Pep Marí ‘Reiala’ sentado frente a la iglesia de Sant Josep. | DANIEL ESPINOSA

Como buen josepí, Pep Reiala no podía tener otros apellidos que Marí y Ribas. Tener la oportunidad de conversar con este hombre es un auténtico lujo si lo que uno busca es conocer los entresijos de la sociedad josepina de siglos atrás. Pep explica que su malnom, Reiala, procede de cuando se construyó el camino real en época del rey Carlos III entre Sant Josep y Sant Antoni. A las puertas de cumplir 80 años, Reiala continúa manteniendo una gran inquietud por conocer el pasado de la tierra que lo vio nacer.

En su juventud, Pep se formó en el Seminario Conciliar de Ibiza, en Dalt Vila, el lugar donde los ibicencos tenían que ir si querían avanzar en sus estudios. «En aquella época empezaba a funcionar la Escola Mitjana, pero en los pueblos no había nada y si querías estudiar no tenías más remedio que infiltrarte en familias amigas o parientes e ir a este tipo de centros, que sería como un instituto, o ir al Seminario. Y al Seminario había alguien de casi todos lo pueblos, aunque no todos para ser sacerdotes», explica Reiala, que siempre mostró interés por los estudios.

Pep fue ordenado sacerdote en 1962 pero al cabo de diez años pidió la excedencia. «Aquella época la viví a gusto porque yo tenía esa ilusión de ponerme al servicio de la gente, pero hubo un momento en el que perdí las ganas de realizar el servicio como estaba establecido. Estuve un tiempo pensándolo y decidí irme a Mallorca, donde había el obispo Teodoro Úbeda y me aconsejó que lo dejara», señala Pep.

Su primer destino como sacerdote fue es Cubells, donde fue capaz de montar una escuela oficial y preparar a los alumnos para que pudieran estudiar en el instituto, en Vila. «Sitios como es Cubells estaban muy dejados por parte de la Administración. Muy buena gente que vivía con lo que podían porque ni tenían carretera ni luz ni radio. Poco a poco montamos un teleclub, con el primer televisor que llegó al pueblo, una biblioteca, construimos un salón grande para hacer cine... En es Cubells quedó una semilla plantada que todavía da sus frutos», asegura Pep.

En Mallorca, Reiala aprovechó para cursar estudios universitarios de profesorado, oficio que desempeñaría tras colgar los hábitos de manera voluntaria. Tras aprobar las oposiciones, empezó a dar clases en el colegio l’Urgell, en Sant Josep. Un nombre que se debe a la zona donde se levantó, donde se plantaron numerosas viñas en tiempos del sacerdote Josep Ribas, diputado en las Cortes de Cádiz, e importadas por el obispo Azara desde la zona de l’Urgell, en Cataluña. «Era un barrio abandonado y se empezaron a vender trocitos donde se plantaron viñas; llegó a haber una treintena alrededor de lo que hoy es el colegio», explica Pep Reiala, un auténtico experto sobre el diputado Ribas.

Otro de los personajes estudiados por Reiala es Pere Escanellas, un maestro muy importante en la historia de Sant Josep y que hoy da nombre a la avenida que cruza el pueblo de punta a punto. Un hombre que cobraba 25 pesetas (15 céntimos de euros) al año a finales del siglo XIX, por lo que justificaba el dicho popular de ‘passes més fam que un mestre d’escola’.

LA NOTA

Investiga la familia de Cas Costes de Benimussa

Reiala ya ha publicado siete libros de temática josepina y ahora tiene entre manos uno sobre la vénda de Benimussa y la familia de Cas Costes, «que han significado para esta zona un lugar emblemático para la evolución de la agricultura y otras actividades del pueblo que, según las generacions, han intervenido más o menos». Paralelamente y a lo largo de 20 años Pep Marí está trabajando en una publicación sobre el siglo XIX en Ibiza y Formentera. «Como me entretengo en otras cosas no lo he terminado pero tengo que publicarlo. Hay trabajos parciales sobre esta época y traté de recopilar todo lo que pude», señaló.