Antes de que llegaran a Ibiza y Formentera los hippies, y a rebufo de ellos el mallorquín Antoni Serra para hacer un reportaje para la revista Destino, pasaron por Ibiza grandes pintores y escritores que vamos desgranando en PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA.

Antes de que llegaran a Ibiza y Formentera los hippies, y a rebufo de ellos el mallorquín Antoni Serra para hacer un reportaje para la revista Destino, pasaron por Ibiza grandes pintores y escritores que vamos desgranando en PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA. Hoy le toca el turno al dibujante y cartelista chileno Isaías Cabezón (Salamanca, Chile 1891-Santiago de Chile 1963), de cuya relación con la mayor de las Pitiusas hasta el presente artículo no se ha escrito nada.

Nuestro protagonista fue uno de los grandes artistas chilenos del pasado siglo ya que entre otras cosas este pintor, acuarelista, escenógrafo, organizador de exposiciones e ilustrador de viñetas de libros y revistas, está considerado como el precursor del oficio de cartelista en Chile.

Su carrera despuntó pronto en su país natal debido a su gran dominio del dibujo, el cromatismo y el diseño en definitiva, y ya en 1928 era profesor de Bellas Artes. En esa su primera época destacó como cartelista y gracias a ello juntó algo de dinero para gastárselo de la mejor forma en que puede emplearse el dinero: viendo mundo.

En 1922 se fue unos años a Europa a airearse artísticamente y pintar. Bien que aprovechó el viaje porque conoció tanto en la ciudad francesa de París como en Alemania a grandes pintores de corrientes como la fauvista o la expresionista. Además, en España anduvo por Madrid, donde diseñó muchas etiquetas publicitarias, por Barcelona, donde visitó la catedral de Santa María del Mar con su compatriota el poeta Pablo Neruda, y en Mallorca, desde donde hizo una escapada a Ibiza en 1934.

Su estancia en Ibiza

En la Biblioteca Nacional de Chile, en la ciudad de Santiago, hay dos cartas de Isaías Cabezón dirigidas a Juan Mujica de la Fuente que a la sazón era, por lo menos en 1935, cónsul de Chile en Bilbao. La primera está fechada en Palma el 14 de octubre de 1934 y en ella traza algunos rasgos de su paso por Baleares. Así, podemos conocer que, por ejemplo, el viaje a Mallorca fue bastante malo porque el barco fue sometido a los vaivenes de un gran temporal, de modo que Isaías llegó con bastante mal cuerpo a la ciudad.

Tal vez por ello, la capital le produjo al pintor una impresión insípida hasta el punto de que en esa carta escribió lo siguiente: «La impresión fría que me ha producido esta ciudad me ha desanimado para continuar por la isla. Sigo creyendo que Ibiza es un paraíso. Esto también es bello, pero está muy estropeado». A pesar de eso, sí hubo cosas que le agradaron, como nos gustan a todos como la Catedral, la Lonja, San Francisco… y, por deformación profesional, el códice de los privilegios de los Reyes de Mallorca.

Además, Cabezón se instaló un tiempo en Cala Ratjada, en el extremo noroeste de la isla, en el municipio de Capdepera y considerado el segundo puerto pesquero más importante de Mallorca. Definió la ciudad como «un sitio tranquilo y lleno de sobria belleza» y allí, al igual que en Ibiza, el chileno pintó mucho pudiéndose evadir de lo que consideraba su triste realidad ya que si está constatado que pasó por bastantes penalidades.

No en vano, en 1935 volvió a Madrid, donde sufrió precariedades económicas mientras daba algunas clases de pintura y no le quedaba más remedio que intentar vender las telas que pintó en Mallorca y en Ibiza. Y décadas después le hicieron un reportaje en Chile y allí, Isaías Cabezón, le dijo al entrevistador: «Ibiza, donde volveré para mirar el mar latino, para pintar otra vez furiosamente; Ibiza donde quiero vivir…y morir».

Isaías Cabezón (1891-1963)

Isaías Cabezón Acevedo, nació en 1891 en Salamanca, Chile, y murió en Santiago en 1963. Autodidacta, siendo niño fue popular como dibujante y afichista en su pueblo natal y en 1917 entró en la Escuela de Bellas Artes siendo alumno de Juan Francisco González y Ricardo Richon Brunet.

En 1922 recorrió Europa dibujando y pintando óleos y acuarelas. Fue decorador y diseñador de etiquetas en Madrid, en Francia organizó muestras de autores latinoamericanos, frecuentó los talleres del Montparnasse y sus obras fueron elogiadas por críticos como Florent Fels, Charensol y Maurice Raynal, y en Berlín trabajó con Otto Joeckel.

A su vuelta a Chile, formó parte del grupo Montparnasse liderado por Camilo Mori, trabajó como escenógrafo e ilustrador, iniciando el desarrollo del cartel artístico en Chile, y en 1928 fue nombrado profesor de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, miembro de los salones independientes de París y Jurifrei de Berlín y pasó a integrar la Generación del Veintiocho. En 1959 fue nombrado Miembro Académico de Bellas Artes siendo además profesor de Dibujo Ornamental en la Escuela de Canteros, la Escuela de Bellas Artes y las Escuelas de Temporadas de la Universidad de Chile. Además fue funcionario en el Ministerio de Educación y gestor de iniciativas que ayudaron al desarrollo de las artes plásticas chilenas y de políticas para mejorar la economía y la imagen del artista chileno.