David Fernández, médico del 061. | DANIEL ESPINOSA

David Fernández forma parte de esa generación de médicos que hizo su formación como MIR en Ibiza y que tras un breve paréntesis de su vida en Galicia regresó a para trabajar en Formentera y finalmente en el 061.

¿Cómo fue eso de venir a Ibiza?

__Vine a Ibiza para hacer la residencia porque cuando acabé la carrera era muy complicado tener una continuidad laboral en las ciudades donde había facultades de Medicina. No conocía Ibiza, vine un poco a ciegas.

Se marchó pero luego regresó y se fue a Formentera.

__Ya sabía lo que había. Volví a a un sitio complicado que nadie quería.

¿Cómo fue esa etapa?

__Muy bien en lo personal. Era una época difícil y fue como una cura en lo personal. Necesitaba mucho tiempo para mí y Formentera, una vez pasado el follón del verano, que no era como ahora, era ideal para eso. Me fui a vivir a la Mola compartiendo casa con un compañero de carrera que también estaba allí. Fue fantástico en el tema personal porque me dio tiempo a replantearme muchas cosas y porque conocí a mi actual pareja, Cristina.

¿Y en lo profesional?

__El modelo de asistencia sanitaria para la urgencia entonces era malo. Estaba el 061 que daba asistencia extrahospitalaria, la ambulancia, y el resto de la atención sanitaria lo hacían los equipos de atención primaria. Se daba la paradoja de que el 061 estaba doce horas y, por la noche, los médicos de familia hacian turnos rotatorio de guardia y tenían que asistir cosas que no eran de su rama, como accidentes de tráfico. Era una cosa muy absurda. No era lo que se necesitaba en Formentera. La Gerencia de entonces intentó dar un giro a la asistencia y crearon una especie de servicio de urgencias de primaria con el 061 y entré allí. Este cambio de modelo finaliza con el Hospital de Formentera. Antes de ponerse en marcha el hospital, vi que profesionalmente me interesaba la parte de emergencias extrahospitalarias y me presenté al 061, donde obtengo una interinidad.

Tiene una vena reivindicativa porque compatibiliza su trabajo con el Sindicato Médico

__Eso es reciente. Empecé hace dos años y estoy contento. Siempre me han interesado los asuntos sociales y laborales. Me gusta estar conectado con el mundo. Detesto la imagen del funcionario que vive en su torre de marfil (risas).

O del médico, también.

__Sí, sí. Del médico alejado de los problemas de la vida diaria.

¿Cómo recuerda su primer día de trabajo?

__Cuando eres residente la parte asistencial la hacen en Urgencias. El hospital era entonces muy diferente, todo el mundo te conocía y te apadrinaban. Recuerdo que tuve que ayudar a suturarle la cabeza a Cristina Almeida. Estuve de ayudante de mi residente mayor, aprendiendo y ayudándole. El aprendizaje era un poco piramidal. Entonces éramos muchos residentes y ahora hay muy poquitos.

¿Por qué no hay tantos?

__Salen menos médicos. Se ofertan plazas pero salen menos médicos por promoción.

Pero no es vuestro caso porque su hija mayor estudia Medicina.

__Lo ha visto en casa porque Cristina y yo hablamos de lo que nos sucede en el trabajo y lo comentamos. En principio no tenía esa vocación. Estudió en el Colegio Francés y allí hacen una actividad de preparación al mundo laboral yendo a empresas. Hablamos con nuestros amigos y estuvieron viendo cómo funcionaba el trabajo en el mundo sanitario, se entusiasmó y despertó la vocación.

¿Cuál es su mejor experiencia en el trabajo?

__Cuando resucitas a a alguien que está muerto y, sobre todo, una persona joven. Puede ser la mejor pero también la peor experiencia cuando no funciona. Es lo más satisfactorio. Recuerdo el caso de un chico de 14 o 15 años al que estuvimos haciéndole una resucitación cardiopulmonar durante una hora y salió sin secuelas. Y las malas, la muerte de un lactante de una guardería, eso es terrible. Te echas a llorar.

¿Cómo valora el trato humano en su trabajo?

__Valoro mucho el trato humano en mi trabajo. Por suerte no tengo tanta presión asistencial como un compañero de urgencias o una consulta de primaria. Tengo mucha presión porque el trabajo es a veces muy dramático y exige que reacciones rápidamente. Me gusta tener esa cercanía con el paciente y los familiares. En mi posición de médico tengo que asumir ciertas responsabilidades que no le toca al resto de su equipo, como tratar las cuestiones más duras.

Coincidió sus años de formación con la actual gerente de Can Misses, Carmen Santos. ¿Cómo era como compañera?

__Era residente de tercer año cuando yo era de primer de año. Siempre ha sido lista, organizada y prudente. Se sabe desenvolver muy bien por donde va, para bien.