Reunión de la Comisión de Seguimiento celebrada ayer en Ibiza. | Daniel Espinosa

La Comisión de Seguimiento de las razas autóctonas de Ibiza y Formentera celebró ayer su reunión anual para estudiar el camino que hay que seguir para preservar la población de ovejas, cabras, conejos, gallinas y porcs negres. En este sentido, Juan Vicente Delgado, catedrático de genética de la Universidad de Córdoba, recalcó que en Ibiza no se hace un programa de seguimiento sino de conservación porque «lamentablemente, las razas están seriamente amenazadas».

A pesar de ello, el catedrático se mostró «optimista» y habló de cambios positivos en el último ejercicio: aumento de los censos y diversificación de las razas. «Veíamos que los censos de algunas especies amenazadas estaban concentrados en muy pocas explotaciones y una decisión de un ganadero podría llevarnos a la extinción inmediata. Ahora ya no es así porque tenemos a ganaderos jóvenes e implicados que se forman y proponen nuevas ideas».

En esta línea apuntó que, aunque hay un incremento del 5% anual en los censos, es necesario hacer un llamamiento a la población. «Hay que consumir productos derivados de razas locales porque forman parte del patrimonio de la isla y son logros de los campesinos ibicencos durante años que se están olvidando». Así, mandó un mensaje claro: «La mejor manera de conservar una raza es comérsela». Y es que las cifras son escalofriantes: 215 cabezas de oveja, 200 de cabra, 80 de conejo, 79 de gallina y 60 de porc negre (46 en Ibiza y 14 en Formentera). Por ello, recordó que estos animales se producen para el consumo humano; si nadie los consume, las razas terminarán desapareciendo.

Riesgo de extinción

Además, Delgado refrescó un dato que no hay que pasar por alto si Ibiza no quiere despedirse del ganado ovino y caprino. «Son las razas más amenazadas de España, quedan muy pocos ejemplares. La cifra en pequeños rumiantes para considerar que una raza autóctona está fuera de peligro son 9.000 ejemplares». Así, destacó el trabajo que se está realizando con el porc negre que «estando prácticamente desaparecido, resucitó».

De hecho, estas reuniones permiten que los criaderos adopten una serie de pautas. «Primero tenemos que organizar la población genealógicamente para estudiar la consanguinidad de las razas. Lo segundo es conocer las capacidades productivas para ver qué producen y de qué calidad y, por último, decidir los apareamientos», especificó Delgado. En este sentido, resaltó el trabajo hecho respecto a los apareamientos de los animales que ha permitido que razas que presentaban poca pureza por tener influencias externas se hayan recuperado.

Por otro lado, alabó las decisiones tomadas por la Federación en los últimos años que han permitido que se recuperasen animales de origen «dudoso» gracias a pruebas de ADN.

A la reunión asistieron el presidente de la Federació Pitïusa de Races Autòctones (FEPIRA), Xavier Prats; el director de Raza, genetista y catedrático, Juan Vicente Delgado; Agueda Pons, de la empresa Semilla; los veterinarios de la FEPIRA y del Consell, Sara Vergés y Jordi Masip; Marc Ferrer, presidente de la Asociación de criadores de gallina ibicenca y Fina Prats, presidenta de las asociaciones de oveja y cabra pitiusa.