Imagen de archivo de Manel Marí, durante un Día del Libro en la festividad de Sant Jordi. | Pere Bota

Ayer a primera hora una noticia dejó helado al mundo de las letras en Ibiza. El poeta ibicenco Manel Marí acababa de fallecer a los 42 años en el Hospital Clínico de Valencia, ya que residía desde hace años con su familia en Alboraia. Posiblemente, por una gripe A agravada con una infección pulmonar. Aunque la mayoría de los que le conocían y eran sus amigos como Julio Herranz, Carles Fabregat, Bartomeu Ribes o el concejal del Ayuntamiento de Vila, Pep Tur, sabían que llevaba varios días en coma, nadie esperaba el fatal desenlace.
Una desgracia que se agrava si tenemos en cuenta que Marí tenía mujer, Eva Llorenç, y una niña de corta edad llamada Joana. Por eso, no es extraño que ayer todo el ambiente literario pitiuso estuviera consternado, en estado de shock o intentando digerir lo mejor posible este golpe tan duro para las letras catalanas y la literatura ibicenca en particular.
No en vano Manel Marí, a sus 42 años ya era considerado como una gran figura de la poesía en catalán. Empezó con 24 años con el primero de sus once poemarios , Poemes en gris, y pronto demostró que su carrera iba en serio logrando el premio Miquel Àngel Riera. Posteriormente publicó Tria impersonal en 1999; Clarisse y Poemari de descortesía en el 2000; Patrimoni dels dies y Paraula de poeta en 2001; Deshàbitat en 2004; No pas jo en 2005; Suite a Mitges en 2006; El tàlem en 2008 y Tavernàries, publicado en 2016. Precisamente, en este último trabajo Marí ya dejaba claro su pasión por escribir en los bares a la que hizo referencia el poeta y periodista Julio Herranz al recordar su figura.
Además, este licenciado en Sociología fue traductor, corrector lingüístico, colaborador de Última Hora de Ibiza y Formentera, director de la colección Poesía precintada de la editorial Res Pública y logró el Premio Baladre del Institut d’Estudis Eivissencs, el Senyoriu de Ausiàs March, el Ciutat de Palma y el Alfonso el Magnánimo de Poesía. Incluso, sus trabajos fueron publicados en antologías de las Islas y traducida al francés e inglés.

El Govern, el Consell d’Eivissa y Vila
Las administraciones mostraron sus condolencias por el fallecimiento de Manel Marí. La Conselleria de Cultura del Govern mostró su pésame y mostró su apoyo a los familiares, amigos y compañeros. Su responsable, la ibicenca Fanny Tur, recordó que «tenía un gran futuro y un magnífico presente» y calificó la noticia de «tristísima e injusta».
Por su parte, el Consell d’Eivissa mostró «su profundo pesar por la enorme e irreparable pérdida para las letras ibicencas y para la poesía en lengua catalana», calificó su obra como «una de las más valiosas de la lírica en catalán de las últimas décadas» y lamentó que «en ocasiones no valoramos de manera justa el talento que tenemos más cercano».
Finalmente, Pep Tur, concejal de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Ibiza y amigo de Manel Marí lo quiso recordar «como alguien que vivió la vida intensamente, como alguien con un profundo compromiso con la palabra escrita y como alguien que además tuvo la suerte de ver su trabajo reconocido con premios».