorado y bajado en casi 40 días la demora, en la quirúrgica ha empeorado por dos motivos: la escasez de anestesistas y porque con la llegada del verano muchos ciudadanos prefieren demorar sus intervenciones hasta que acaba la temporada porque están trabajando. Vamos recuperando poco a poco la plantilla de anestesistas pero hemos llegado a pasar momentos difíciles con 13.

—Según los datos de la página web de la Conselleria de Salut hay casi 2.000 ibicencos a la espera de operarse, de los que 373 aguardan más de seis meses, y con una demora media de 107 días en Can Misses, la más alta de Balears.
—Sí, sí. Durante todo el año hemos tenido problemas con la plantilla de anestesia. Eso ha hecho que los quirófanos no funcionen al cien por cien y que tengamos un acumulo de pacientes a la espera de intervenir.

—¿Qué medidas van a poner en marcha?
—Estamos trabajando en un plan de optimización e intentando con la buena voluntad de los servicios incrementar las intervenciones. Estamos organizando y gestionando el plan y tenemos varias opciones que estamos viendo para poner en marcha cuanto antes y llegar a final de año con el menor número de pacientes en lista de espera.

—¿Qué opciones se plantea?
—El incremento del número de quirófanos activos. Tenemos una media de cinco a siete quirófanos abiertos, dependiendo de los días, y estructuralmente hay nueve. La idea es aumentar el número de intervenciones y de quirófanos, ya veremos si de mañana o tarde y de acuerdo con los servicios más afectados, Cirugía, Anestesia y Traumatología, ver cómo confeccionar un proyecto para asumir las intervenciones pendientes.

—¿Porqué no se ponen en marcha los nueve quirófanos? ¿Por la falta de personal?
—Sí, ahora vamos recuperando la actividad porque hay 15 anestesistas.

—A las dificultades de personal se suma la exigencia del catalán ¿Está usted entre el 26% de los médicos de primaria que tienen el certificado B2 de catalán?
—Sí, estoy en ese 26%. Con el tema del catalán hay mucha polémica pero hay que ponerse en la piel del paciente. En atención primaria trabajé en Sant Antoni y un porcentaje muy elevado de pacientes pertenecían a Sant Mateu y Santa Agnès; allí hay mucha gente ibicenca con costumbres autóctonas y que su única lengua es la ibicenca. Como médico de familia me preocupé para que esas personas no tuvieran dificultades en entender su tratamiento y poder expresarse en su lengua para que yo pudiera solucionarles sus problemas. Vi la necesidad de esforzarme en su entendimiento y en transmitirles las necesidades de su tratamiento y obtuve el certificado B2 .

—¿Cree qué lo médicos no se esfuerzan en entender la lengua?
—Creo que existe el esfuerzo y la voluntad por parte de todos los estamentos de atender en el idioma en el que se sienten más cómodos. Es verdad que tenemos mucho recambio de médicos, vienen de fuera y tienen un periodo de adaptación en el manejo de la lengua y eso quizás pueda ser esos impases en el que se nota la carencia de la lengua catalana.

—Los sindicatos temen que no vengan profesionales e incluso algunos decidan irse.
—No sabemos el impacto que puede tener, se tendrá que ver, pero en los cursos de normalización de la lengua catalana hay inscritas 150 personas y eso quiere decir que hay voluntad y esfuerzo.

—¿No cree que es discriminatorio que se le exija el nivel de catalán a un determinado colectivo de profesionales,como auxiliares de enfermería?
—El decreto recoge la excepcionalidad de todas las categorías en las que cuando hay una oferta de trabajo y los candidatos son menores a la oferta de trabajo se puede presentar todo el mundo y equilibramos un poco las desigualdades que pueda haber. Se pretende garantizar la asistencia en todos los niveles.

—Y también tiene el problema de la vivienda.
—No sólo la vivienda, sino hay otros factores como el coste de la vida o el familiar, que hace que las personas vuelvan a su lugar de origen donde tienen más soporte.

—¿Tuvo problemas para encontrar casa cuando vino a trabajar a Ibiza hace 20 años?
—Nos costó. La promoción que vinimos a hacer la residencia llegamos en marzo y nos era complicado encontrar vivienda, pero cuando dijimos que éramos médicos e íbamos a Can Misses se abrieron viviendas, segunda residencia de ibicencos, y en una semana encontramos alojamiento.

—Pero ahora tienen más problemas.
— Ahora sí. Este verano, afortunadamente, se ha podido encontrar vivienda para todos los que han venido a trabajar. En la residencia se quedaron cinco profesionales de atención primaria y alguno se mantiene hasta final de contrato. También de otras especialidades, de otras categorías como auxiliares e incluso familiares de pacientes.

—¿Aumentarán las plazas de la residencia y se mantiene el precio de cinco euros por día?
—La remodelación del edificio J incluirá también la reforma de esa zona pasando de ocho a doce plazas. Respecto a los precios se está haciendo un pliego sobre qué y como se pagará. A partir del segundo mes se pagará cinco euros diarios. Este año no se ha cobrado a nadie porque no se han cerrado las bases del borrador. A los familiares de los pacientes no se les cobrará nada.

—¿Ha establecido un límite de tiempo de estancia?
—Para el verano será el tiempo del contrato y si se prolonga no tenemos el compromiso de mantenerle en la residencia.

—Nada más tomar posesión se encontró con la dimisión de la directora de Enfermería, Carolina Giménez. ¿Entiende los motivos de su dimisión?
—He querido continuar con las lineas abiertas que se inició con Pepe Balanzat, que los proyectos sigan adelante y no haya una interrupción en la forma y manera de trabajar. Se contó con todo el equipo directivo y aceptaron en su momento, pero Carolina, por motivos personales, aprovechando el cambio decidió tomarse un respiro. Necesitamos tener una sintonía de trabajo, que la hay y la seguirá habiendo, que eso nos garantiza que los ciudadanos tengan la calidad de asistencia y que los proyectos salgan adelante.

—¿Será Noelia Azqueta la futura directora de Enfermería?
—Es una de las candidatas, pero no se puede oficializar hasta que no finalice el proceso que requiere este nombramiento.

—Pero ha tenido un comienzo difícil, primero con las críticas de Podemos y después la dimisión ¿Cómo lo ha llevado?
—Es un reto estar en un cargo así. Tienes una exposición muy directa. Las críticas políticas tienen que quedarse en ese ámbito. No soy político, aporto mi experiencia y las ganas de trabajar en el Área. Mi objetivo es conseguir mejoras en la sanidad. Nuestro trabajo es a la población, las criticas han de quedarse al margen.

—¿Qué le ha aconsejado Balanzat?
—Más que consejos, ha sido un ejemplo. Voy a seguir su ejemplo de estos dos años. La naturalidad, accesibilidad, transparencia, saber comunicar y crear equipo son las líneas más efectivas para que el trabajo fluya.

—¿Han solucionado los problemas en los servicios de urgencias de primaria por falta de medios?
—Hemos estado monitorizando las urgencias de Sant Antoni que son las que más presión tenían. Hemos reforzado los suaps y vigilamos los picos asistenciales, que se mantienen como otros años y, de hecho, a final de verano se constató que hubo un 4% menos de asistencia global en los suaps.

—¿Para cuándo la reforma del centro de salud de Es Viver?
—Tenemos los planos del proyecto. Espero que se pueda empezar antes de acabar al año o al principio. Es una reforma de todos los servicios, cableado, calefacción, agua caliente o aire acondicionado. También se ampliarán consultas. Ibiza crece y Es Viver se ha quedado un poco estrecho.

—¿Está previsto que haya más pediatras de refuerzo en urgencias los fines de semana porque ahora sólo hay uno?
—No contamos con una gran oferta de pediatras que quieran venir a la isla. Este año hemos tenido suerte y hemos podido contratar a dos pediatras titulados, pero sí reforzamos los centros de salud con médicos de familia. No tenemos pediatra y no es una opción que podamos ofrecer.

—¿Para cuándo el traslado del centro de salud de Can Misses?
—El centro de salud de Can Misses es una deuda más que una promesa con los vecinos y los profesionales. Está en la fase de licitación del proyecto y espero que a comienzos de año pueda empezar y que finalice antes de 2019.

—¿Cuántos profesionales se necesita para cubrir las plantillas?
—Estamos viendo como están las contrataciones y ver cómo afianzar a los profesionales. Las plantillas están bastante equilibradas. Radiología es el servicio más cojo que tenemos pero trabajamos par atraer a radiólogos.

—¿Can Misses contará con hemodinámica?
—Será uno de los proyectos nuevos. El Servei de Salut lo tiene sobre la mesa y hay una apuesta fuerte por montar este servicio. Desde Ibiza lo pelearemos porque mejoraría la asistencia a las patologías cardiovasculares de todos los ciudadanos y sería un aliciente más como atractivo para los profesionales deficitarias como las radiólogos ya que se podrían hacer técnicas intervencionistas en las que participan.

—¿Y la Unidad del Dolor?
—Existe un proyecto pero las condiciones actuales no nos permiten ponerlo en marcha. Hasta que no se estabilicen las plantillas de Anestesia y se cubra toda la plantilla no podemos llevarlo a cabo.

—¿Han mejorado las relaciones de la concesionaria tras las quejas?
—Han mejorado mucho, sobre todo la accesibilidad y resolución de incidencias. Han puesto mucho de su parte y han acabado de entender que trabajan para un hospital público. Han hecho una serie de cambios y nosotros velamos para que los contratos acordados se cumplan como están estipulados. Han disminuido las incidencias. Las relaciones son buenas pero eso no quita para que haya algún punto de desencuentro que tendremos que ir limando en el momento que corresponda. Nos interesa que se cumplan los contratos y que los profesionales y los ciudadanos entiendan que se le está dando el servicio que se requiera en cada momento.