Bartolomé Bonet, jefe de Pediatría del Hospital Can Misses.

Bartolomé Bonet es ibicenco y, desde hace nueve años, el jefe de pediatría del Hospital Can Misses. Se comunica en ibicenco, en castellano o en inglés según el paciente que vaya a su consulta y asegura no haber tenido, nunca, ningún problema de comunicación. «Estamos creando un problema donde no lo había. Si algo funciona medianamente bien, hagámoslo mejor, pero no pongamos trabas», critica.

En este sentido, Bonet explica que el decreto del catalán limita su capacidad para buscar profesionales que quieran venir a trabajar a la isla. «Me dicen que el mejor profesional tiene que ser alto y rubio y puede ser que el mejor sea bajito y moreno. ¿Por qué no puedo cogerle a él? A mí me interesa tener a los mejores profesionales para dar la mejor asistencia sanitaria a mi población», argumenta. Motivo por el que acusa a los políticos de apostar por un decreto «erróneo» que, en palabras de Bonet, no es una imposición de una parte mayoritaria del Govern.

El jefe de Pediatría es consciente de que la mayor parte de la plantilla de Can Misses no es balear, por lo que considera que es «discriminatorio» pedir a un facultativo un idioma que no es el suyo para poder sacarse una plaza en propiedad y que, aunque se saque el título, no va a hablar catalán. «Lo cierto es que un profesional menos cualificado puede conseguir la plaza solo por tener catalán», puntualiza.

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Para Bonet se trata de una gestión de empresa «nefasta» que no lucha por fidelizar a sus trabajadores. «Lo que me parece un agravio comparativo es que te digan que te puedes presentar a la oposición y si no se presenta nadie que tenga catalán te den la plaza, pero si no te echan», denuncia.

Experiencia

Dentro de unos meses, una de las siete plazas de Pediatría quedará libre y Bonet tendrá que buscar sustituto para cubrirla. «Hace 20 años cuando abrimos el Hospital de Alcorcón recibí 300 solicitudes de pediatras para venir a trabajar y solo había 10 plazas. En Ibiza nunca he podido seleccionar», matiza. Por ello, dice que el decreto del catalán dificultará, aún más, que los profesionales vengan a la isla.

A este problema se suman las jubilaciones previstas para la próxima década. De hecho, el Ministerio de Sanidad ya publicó un estudio para prever la cobertura sanitaria hasta 2025 en el que las conclusiones fueron claras: algunas especialidades van a quedar en déficit por la jubilación de muchos profesionales. «En los 70 salieron muchos médicos que nos retiramos en 10 años, por lo que va a haber menos gente y va a ser más difícil cubrir las plazas».