Foto de archivo del Hospital Can Misses.

El servicio de Urgencias de Can Misses está en la cuerda floja. En los últimos siete meses, 18 profesionales han abandonado su puesto de trabajo y, a día de hoy, hay ocho plazas pendientes de cubrir. Ante el déficit de personal y la oportunidad de poder optar a una de las plazas, 11 médicos se presentaron a la convocatoria y los 11 fueron excluidos por no poder acreditar el título de catalán. Una decisión que, según informan desde el Hospital, ha sido revocada por falta de plantilla y permitirá a los profesionales poder acceder a la interinidad sin acreditar el título siempre y cuando cumplan con el resto de requisitos.

Por su parte, los facultativos afectados están planteándose rechazar las interinidades como medida de protesta ante la politización de la sanidad. «Si me otorgan la interinidad posiblemente la rechace porque no quiero estar señalado porque no había otra persona con catalán para ocupar mi puesto», explica Enrique Cruz, uno de los 11 postulantes y, además, el único profesional avalado por las sociedades científicas para hacer ecografías avanzadas como método de ayuda en el diagnóstico clínico.

«A que no miran la parte asistencial se suma la falta de radiólogos que hay. Si viniese una auditoría externa se les caería el pelo porque nadie se imagina las burradas que se hacen: la de radiaciones que hay con los TAC, poniendo contrastes con riesgo de anafilaxia... todo porque no hay personal, pero eso no le importa a la Consellería, importa el catalán», critica. Cruz se siente «despreciado» y no duda que, si le dan a elegir entre dos ofertas de trabajo en la que una no pidan catalán, elegirá esta última. «Por suerte me llegan ofertas todos los días y sé que en la Península no voy a estar señalado», dice.

Para este médico, la situación que se vive en Urgencias es «crítica» y la exención ni siquiera permitirá cubrir las ocho plazas vacantes con los 11 médicos postulantes porque «tres no tienen la nacionalidad española que es un punto imprescindible para poder optar y otro es residente todavía en formación». Así, de los 21 profesionales que trabajan actualmente en el área, ninguno es balear y «como mucho solo dos tienen el título», explica.

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José Manuel González es otro de los médicos que fueron excluidos de la convocatoria inicial. «Ahora parece que quieren hacer exenciones, pero igual somos nosotros los que no queremos presentarnos. No se nos puede marear con un ‘hoy sí, mañana no’ según les convenga a ellos por un decreto que, considero, es político», señala. Y es que a sus 53 años no entiende cómo, aún teniendo la especialidad de Medicina de Familia y el título de Medicina y Cirugía General, el requisito del título del catalán prevalezca sobre méritos «más importantes» en su trabajo.

González no se niega a asistir a clases de catalán, pero «si el que me va a examinar es médico a parte de lingüista lo acepto, si no, no. No tiene nada que ver el catalán a nivel de calle con el catalán en una consulta y eso, otra vez, no importa». Este profesional tampoco tiene problemas para encontrar trabajo fuera de Balears y avisa de que será difícil mantener a facultativos aquí «en estas condiciones». Así, explica que Can Misses además de tener una dotación «bajo mínimos», trabaja con pacientes que no todo el mundo quiere atender. «Hace cuatro meses uno me amenazó de muerte porque iba de pastillas hasta las cejas y ahora me lo pagan con esto. No creo que sea justo», critica.

Condiciones

Ante esta situación, el Sindicato Médico Balear pidió el viernes una reunión urgente con la gerente de Ibiza para que explique cómo van a aplicar la excepcionalidad en esa oferta de interinidades en Urgencias y en qué condiciones.