Una broma es una broma hasta que la víctima no se ríe. Los daños psicológicos y físicos son incalculables para la víctima. Lo que empieza como una broma acaba siendo una pesadilla para todos y con 14 años tenéis responsabilidad penal». Son algunos de los clarificadores mensajes lanzados por Laura y Carlos, agentes del Cuerpo Nacional de Policía, al grupo de cuarenta alumnos de 3º de la ESO del IES Sa Colomina de Vila que asistieron a una de las charlas informativas sobre prevención y concienciación sobre los delitos de odio.

«Ha estado muy bien. Hemos aprendido cosas que no sabíamos y que son muy interesantes porque todo lo de las redes sociales no lo sabíamos», señalaron algunos de los jóvenes de 14 y 15 años que siguieron atentamente las explicaciones de los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), policías que a diario tratan numerosos casos con menores implicados y que también dedican unas horas a la realización de unas conferencias que empiezan a dar sus frutos. «Últimamente hemos registrado una bajada de denuncias», apuntó Laura.

«Se trata de darles unas herramientas para combatir los delitos de odio y una serie de recomendaciones, ya que el desconocimiento no exime del hecho delictivo», apuntó el agente Carlos. Tras explicarles la serie de derechos que tienen por el hecho de ser niños, los agentes hicieron hincapié en que uno de estos derechos es el de no ser discriminado. «Hoy hablaremos mucho de esto porque ahí, en la discriminación, está el origen del odio», subrayó. Los agentes invitan a la participación y el feedback funciona. «¿Alguien me puede decir qué es el odio?» preguntan los agentes a la sala. Uno de los menores responde: «Cuando te sientes superior a otra persona». Los agentes explican que ese sentimiento de superioridad puede degenerar en discriminación y odio. Los policías de la UFAM alertan sobre la irrupción de tipos de discriminación, como la aporofobia. «Hemos visto casos de niños que saben que los padres de un compañero están sin trabajo y se meten con ellos con frases del estilo: ‘eres pobre’», explica Carlos poco antes de hacer un llamamiento a sus oyentes: «Por favor, tomaros estas cosas en serio porque lo que entendéis como una broma hace mucho daño al receptor».

Durante los 50 minutos que dura la charla también se abordaron cuestiones relativas a la homofobia, la islamofobia o la cristianofobia. «Nunca se debe identificar una religión con un acto o banda terrorista o meterse con una persona por su condición sexual». En este sentido, explicaron que para que haya un delito de odio es necesario una antipatía hacía una persona y desearle el mal por alguna condición propia de esa persona.

Los riesgos de las redes sociales

La concienciación contra los delitos de odio es una de las variantes introducidas este curso por los agentes que en años anteriores ya han tratado con los menores problemáticas como el acoso escolar. Desde la dirección del centro ven como muy interesantes y necesario este tipo de apoyo. Según explican, el Plan Director busca una coordinación con los centros educativos y es un protocolo que ayuda a detectar y solventar problemas de estas características. «Estamos en contacto permanente con los centros», apunta Laura, quien recuerda a los menores que «os estamos dando todas las herramientas y conocimientos para no caer en el delito o ser víctimas», subraya Carlos, quien hace hincapié en la importancia de «romper el ciclo. Insultar a un compañero o dar una colleja no es delito, pero sí lo es si la acción se repite. Es vital romper el ciclo porque debéis entender que hay una víctima y un acosador, pero el público o auditorio que ríe la gracia es un colaborador necesario y participa del delito».

La charla en Sa Colomina acaba con un recordatorio: «Si eres víctima o quieres denunciar una caso de abusos o acoso, llama al teléfono gratuito 900 018 018».

EL APUNTE

A partir de los 14 años se tiene responsabilidad penal

La charla está dirigida a alumnos de 3º de la ESO ya que a partir de los 14 años se tiene responsabilidad penal. «Debéis saber que a vuestra edad sí os podemos detener. Tendríamos que llamar a vuestros padres y a la Fiscalía de Menores, pero el acoso o los delitos de odio no os saldrían gratis», resaltan los agentes, que apuntan que una vez tomaron declaración a toda una clase por un acoso a través de las redes sociales. Finalmente, aclaran la diferencia entre un centro de acogida y un reformatorio.