Sant Josep fue ayer el epicentro de las actividades organizadas por el Día de Balears en la isla de Ibiza. Cientos de personas se acercaron hasta la localidad josepina atraídos, sobre todo, por la degustación gastronómica que se llevó a cabo junto al Ayuntamiento.

El sol que lució durante toda la mañana provocó que gran cantidad de personas se arremolinaran frente a las paradas de los diferentes restaurantes baleares. Las croquetas de bullit de peix y conejo del restaurante Sa Brisa, la ensalmada de patata y pastelón de cordero con cabello de ángel del chef Tomeu Arbona de El Fornet de la Soca, en Mallorca, o la pelota de sofrit pagès de Es Ventall, entre otras propuestas culinarias, fueron engullidos en un santiamén, lo que da a entender que si el sentimiento balear existe éste se encuentra, seguramente, entre fogones. Tal voracidad hacía presagiar que gran parte del arroz elaborado por el restaurante Cana Sofía acabaría en la enorme paella. Falso. Los platos volaron.

Mientras tanto, los Bluesmàfia se encargaban de amenizar la mañana con su delicioso swing muy cerca de María ‘Gibert’ y su hermana Antonia, las dos simpáticas hilanderas que no se pierden ni una feria artesanal. Al preguntarles por si no tienen sucesores en su oficio, una simpatiquísima María responde que «las jóvenes no quieren aprender por lo que tendrán que ser los señores». Frente a María y Antonia se encontraban las mesas de los artesanos de la nueva asociación Eines i Feines, al frente de la cual está Paquita Llorens y que tienen cerca de una treintena de miembros, y cuyo objetivo «que no se pierdan nuestras tradiciones. Los majors son los que saben y son los que tienen que transmitirnos su sabiduría». Llorens también apunta que todos los productos artesanales, tanto ropa como instrumentos, son caros porque conllevan mucho tiempo. «A lo mejor cuestan entre 200 y 300 euros pero se tarda un mes en hacerlo. ¿Alguien cobraría esto por un mes de trabajo?», se pregunta la presidenta de Eines i Feines.

Entre la muchedumbre se encontraba también María Dolores y tres amigas, todas muy molestas porque tenían pensado acudir a Sant Josep en autobús desde Ibiza pero las frecuencias eran las de un día festivo y, por lo tanto, escasas. «Tendrían que poner buses extraordinarios y fomentar el transporte público», señalaron.

También acudieron a Sant Josep los artesanos de la Associació Artesanal Portmany, que ayer ‘ficharon’ a un luthier que tampoco suele perderse estos saraos, Pere Marí ‘Tirurit’, a quien también acompaña su esposa, encargada de elaborar espardenyes. Tras sus flaütes, tambors y castanyoles, Pere explica cómo antiguamente cada familia se fabricaba sus propias senalles o espardenyes. «No todos tenían dinero para ir a comprar. Ahora es nuestro hobby», destaca ’Tirurit’.

Unos metros más arriba y haciéndole la competencia a ‘Tirurit’ estaba Paco Ramón ‘Palleva’, concejal de Cultura de Sant Josep y un auténtico manitas en la fabricación de instrumentos tradicionales y otras manualidades. Tampoco faltaron a la cita del Día de Baleares la miel de la familia Falticska, el artesano del esparto Xico Tur y las encargadas de bordar faldellins y del encaje de bolillos.

Para los más pequeños hubo talleres infantiles en la plaza de la Iglesia. Los monitores de s’Espurna que más trabajo tuvieron fueron, como es habitual, los encargados de pintarles las caras a los chavales. Mientras muchos padres con sus hijos acuestas hacían cola, otros animaban a sus retoños mientras éstos jugaban al juego del tira y afloja, a saltar la comba o a montarse en zancos.

Por la tarde, el fuerte viento que se levantó provocó que los miembros de la Federació de Colles de Ball tuvieran que refugiarse en el porche de la iglesia, donde se llevó a cabo una demostración de ball pagès interrumpida de manera intermitente por la lluvia.

EL APUNTE

Un cuento para ‘salvar’ las razas autóctonas

Ayer se presentó el cuento ‘Anaid, més que un conte’ de la Federació Pitiusa de Races Autóctones (FEPIRA), ilustrado por la diseñadora gráfica Carmen Barres y escrito por el periodista Antonio Martínez Beneyto, con la asistencia de Fina Prats, presidenta de las asociaciones de oveja ibicenca y cabra pitiusa; el segundo teniente de alcalde del ayuntamiento de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero; y el conseller de Medi Ambiente, Miquel Vericad. Este cuento es un texto dirigido a toda la familia, será repartido por los colegios pitiusos de manera gratuita y pretende ser una llamada de atención por la situación en la que se encuentran las razas autóctonas en las Pitiusas, que se considera dramática.