Juan Luís Clucellas preside la Asociación vecinal de sa Penya desde que se fundó hace cuatro años.g Foto: I. S. | I. S.

La Asociación vecinal de sa Penya se creó hace cuatro años para exigir un cambio de modelo en el barrio «más conflictivo de la ciudad». Después de varias promesas, el presidente Juan Luís Clucellas asegura que los vecinos se sienten «decepcionados» por la falta de actuaciones por parte del Ayuntamiento para erradicar «el turismo de ruido, alcohol y drogas».

— ¿Qué zona de sa Penya agrupa esta asociación?

— Sa Riba es la parte del puerto, nuestra asociación engloba la calle de la Virgen y la parte de atrás que son las calles Fosc y Retiro y parte de la calle Alta. La asociación Salvem sa Penya cubre el otro lado del barrio.

— ¿Cuántos vecinos forman parte de esta zona?

— Somos unos 20 vecinos y somos como una familia. A pesar de la nefasta gestión que está haciendo el Ayuntamiento de Ibiza, cada vez se va instalando más gente porque saben que se está rehabilitando la UA27. Es la parte positiva que ha hecho el Ayuntamiento, pero la rehabilitación tiene que traer un fin y la idea era llamar a la inversión privada, pero han metido la pata con la ley de alquiler vacacional. Hemos pedido a ver si podían hacer una moratoria en el barrio de sa Penya y se han negado, por lo que si no hay inversión, la rehabilitación va a quedar en nada. Si bien esa ley puede ser buena para otros barrios como Platja d’en Bossa, a nosotros nos aleja a todos los inversores.

— ¿Con la rehabilitación de la UA27 creen que el barrio quedará más integrado en la ciudad?

— De eso se trataba y por eso pidieron nuestro voto: para hacer un cambio y tomar una serie de medidas que ahora no están cumpliendo. El problema que tiene sa Riba y sa Penya es el modelo comercial que tiene impuesto el Ayuntamiento en esta zona, que es un turismo de alcohol, ruido y narcotráfico. Ellos sufren la demanda del narcotráfico y nosotros la oferta del narcotráfico. Si no atacas esto de raíz y empiezas a cambiar este modelo, que ha destrozado la zona durante años y años, todo queda en nada. El Ayuntamiento sigue llenando las calles de yonquis y camellos. La Policía Nacional hace su trabajo pero por uno que arrestan vienen dos nuevos y no sirve de nada. El problema lo tenemos con el Ayuntamiento. Nos pidieron el voto, les votamos y ahora miran hacia otro lado. Estamos hartos.

— ¿Se ha notado un cambio con el desalojo de los okupas?

— Ahora está sellado, pero hay otras manzanas que son privadas. El Ayuntamiento evidentemente no tiene dinero para expropiar todo, pero se van a gastar un dineral para renovar la UA27 y a ver quién se queda allí viviendo entre yonquis y camellos. Si ven una casa vacía la ocupan y es lo que ha pasado en los últimos 20 años. Esta gente te amenaza de muerte casi todos los días. Se supone que iba a empezar la reforma este invierno, pero ya vemos que no. De todas formas, por mucho que lo reformen la calle Retiro es dantesca. Allí no se ha asomado un policía local en la vida.

— ¿Cuáles son las principales reclamaciones que hacen desde la asociación?

— Cambiar el modelo comercial del puerto. No puedes imponer en la zona más conflictiva de la ciudad un modelo de ruido, alcohol y drogas. Es un disparate y es lo que nos atrae a todos los camellos y yonquis a la zona

— ¿Confían en que la zona de sa Penya se declare zona de protección acústica tal como pidieron?

— Hay que ver el disparate del Ayuntamiento. Está metido con las mediciones de ruido y lleva dos años para hacer un mapa de ruido, pero a día de hoy los bares no están insonorizados. ¿Saben lo que es vivir encima de un bar que no está insonorizado? Te retumba toda la casa. Es surrealista que sigan hablando del mapa del ruido cuando no hacen lo fundamental que es insonorizar los bares. No hacen absolutamente nada y no paran de mentirnos, nos han tomado el pelo y nos sentimos profundamente decepcionados con este tema.

— ¿Hay vecinos que han abandonado la zona por estos motivos?

— Es que a ver quién aguanta a vivir aquí. En verano sufres el ruido y en invierno sufres la resaca que te queda, que son todos los camellos y yonquis. Del ruido y el alcohol pasan a la cocaína, luego a la heroína y después a prostituirse en la calle por un chute. Es un problema de fondo que lleva arrastrándose dos décadas. Es tremendo porque el Ayuntamiento mira para otro lado y fomenta este modelo comercial.

— ¿Qué medidas consideran que hay que tomar para cambiar este modelo?

— En un barrio tan conflictivo tienen que ser medidas de choque. No tienen que hacer otra cosa que copiar lo que está haciendo el Ayuntamiento de Sant Antoni con el West End. Como no han tenido el coraje de tomar ninguna iniciativa por lo menos la decencia de copiarles, empezando por insonorizar y atacar el tema cerrando las terrazas a las 23 horas y los bares a las 3. Posibilidades para cambiar el modelo hay todas las que quieras en el puerto. Los yates más caros del planeta atracan allí, por lo que cualquier modelo va a funcionar perfectamente. Luego tenemos que escuchar al alcalde diciendo que está recuperando el casco urbano y es como si nos escupiera en la cara.

— ¿Los vecinos se sienten abandonados?

— Nos sentimos abandonados y engañados porque pidieron nuestro voto y les votamos. No solo nos sentimos abandonados, sino profundamente decepcionados y traicionados. Por lo menos el PP se mantenía callado y nunca hizo promesas de cambiar el modelo. Eso sí, Jáuregui nos escuchó y luego abrió un retén de policía al lado, tomando acciones. Y los de ahora nos ponen de excusas que no hay policías porque Montoro no les deja y la Policía Local no hace nada y nunca pueden venir. Se olvidan que en un año y medio hay elecciones y volvemos a votar.

— ¿Qué promesas les hicieron?

— Nos prometieron que iban a atajar todo esto y nos decían que era un horror lo que había. Hay un dj en un balcón en la parte de sa Riba y nos decían que era un disparate y que no entendían como se permitía, criticaban a los del PP. A día de hoy el dj está allí todo el verano. Nos han tomado el pelo de una manera...

DECEPCIÓN

El alumbrado y la casa Broner no son las medidas que buscan

El presidente de la Asociación vecinal de sa Penya lamenta que no se lleve a cabo un plan de choque en el barrio de sa Penya para acabar con el narcotráfico. Asegura que las medidas que se toman son irrisorias como recuperar la casa Broner o la renovación del alumbrado. «¿Pero para que se molestan en renovarla si va a estar rodeada de yonquis y camellos? Y luego me dicen que están manteniendo el alumbrado. Es para morirse. ¿El alumbrado? Con los problemas que tenemos se tiran flores con el alumbrado, es surrealista», exclama Juan Luís Clucellas, que también critica que no hayan dejado un acceso desde avenida España para entrar en el barrio. «Entendemos que Vara de Rey se tenía que peatonalizar pero no entendemos que nos hayan cortado todos los accesos».