El oído junto con el olfato son dos de sus sentidos más desarrollados. Pueden percibir multitud de sonidos de distintas frecuencias, muchos de ellos imperceptibles para cualquiera de nosotros y algunos, nos dejarían sordos en caso de poder apreciarlos.

¿Sabíais que para llegar a la nota musical más alta que ellos pueden oír, tendríamos que aumentar en 48 las notas de un piano y nosotros no percibiríamos las últimas 20? Por ello, es importante saber cómo son y los cuidados que debemos proporcionarles para que desarrollen todas sus capacidades.

Como nuestro oído, también se divide en 3 partes: externo, medio e interno.

El oído externo, está formado por el pabellón auditivo y por el conducto auditivo externo que termina en el tímpano.

La oreja, parte más visible, tiene forma y tamaño diferentes según cada raza de perro, el Pastor Alemán las tiene erguidas mientras que el Cocker las tiene caídas. En los gatos son erguidas salvo en el Scottish Fold que las tienen plegadas sobre la cabeza. Hay 20 músculos que se encargan de su movimiento y son capaces de girarlas hasta 130º. Está formada por un cartílago recubierto de piel con pelos finos por fuera y por dentro, muy irrigada, por ello sangra fácilmente ante cualquier lesión.

El conducto auditivo externo se forma también por piel y cartílago, tiene forma de L, lo que dificulta la evacuación natural de las sustancias de deshecho fuera del oído que se acumulan en el interior. Tiene glándulas ceruminosas y sebáceas responsables de la formación del cerumen. Los cachorros nacen con el conducto auditivo cerrado por una membrana que se abre entre las 2-3 semanas de edad. El conducto auditivo mide entre 3-10 cm de largo y 0.5-1 cm de ancho. Estas dimensiones son variables según la raza, por ejemplo el Shar Pei tiene un diámetro muchísimo menor, eso contribuye a que tengan más otitis. Por ello en estas razas es importante hacer un especial hincapié en la limpieza.

Al final del conducto tenemos la membrana timpánica, una membrana cóncava, oval, fina, transparente y de color gris pálido que separa el oido externo del oído interno. Aquí se inicia la transmisión de los sonidos.

El oído medio está formado por los huesecillos del oído: martillo, yunque y estribo, y la bulla timpánica. Ellos transmitirán las vibraciones del tímpano de forma mecánica hacia el oído interno. Además de la Trompa de Eustaquio que comunica con la nasofaringe .

El oido interno. Dentro del hueso temporal está formado por los canales semicirculares y la coclea:el órgano de la audición. Desde aquí se envía la información directamente al cerebro para interpretarla. Otitis que afectan a esta parte del oído pueden generar problemas de equilibrio en el animal.

Una vez que hemos conocido las partes y funciones del oído, nos centraremos en las alteraciones que podemos encontrar y como mantenerlos en buenas condiciones para evitar las otitis, la inflamación del oído, motivo muy frecuente de consulta al veterinario.

Cómo prevenir la enfermedad

Lo primero acostumbrar a nuestra mascota a la limpieza periódica del oído, con un limpiador adecuado, hay muchos en el mercado y vuestro veterinario os aconsejará cuál es el más adecuado para tu mascota.

Es recomendable realizar la limpieza del oído una vez a la semana en aquellos animales de oreja grande y caída, con alta predisposición o cada 15 días en el resto de razas.

Aplicaremos un poco del producto dentro del oído, daremos un masaje en la base de la oreja para que el liquido fluya y vaya disgregando el cerumen de las paredes del conducto, luego dejamos que nuestra mascota se sacuda para eliminar el exceso de producto y le limpiamos los restos con una gasa suave o un algodón humedecido en el limpiador.

La limpieza se hace de forma preventiva pero también cuando hay otitis, nos facilitará la eliminación de las secreciones que existan y esto contribuye a que el tratamiento con gotas óticas sea más efectivo.

A veces cuando hay una otitis grave, la limpieza deberá hacerse en la clínica bajo anestesia ya que la otitis es muy dolorosa.

Recordad secarles bien los oídos después del baño y revisarlos después de los paseos para retirar las espiguillas.

Con estas sencillas recomendaciones podemos mantener los oídos de nuestras mascotas sanos y disfrutar con ellos en todo momento.

La enfermedad dental

La enfermedad dental es la enfermedad más común en perros que afecta a 78% de los perros mayores de 3 años. Medidas de prevención temprana, como el cuidado dental en casa por parte de los propietarios y limpiezas dentales profesionales anuales ayudará a reducir la frecuencia y severidad de las enfermedades dentales más tarde a lo largo de su vida. Limpiezas profesionales son vitales porque incluyen medidas que no se puede tomar en el hogar. Estas medidas incluyen un examen minucioso de los dientes y las encías de su mascota, las radiografías dentales para evaluar todo el diente y verificar si hay pérdida de hueso o abscesos, y el uso de herramientas especiales para eliminar el sarro de los dientes por debajo de la línea de las encías.