Se buscan pelotas de tenis para disminuir el nivel de ruido de las sillas al moverse

Antes de la implantación divisaron en el horizonte que el ruido de sillas y mesas al moverse contra el suelo sería un problema. «Nosotros hemos pensado en hacer algo para que no sufra. El ruido que él escucha es como una radio mal sintonizada o el zumbido de una abeja. Entonces probamos diferentes soluciones para poner en las partes de abajo de las patas de las mesas y de las sillas para que no hicieran ruido, hemos probado con el fieltro, cartón, algodón, esponja y la mejor solución con la que han dado han sido las pelotas de tenis porque es lo que mejor aisla el ruido», resumieron los alumnos en conjunto.

En la clase son 28 alumnos, necesitan en principio unas 480 pelotas para poder hacerle un agujero y pegarlas en las patas del mobiliario. Actualmente han alcanzado esta suma pero necesitan más porque el objetivo se ha extendido a cubrir el resto de las aulas del colegio para poder disminuir el nivel de ruido el máximo posible.

Los alumnos de 6A del CEIP Es Vedrá agradecen a los que ya han colaborado con ellos por los donativos recibidos y piden a todos aquellos que deseen sumarse, a escuelas de tenis y padel, que los ayuden a conseguir la cantidad de pelotas suficientes para que Hamza ya no sufra.

Además, la fundación ASPAS de Mallorca ha apoyado esta iniciativa donando una caja con 460 pelotas a la que adjuntaron una carta en la que señalaban: «Formáis un gran grupo de alumnos que está haciendo lo más importante, incluir a Hamza en el grupo como uno más, uno de los grandes objetivos de nuestra Fundación. Podéis sentiros muy orgullosos de la gran labor que hacéis, nuestra más sincera enhorabuena». La Asociación Balear de Tenis los puso en contacto con todos los clubes de tenis; la fundación Rafa Nadal le ha proporcionado las pelotas a Aspas, la Delegación territorial de Educación de Ibiza y Formentera envió una carta sobre la iniciativa a todos los centros educativos.

Así, un proyecto que surgió desde el aula de 6A y en el que se ha implicado todo el cole. «No vamos a decir que no a ninguna pelota porque cuando el año que viene vaya al instituto necesitará más», confió Eva, la directora del centro. Eva conoce la historia de Hamza desde el principio; él llegó hace cuatro desde Marruecos sin haber estado escolarizado nunca. «Desde la oficina de escolarización le asignaron este centro pero no teníamos recursos. En aquel momento la bolsa de ATEs no estaba bien perfilada y no encontraban intérprete. Ha costado poder conseguir los recursos para ayudarlo, gracias a la jefa de estudios que lo ayudó mucho hasta la llegada de la intérprete ya que el niño tampoco conocía en ese momento la lengua de signos». Ante la evidencia de que el cole le cambió la vida Eva recuerda, «sí, cuando le preguntas él siempre dice que antes de venir al cole tenía la cabeza vacía. A nivel médico nos ha costado llegar al implante pero lo hemos conseguido, también gracias a ASPAS en Mallorca y a la asistente social del centro de salud de Sant Antoni».Y agregó que «le ha mejorado mucho la vida, lo ideal hubiera sido que lo hubieran implantado hace 8 años».

Los compañeros de Hamza llevan junto a él desde segundo y van aprendiendo «sobre la marcha» el lenguaje de signos para poder comunicarse con él. Sonia Martín, maestra e intéprete que lleva apoyando a Hamza desde el curso pasado explica que «depende mucho del interés de cada uno» pero cada semana Hamza es ‘El Protagonista’ y durante este tiempo enseña a sus compañeros signos nuevos para ampliar lo básico.

Sonia está la mitad del tiempo de clase con él, ya que es una de las 3 intérpretes que hay en la isla para niños con estas características. Ella nos ayuda a comunicarnos con él para que nos cuente como se ha sentido al escuchar por primera vez. Hamza señaló que sintió mucha sorpresa, que necesita tiempo para aprender a identificar los sonidos ya que su cerebro no los reconoce porque nunca los había sentido antes, como el claxon de un coche o una ambulancia. Recuerda que cuando volvió a la escuela el primer día tras ser implantado comprobó que el sonido de las sillas y las mesas al moverse le molestaban mucho pero cuando todas tengas las pelotas puestas ya no sufrirá más por lo que está muy agradecido.