Juan Carlos Rosselló preside la Asociación de Vecinos de Sant Carles desde 2015. | Idoia Sala

Juan Carles Rosselló explica como antiguamente en el pueblo de Sant Carles hacían treballades, que consistía en juntarse un grupo de vecinos para arreglar desde una casa particular a un pozo o la misma iglesia. «Son los inicios de las asociaciones. Ahora no nos juntamos para arreglar caminos, pero nos juntamos para pedir que se arreglen los caminos», asegura el presidente de la Asociación de Vecinos de la Unión de Sant Carles que tiene demandas tan importantes como reducir la siniestralidad de la carretera, la ampliación de la depuradora o una escoleta.

¿Cuál es la principal reclamación desde la Asociación de Vecinos de Sant Carles?

— Por la importancia que tiene para el pueblo y por la gente que nos visita, la principal es dar solución a la carretera de Santa Eulària a Sant Carles, ya que sigue siendo una carretera con un índice de siniestralidad muy alto, cuando tendría que ser cero o nulo. Vemos que cada par de semanas hay un accidente o alguna desgracia, como la que tuvimos antes de las fiestas y nos gustaría que los técnicos de la Dirección General de Tráfico (DGT) y los de la Xarxa Viària del Consell d’Eivissa le pusieran dedicación para arreglarla y tener una carretera mucho más segura que ahora.

La DGT anunció que estudiará instalar un radar fijo en esta vía. ¿Creen que puede ser la solución?

— Un radar fijo o un radar de tramo son herramientas que seguramente ayudarían, pero la carretera son unos 4 kilómetros y un radar fijo solo controla un punto. Esta vía tiene muchas entradas y caminos que cruzan la carretera que son puntos conflictivos y puntos de riesgo. No sabemos que actuaciones hay que hacer porque no somos técnicos, pero sí es bienvenida cualquier medida que vele por la seguridad de la carretera.

¿Hace tiempo que piden medidas para ampliar la seguridad de esta carretera?

— Accidentes ha habido siempre porque es una carretera bastante conflictiva. Se ha pedido muchas veces, incluso desde el Ayuntamiento de Santa Eulària. Es un problema que viene de atrás y no es circunstancial por la desgracia del chico que murió hace poco.

Uno de los temas polémicos en Sant Carles es la ampliación del colegio, ¿los vecinos creen que es necesaria?

— Sí que hay polémica, nos hemos reunido con el Ayuntamiento y con la escuela para conocer las dos versiones. Nosotros siempre hemos dicho que en el momento que haya niños que son de Sant Carles que se quedan sin escolarizar en Sant Carles, se tiene que poner un remedio. Si la solución es desdoblar la escuela o hacer una nueva lo tienen que valorar los técnicos de Educació. Este año no ha habido este problema porque ha habido un desdoblamiento de los alumnos que han entrado nuevos, pero sabemos que otros cursos ha habido problemas de que no cabían todos los niños de Sant Carles y se tenían que ir a Santa Eulària. Lo que no vemos bien es que la solución sea poner un barracón porque los niños no están igual de cómodos. Nos gustaría que todos los niños que quieren ir a Sant Carles puedan ir a Sant Carles, sean de donde sean.

¿Qué mejoras se necesitan en el pueblo de Sant Carles?

— Empezando por el Govern balear, una de las cosas más necesarias es la ampliación de la depuradora de Santa Eulària porque en Sant Carles hay núcleos que no pueden enviar las aguas residuales porque la depuradora se ha quedado pequeña, como es la zona de es Figueral. Por otra parte, tampoco tenemos aún agua desalada y creemos que se tendrían que acabar las obras para que llegue hasta aquí.

Respecto al Consell, además de la revisión de la carretera, hemos pedido muchas veces la instalación de marquesinas en las paradas de autobús. Además, en la zona de sa Marina y es Figueral no llega en condiciones la TDT y sabemos que hay un proyecto de un repetidor en es Puig des Gat que hace más de cuatro años que está en marcha y aún no se ha arreglado. Falta inversión y, por tanto, falta de voluntad política.

¿Creen que son necesarias más inversiones en Sant Carles?

— Una de las demandas que tenemos desde hace años es una escoleta, ya que la que tenemos más cerca es en Santa Eulària, así como un centro social. También está encima de la mesa la peatonalización del pueblo, para la que esperamos que se cuente con la opinión de los vecinos. Por otra parte, nos gustaría que hubiera más inversión en las instalaciones deportivas, tener una piscina o un polideportivo cubierto con alguna pista de pádel, y también hemos solicitado recuperar el Pou des Lleó y proteger el entorno para que el mar no estropee el pozo.

Desde la asociación hay bastantes demandas. En general, ¿los vecinos se sienten atendidos por las administraciones?

— Alguna más que otras. Por proximidad, con el Ayuntamiento es con la que tenemos más relación y a la que trasladamos la mayoría de demandas e inquietudes. Es la que nos tiene que sufrir más a menudo.

¿Hay muchas olivos afectadas por la Xylella fastidiosa en Sant Carles?

En Sant Carles hay muchos olivos afectados. Por ejemplo, en la urbanización ‘Ses oliveres de Peralta’, que tenía los olivos más bonitos del pueblo, muchas se han tenido que coronar, cortar y eliminar restos porque estaban afectadas por esta plaga. Hace meses pedimos al Consell que vinieran a hacer una charla para explicar cómo está la plaga de la Xylella fastidiosa y finalmente vendrán el 4 de diciembre para explicar como está la plaga y las medidas de protección y contención que hay que tomar en los árboles afectados. Es una plaga que está muy asentada y será difícil erradicarla.

INICIATIVA

Publicarán un libro de recetas de la Fira del Calamar

Juan Carlos Rosselló aseguró que el éxito de la Fira del Calamar, que este año ha celebrado su tercera edición, les ha llegado «por sorpresa». Ahora han pensado sacar un libro el año que viene con las recetas preparadas en la última edición, así como la receta ganadora de cada año. «Al principio pensábamos que no pasaríamos de la frita de calamar y los calamares rellenos, pero estamos sorprendidos de la gran variedad. Este año había 18 colles que prepararon 22 recetas diferentes», destaca Rosselló. El presidente de la asociación reconoce que se han visto desbordados: «El primer año buscamos a las colles para participar, se hicieron unas 1.000 tapas y en menos de una hora se agotaron; el segundo año, hicimos unas 2.500 tapas y nos duró una hora y media y este año se hicieron 5.500 tapas y unos 600 kilos de calamar y, por primera vez la gente que ha venido a Sant Carles a comer calamar, no se ha ido sin comer calamar».