Sucesos | El incendio de unos contenedores dejó dos intoxicados y una treintena de desalojados en Vila
Llamas, sobresalto y desalojo en es Pratet
1 de 6 | La fachada de los dos edificios y los bajos comerciales resultaron afectados por el fuego. | Marcelo Sastre
2 de 6 | La Policía Local acordonó el tramo de calle afectado por un incendio que dejó una huella de daños en varios locales y pisos de la zona. | Marcelo Sastre
3 de 6 | Las llamas y el humo causaron cuantiosos daños en negocios de la zona y afectaron a tres vehículos. | Marcelo Sastre
4 de 6 | Dos vecinas afectadas por el incendio, Leles y María, comentaban el sobresalto vivido. | Marcelo Sastre
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6 de 6 | El fuego arrasó los cuatro contenedores presentes en la calle y las llamas alcanzaron las fachadas más próximas e incluso llegaron a introducirse y causar daños en los almacenes localizados en los bajos de los edificios. | Marcelo Sastre
«Al regresar a casa por la mañana hemos sido conscientes de que nos habíamos librado de un infierno». Con estas palabras se dirigía María Martínez a Leles, la vecina del inmueble contiguo a su casa. Apenas 8 horas antes, María y el resto de vecinos de dos edificios del barrio de es Pratet tuvieron que abandonar de madrugada y a la carrera sus casas debido a la densa columna de humo generada por el incendio de cuatro contenedores y la amenaza de unas llamas que ascendían hasta las primeras plantas.
El sobresalto en forma de llamas arrancó minutos antes de las 02.00 horas, cuando el fuego empezaba a coger fuerza en una hilera de contenedores ubicados en la calle Diputat Josep Ribas. «Estaba durmiendo y me despertaron las llamadas a la puerta. Al levantarme vi unas luces y al abrir la puerta había unos policías alertando del incendio e indicando a los vecinos que saliéramos a la calle», relata Leles, que vive en unas de las primeras plantas localizadas sobre el tramo de calle donde horas antes estaban los contenedores, una decena de metros de asfalto y acera donde ahora hay una huella negra que desprende olor a plástico quemado. Leles recuerda que se vivieron momentos de angustia, en su caso porque no localizaba a su gata Ira. Leles recoge y limpia los restos que el incendio dejó en su terraza al tiempo que apunta a su vecina María la magnitud del incendio, apuntando los coches y las fachadas dañadas por las llamas. María y otra vecina de la primera planta tuvieron que ser atendidas por personal del 061 y trasladadas a Can Misses afectadas por una intoxicación por inhalación de humo.
Justo debajo de la terraza se encuentra un Ford Focus con la parte delantera comida por los efectos del fuego. Su propietaria, María Planells, que vive a unas calles del escenario del siniestro, acaba de enterarse por un vecina de lo sucedido. Al llegar se da de bruces con la desgracia. «Estaba en una tienda y me han comentado lo del incendio. Me he venido corriendo porque al decirme lo de los contenedores ya sabía que era mi coche», lamenta María mientras toma fotografías del vehículo para aportar al seguro. «Con los precios del parquin no queda otra que aparcar en la calle» apostilla entre la resignación y la ironía.
El coche de María está situado a escasos dos metros de la entrada del negocio de fontanería Torres y Maza. Donde antes había un letrero luminoso ahora sólo queda plástico quemado. «Ya ves, un desastre. Ahora toca limpiar y ver cuándo nos arreglan la conexión de internet». Las llamas que alcanzaron una altura de varios metros devoraron el cableado, y el fuego se coló en algunos de los bajos. Los más dañados, los almacenes de un supermercado y de una carnicería. Vicente, uno de los dueños de Can Marsoc, se topó con el desastre cuando llegó para trabajar en torno a las 5 de la madrugada. «Al llegar me he encontrado la calle cortada por la Policía y a los servicios de limpieza», apunta Vicente. Las llamas entraron en el bajo que tienen como almacén pero no causaron grandes daños en las cámaras. Peor suerte corrió el almacén de un supermercado próximo. Las altas temperaturas generadas por el aparatoso incendio también dañaron dos vehículos que estaban aparcados en el margen contrario de la calle.
Una patrulla de la Policía Local de Vila fueron los primeros en percatarse de la virulencia del incendio e inició como medida preventiva el desalojo de dos inmuebles a los que se acceden por la calle Gaspar Puig y un pasaje que conecta Diputat Josep Ribas con Carles III. Hasta el escenario del incendio también se desplazó una dotación de bomberos que extinguieron las últimas llamas de un incendio cuyo origen se está investigando, un fuego que causó un gran sobresalto y cuantiosos daños materiales.
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