Cuando el matrimonio Joan Ribas Serra (Sant Rafel, 1936) y Eulària Juan Tur (Ibiza, 1938) abrieron la primera tienda de regalos en la calle Aragón en 1973 a sus padres les parecía que estaba muy retirada de Vila. Ahora con casi medio siglo de historia, Almacenes Aragón está en el centro de la ciudad y es una referencia en la isla en mobiliario por su trato familiar. Sus fundadores no esperaban esta expansión del negocio que ahora dirigen sus hijos Juan y Fina.

¿Cómo surgió la idea de abrir la primera tienda de Almacenes Aragón?
— Joan: Fue entre los dos pero al principio la llevaba Eulària. Yo trabajaba en otra empresa de muebles y dos años después de que empezara a funcionar dejé el cargo que tenía y vine a la tienda. El local tenía 167 metros cuadrados. Entonces nuestro fuerte eran las listas de boda. Antes la gente se casaba y ahora si se casa alguno casi es por descuido (risas).

¿Cómo fueron los inicios?
— Eulària: Al principio no teníamos mucho material, teníamos muebles y menaje de cocina, pero poco a poco como iba funcionando y la gente te iba pidiendo más productos, nos preocupábamos de tenerlos enseguida. Cada vez teníamos más listas de boda y fue prosperando.

¿De quién fue idea abrir esta tienda?
— Eulària: Mía.
— Joan: En aquellas fechas no había prácticamente más que dos o tres tiendas de regalos en Ibiza. Miramos el local y aunque la calle aún no estaba asfaltada y no había tráfico, creímos que la tienda tendría futuro y saldría adelante. Y así ha sido, no solo para nosotros sino también para toda la calle. La idea primitiva fue esta.

¿Esperaban esta expansión del negocio cuando empezaron con esta tienda?
— Joan y Eulària: No
—Joan: Pero tampoco pensábamos que Ibiza subiera como ha subido. Abrimos en 1973 y hasta los años 80, cuando empezaron a hacer hoteles, en Ibiza había unos 40.000 habitantes y ahora hay 150.000.

¿En qué momento dio un salto la empresa y empezó a crecer más?
— Eulària: A partir de 1975 y 1976 empezó a ser la época fuerte de las listas de boda. Entonces teníamos muchas y llegamos a tener 40 en un año. Todo ello te movía una gran cantidad de género y la tienda prosperaba porque generaba mucho dinero. Fue creciendo y entonces Joan vino a la tienda y fue cuando empezamos a poner los muebles.
— Joan: Bueno, yo venía cada día a verla (risas).

¿Recuerda quiénes fueron los primeros clientes que entraron en la tienda?
— Eulària: Del primer cliente no me acuerdo pero la primera lista de boda la hicimos a Ángel y su mujer (Antonia), que era la dueña de Barruguets.

¿Ya no se hacen listas de boda?
— Eulària: Ninguna. Si se hace alguna es de muebles con alguna mesa, sillas o librerías pero de vajillas ya nadie pide. Ha desaparecido.
— Joan: Como hoy en día se juntan y se separan, ahora compran una sartén, una olla, seis vasos de agua, seis vasos de vino y dos cubiertos y si tienen invitados los llevan al bar (risas).

La primera tienda tenía 167 metros cuadrados. ¿Ahora cuántos tiene?
— Joan: Hay bastantes más. Tenía buenos amigos relacionados con la mobiliaria y siempre me animaban a poner una tienda de muebles hasta que un día nos decidimos y empezamos a hacer cocinas y después ampliamos locales con muchas dificultades para pagarlos, aunque no nos arrepentimos, y fue cuando el negocio empezó a crecer. Ahora llevan la empresa los hijos porque nosotros estamos jubilados, aunque mi hija se ríe porque estoy cada día aquí, aunque solo para leer el periódico o invitarlos a un café, no trabajo.

¿Con cuántos locales cuenta ahora Almacenes Aragón?
— Joan: Los de calle Aragón ahora están convertidos todos en uno solo, con unos pasos que hemos podido hacer con permisos. Después, en la carretera de Sant Antoni tenemos un local grande de cuatro plantas que está dedicado exclusivamente a hostelería y muebles de terraza.

Al principio las principales ventas eran con las listas de boda. Más adelante con el boom turístico, ¿fueron los hoteles?
— Joan: Como estaba bien relacionado por la otra empresa, los mismos clientes me llamaban para pedirme mobiliario y para mí era muy fácil porque estaba dentro del mundo de los muebles. Empezamos a amueblar hoteles y en aquellas fechas a lo mejor amueblamos el 50% de los hoteles que había en Ibiza, además íntegramente. Ahora hay decoradores y muchas cosas hechas pero antes las teníamos que hacer nosotros y pensar que poner en cada sitio. Hacíamos de todo, desde realizar el boceto, a amueblar los espacios y darlos por acabado. Ahora nuestro fuerte es la hostelería y el mueble particular de hogar.

¿Durante este trayecto han pasado dificultades para tirar adelante la empresa?
— Joan: La crisis de 1992 fue bastante fuerte. Ahora se ha saneado mucho la hostelería pero hubo unos años que compraban el solar y hacían el hotel con una agencia que les anticipaba el dinero. Si tenía 100 habitaciones tenían que devolver un 50% a los que les habían dado el apoyo y después si no quedaba nada, nosotros no cobrábamos.

¿Cuáles son los productos que tienen más salida en Almacenes Aragón?
— Joan: El producto fuerte creo que es el mueble juvenil y los colchones y después en mueble de hogar los sofás, comedores, salones y dormitorios. Abarcamos todo, pueden venir aquí con un piso vacío y amueblarlo entero. Tenemos un decorador propio y otro de fuera que nos ayuda y viene cada semana.

Empezaron los dos solos. ¿Ahora cuántos trabajadores son?
— Joan: Actualmente somos 21 y en verano somos 25. Los meses fuertes son abril, mayo, junio, julio y agosto. Sabemos que en verano ni se puede pasar por Ibiza, pero si queremos que la gente venga y nos aporte algo tenemos que tener una cordialidad. No puede ser que solo queramos coger ses molles.

¿Creen que es fácil ser empresario en Ibiza?
— Joan: Las ventas en Internet no nos favorecen mucho. Actualmente hay muchas empresas de fuera que se dedican a esto y hay franquicias que venden mucho online.

¿Les afectan las franquicias de muebles de bajo coste?
— Joan: No, en principio no. A nosotros nos encargan un mueble y vamos a tomar las medidas, hacemos un presupuesto y lo entregamos acabado. Estas empresas lo envían y lo dejan en la puerta de la casa y después tienes que buscarte un montador. Se paga por adelantado y si llega una pieza rota ya tienen que esperar. El mueble barato siempre tendrá inconvenientes. Los precios que tenemos actualmente pueden competir en cualquier sitio de España, tanto en hostelería como en hogar. Estos años hemos hecho hoteles completos. A veces el nombre de Almacenes Aragón influye un poco. Los cuarenta y pico años que llevamos amueblando hoteles y particulares nos ha dado fuerza en Ibiza. Bien o mal la cuestión es que hablen de ti porque quiere decir que estás vivo y la empresa está funcionando.

¿Con qué logro de la empresa se sienten especialmente orgullosos?
— Joan: Podemos estar orgullosos de todo lo que hemos formado. Estoy muy orgulloso de los hijos porque hay muchas empresas donde los padres se han esforzado toda la vida y después los descendientes no han querido seguir y se ha tenido que vender o alquiler. Los nuestros, gracias a Dios, han seguido en la empresa y eso para mi es un orgullo. Es el orgullo más grande que tengo.

Con los hijos, Juan y Fina, ya hay una continuidad generacional, ¿pero creen que seguirá con los nietos?
— Eulària: Nos gustaría, pero ellos han estudiado su carrera y lo más normal es que si están estudiando quieran seguir con lo que les gusta.
— Joan: No lo sabemos, ya es más dudoso. La nieta más grande es psicóloga y se ha establecido por su cuenta, otro nieto ha estudiado idiomas y hostelería y está en un hotel de cinco estrellas y las otras dos, una estudia una ingeniería y otra marketing y relaciones públicas.

¿Tienen algún proyecto de futuro para la empresa?
— Joan: Hoy en día crecer no es fácil, pero mantener lo que se ha conseguido es muy importante. El local de la ciudad ya no se puede ampliar más. En cuanto a productos, vamos a todas las ferias de España y la mayoría de fuera y vemos las novedades que hay.

¿Alguna anécdota de la empresa?
— Joan: Cuando compramos este almacén nosotros vivíamos detrás de Santa Creu. Esto estaba en construcción y un amigo me preguntó si nos interesaría. Bajamos con mi padre y el suegro, se lo miraban y mi padre me dijo: «A mí esto me parece que está muy alejado de Vila, de la ciudad». Es verdad que quedaba lejos pero ahora ya está en primera fila.

Cuando abrieron, ¿había otros locales en la calle?
— Joan: Delante estaba la fábrica de la algarroba, que la tiraron y después construyeron un edificio que estuvo con la estructura sin acabar unos 15 o 20 años. Esto era un campo que estaba inundado de agua y en toda la calle a la derecha no había nada. Por eso a mi padre le parecía que esto era otro mundo, que estaba muy lejos.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de trabajar con la familia?
— Joan: Tenemos dependientas que llevan 40 años aquí. Ha sido siempre una empresa familiar y hay un buen entendimiento. Hay un respeto y una confinidad entre todos que a veces es demasiada. Si hay alguna celebración, vamos todos, si alguno se pone enfermo, nos llamamos. A pesar de que tenemos gente de muchos sitios como Bulgaria, Colombia, Marruecos o Uruguay, se han integrado completamente en nuestra familia. Lo que tiene trabajar con la familia es que nunca nos pondremos todos de acuerdo.
Eulària: Pero lo intentamos.

¿Cuál es el secreto para que funcione bien la empresa?
— Joan: El secreto es la ayuda familiar si trabajas en familia. Hay días que no coincides pero otros te sirven de mucha ayuda y te abres más a un familiar que a un abogado, por ejemplo. Los de fuera te dan consejos según lo que han estudiado pero no porque haya una persona con una carrera y 50 títulos quiere decir que sea mejor que una persona que haya trabajado diez años dentro de la empresa.

PERFIL JOAN Y EULÀRIA

● PRIMER TRABAJO: Carpintero / Modista

● FAMILIA: Dos hijos y cuatro nietos

● AFICIONES: Fútbol / Leer o viajar

● CIUDAD PREDILECTA: Venecia / Canarias

● RINCÓN DE IBIZA: Sant Rafel / Ses Salines cuando no estaba tan masificada

● PLATO: Bullit de peix / paella

● EQUIPO DE FÚTBOL: Athletic de Bilbao /Ninguno

● DE PEQUEÑO QUERÍA SER...: Cura / Maestra